En un mundo en constante evolución y con más intervención de las tecnologías, es imprescindible que los futuros profesionales cuenten con mayores capacidades que las típicas cognitivas y propias de su carrera.
Según una investigación de la consultora McKinsey&Company, en el 2030 los perfiles profesionales más demandados serán aquellos que cuenten con capacidades y habilidades tecnológicas, sociales y emocionales. Un ejemplo de ello es que hoy en día, la creatividad es la competencia más demandada en un 91% de las empresas.
“El entorno global y la demanda laboral vienen cambiando desde hace años. Las tendencias de inteligencia artificial, la digitalización de los procesos y la automatización de la producción, obligan a que los modelos educativos y los perfiles profesionales se adapten y cambien hacia nuevas formas de trabajo y desarrollo personal, cuyo valor añadido lo genera una buena educación y formación profesional”, explica Mario Gutiérrez, rector de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL).
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En ese sentido, el académico destaca la necesidad de identificar y potenciar educativamente las capacidades requeridas por las perspectivas del mercado laboral actual, implementando desde ahora una estrategia efectiva para proyectar y mejorar las oportunidades de los futuros profesionales. Para ello, aconseja cinco habilidades que deben desarrollar los jóvenes profesionales hoy:
- Formación Transdisciplinar: Permite a los jóvenes profesionales abordar problemas complejos desde múltiples perspectivas y encontrar soluciones innovadoras y efectivas. La capacidad de integrar conocimientos y enfoques de diferentes disciplinas, es cada vez más valorada en el mundo actual y puede potenciar sobremanera el desarrollo profesional.
- Pensamiento Creativo: Un perfil creativo aporta a las empresas maneras peculiares de resolver conflictos y desarrollar actividades. Además, es capaz de adaptarse a un sinfín de situaciones a lo largo de su vida laboral sin mayor problema.
- Innovación: En un mundo cada vez más competitivo, las empresas necesitan reinventarse todo el tiempo. Por ello, los colaboradores innovadores siempre podrán aportar ideas frescas y romper con estándares, tomando riesgos que resulten positivos para las organizaciones.
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- Resolución de problemas: Los profesionales que gestionan mejor sus propias emociones, son más independientes y practican la escucha activa, son capaces de resolver problemas de forma correcta y suelen tener una mejor convivencia con su entorno laboral.
- Habilidades blandas: Son el complemento de las habilidades tradicionales y permiten que un profesional se desarrolle de manera exitosa. Destacan la comunicación asertiva y la autogestión de emociones. Este tipo de habilidades han tomado relevancia a lo largo de los años y son muy valoradas en las empresas actualmente.
Finalmente, el experto recomienda recibir capacitaciones constantes en liderazgo, pensamiento divergente y resolución de problemas para que los estudiantes y futuros profesionales puedan aumentar su valor en el mercado laboral y sus posibilidades de mejores contrataciones.
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