Los CEO están en el negocio de tomar decisiones. ¿Cómo se preparan para ese proceso? Para Ignacio Mealla, director de Vistage Perú, el coaching ayuda al CEO a comprender mejor todo aquello que interviene en su proceso de toma de decisiones, como sus creencias y paradigmas, las emociones que le generan determinadas situaciones o personas, su nivel de energía en ese momento y su predisposición a resolver o a postergar ciertos temas.
En un proceso de coaching, Vistage considera que un CEO se enfrenta a ocho preguntas poderosas que le permiten consolidar su pensamiento estratégico, tener un liderazgo más efectivo y tomar las decisiones correctas. Estas son:
1. “¿Gestionas tu empresa o la lideras?”
Los CEO que gestionan sus empresas son los que corren de una tarea táctica a otra solo para mantener la compañía a flote. El liderazgo es estratégico. Si los CEO gestionan sus negocios, están perdiendo la oportunidad de elaborar estrategias de crecimiento.
2. “¿Estás apagando incendios o previniendo incendios?”
Esta pregunta profundiza en si el proceso está o no en la agenda del CEO. Un CEO es bombero si pasa la mayor parte del día manejando problemas. Esta es una señal de que el CEO necesita trabajar en la delegación y confianza de sus reportes directos.
3. “No es necesario que hablemos sobre el problema, tenemos que hablar sobre por qué el problema aún no se ha resuelto. ¿Qué te hace pensar que el problema no se haya resuelto aún? "
Esta pregunta ayuda a sacar a la luz la razón por la cual un CEO puede estar postergando una decisión difícil. Un buen ejercicio es el diálogo con sus pares, que pueden tener una perspectiva desafiante y objetiva.
4. “Si agrupas a tus colaboradores en dos categorías, ¿tienes más participantes o contribuyentes?”
Los CEO deben pensar en las personas que componen el grupo de talentos de la empresa. Los participantes son aquellos colaboradores que se presentan a trabajar y cumplen su función. Los contribuyentes son los colaboradores que buscan formas de agregar valor a la empresa, además de sus responsabilidades típicas. Si el CEO está contento con una compañía de colaboradores participantes, ¿qué dice eso sobre él? ¿Cuál sería el valor de trasladar a los participantes al estado de contribuyentes?
5. “¿Tienes algún hábito que te impida ser el líder que te gustaría ser?”
Una “auditoría de hábitos” es un buen ejercicio para comenzar a identificar comportamientos específicos que un líder puede querer cambiar. Anima a los líderes a pensar en los hábitos en categorías objetivas: hábitos personales, hábitos de relación (¿cómo manejas la relación con tu pareja?), hábitos de salud (¿hay algo en tus hábitos de salud que no sea sostenible?) y hábitos de liderazgo (¿cómo lideras?). Otra forma de abordar la rectificación de hábitos es crear una lista de “dejar de hacer”.
6. “Piensa en el último colaborador que te reportaba de forma directa y que dejó la empresa. ¿Qué porcentaje de la partida de ese colaborador estás dispuesto a asumir?
Esta pregunta lleva al CEO a reflexionar y a asumir la responsabilidad que tuvo como líder en la partida de ese colaborador. Algunas preguntas que los CEO pueden hacerles a sus reportes son: ¿Cuáles son tus desafíos? ¿Cuál es el nudo más grande de tu cuerda? ¿Cómo puedo apoyarte más? ¿Dónde crees que necesitas formación adicional? Las preguntas abiertas dan a las personas la oportunidad de ser escuchadas. La apretada agenda de un CEO obstaculiza muchas veces este tipo de conversaciones valiosas.
7. “Describe tu versión 3.0. ¿Cómo sería la próxima versión de ti? "
Pensar en la próxima versión de sí mismos casi siempre les dará a los líderes la objetividad necesaria.
8. “Imagina que este es el último día del año. ¿Qué hubiera hecho que ese año fuera realmente significativo para ti, personal y profesionalmente?”
El establecimiento de objetivos puede ser una tarea complicada. La pregunta está diseñada para aliviar la presión de enfrentar un año entero y, en cambio, pedirle al líder que imagine estar en el futuro y mirar hacia atrás en un año bien vivido. La pregunta “¿Cuáles son tus metas para el próximo año?” es abrumadora para la mayoría de las personas. Mejor es preguntar: “En retrospectiva, ¿qué habría hecho que fuera un gran año?”.