El mal ambiente laboral es un factor determinante en el nivel de satisfacción de un empleado con su trabajo. Este abarca tanto la relación con los compañeros, así como con los jefes.
Sobre este segundo punto, cada vez más son los peruanos que han pensado en renunciar debido a la mala relación con sus superiores. De acuerdo con el estudio “Líderes o jefes” de Bumeran, en el 2023 el 60% de los peruanos ha considerado en algún momento renunciar a su trabajo debido a la mala relación con su jefe.
“Este porcentaje representa un aumento de 6 puntos porcentuales respecto a la edición anterior del estudio. En el 2022, el 54% de los encuestados había enfrentado esta situación”, detalló el documento.
LEA TAMBIÉN: ¿Se puede despedir vía WhatsApp en Perú? Lo que dicen las normas laborales
Dora Pinedo, jefa de marketing en Bumeran Perú, señaló que en la actualidad el mundo laboral está experimentando un cambio significativo, impulsado por avances tecnológicos y la entrada de nuevas generaciones con perspectivas diferentes sobre el trabajo y la vida en general.
“En este contexto, una mala relación con el jefe puede afectar la satisfacción laboral, el compromiso y la productividad del empleado, lo que a su vez puede influir en su decisión de renunciar”, afirmó.
Asimismo, manifestó que la relación con el jefe o la jefa impacta directamente en el clima laboral y es uno de los elementos más valorados por los trabajadores.
Al respecto, Juan Pablo Delgado, managing partner en ND Executive Seach, coincidió en que el mal trato con el colaborador es un aspecto determinante al momento de evaluar una renuncia, y ello tiene que ver mucho con la capacidad de liderazgo.
“Es común escuchar entre los líderes de gestión de talento que un trabajador no renuncia a la empresa sino al jefe. Cuando este no es un líder las diferencias se notan de muchas formas, pero la más frecuente es la falta de empatía, lo que a su vez genera evasión y baja productividad de sus supervisados”, detalló.
Para el experto, algunas de las actitudes o acciones de los superiores que pueden generar insatisfacción en los colaboradores son: imponer trabajo de manera imperativa, comunicar deficientemente, no brindar oportunidades de desarrollo, ignorar los problemas de los trabajadores, no brindar una retroalimentación constructiva, no reconocer los logros del equipo y no tener los objetivos claros.
De acuerdo con Bumeran, hay un 34% de peruanos que tienen una percepción regular o mala de sus jefes. El principal rasgo que lleva a los trabajadores a tener una percepción negativa de sus superiores es autoritarismo.
Le siguen factores como la falta de apoyo, el no estar dispuesto a enseñar al equipo y la no escucha de las necesidades.
El dato. “Líderes o jefes” es un estudio en conjunto de Bumeran y Hiring Room, en el que participaron 5,026 personas trabajadoras y especialistas en Recursos Humanos.
LEA TAMBIÉN: Siete de cada 10 peruanos con empleo busca otra oferta laboral, el reto para las empresas
Centennials son más sensibles
Ernesto Rubio, CEO de Ronald Carrer Services, indicó que los trabajadores más jóvenes (centennials) son los más propensos a renunciar por la mala relación con sus jefes, ya que al no tener carga familiar no tienen ninguna responsabilidad que los obligue a quedarse.
“Muchos de los empleados que se quedan en un trabajo, incluso teniendo una mala relación con su jefe, tienen obligaciones familiares como proveedores de hogar, lo cual les impide presentar una renuncia. Sin embargo, aquellos que no tienen aún una carga familiar significativa encuentran en una mala relación con su jefe una verdadera toxicidad que afecta su “salario emocional”, explicó.
Añadió que una mala relación con un jefe empobrece sustantivamente el “salario emocional”, que es la otra cara de la misma moneda del “salario económico”.
Rubio también recalcó que esta situación también pasa por patrones de conducta propios de cada generación, ya que a diferencia de personas de mayor edad, los centennials no están acostumbrados a malos tratos y su nivel de tolerancia es mucho menor.
“Una persona de la generación X puede estar acostumbrada a tratos agresivos por haber tenido un jefe Baby Boomer. Sin embargo, los centennials no cuentan con ese patrón de conducta y, por lo tanto, les hace “ruido” el trato de jefes más veteranos”, sostuvo.
LEA TAMBIÉN: Trabajadores rechazarían un ascenso si este afecta su bienestar
¿Qué pueden hacer las organizaciones ante la falta de liderazgo?
Por otro lado, el estudio también reportó que el 48% de los especialistas de recursos humanos considera que el liderazgo en las organizaciones es regular o deficiente. En ese marco, existen una serie de acciones o estrategias que pueden ejecutar las empresas para fomentar esta capacidad en sus gerentes o ejecutivos.
Así, el 43% de expertos considera que la solución es crear planes de desarrollo en donde se mejoren las habilidades de liderazgo a través de coaching, capacitaciones y asignación de mentores.
Además,” el 42% señala que si los problemas de liderazgo son persistentes, se deben explorar otras alternativas como la reasignación de roles, cambios en la estructura organizacional o incluso, el despido de dichos jefes”.
Otro 40% sostuvo que se puede abordar la situación hablando con la persona, resaltando tanto sus fortalezas como las áreas que requieren desarrollo.
Por su parte, Ernesto Rubio dijo que las compañías que trabajan la gestión del talento humano suelen proponerle un coach a dicho jefe.
“Con trabajos de mediana maduración, el coaching logra modificar conductas, haciendo mejor al superior y sobre todo, le hace tomar conciencia de los déficits conductuales que pueda tener en su cargo”, anotó.
Juan Pablo Delgado, consideró que, antes que nada, se debe identificar a quienes ejercen y a quienes no ejercen un liderazgo adecuado y alineados con los valores y propósito de la organización.
“A aquellos que se han identificado por su deficiente liderazgo se les debe dar la retroalimentación correspondiente y explicarles en qué y por qué tienen que mejorar. En esa línea, se puede elaborar un plan conjunto, enfocado en las oportunidades de mejora, con apoyo de un mentor interno o externo”, manifestó.
“La medición debe ser periódica y en plazos mas cortos. Si esto no funciona hay que pensar en la desvinculación”, destacó.
Licenciado en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Con cinco años de experiencia en prensa escrita y digital. Actualmente, se desempeña como redactor en Diario Gestión.
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.