¿Ha cambiado el ambiente de trabajo a un año de que el New York Times informara sobre las primeras acusaciones contra el productor cinematográfico Harvey Weinstein? Por lo menos, muchos hombres poderosos han cambiado su comportamiento, según una nueva encuesta de la Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos (SHRM, por sus siglas en inglés).
Un tercio de los más de 1,000 ejecutivos encuestados aseguraron cambiar su comportamiento para evitar lo que podría percibirse como acoso sexual.
"Sabemos que en ese universo de ejecutivos había algunos que debían controlarse", comentó Johnny Taylor, presidente y director ejecutivo de SHRM. "No creo que lo hubiéramos hecho sin la identificación de esos casos de Weinstein".
La consultora de recursos humanos Sharon Sellers confirmó el cambio. "Hay ejecutivos que son más cautelosos sobre lo que dicen en el lugar de trabajo", explicó la fundadora de SLS Consulting en Santee, Carolina del Sur.
Pero los cambios pueden haber ido demasiado lejos en algunos casos, con hombres corrigiendo en exceso y dejando a las mujeres fuera de las discusiones de negocios u oportunidades de enseñanza. Un ejecutivo le contó a Sellers que ahora no puede estar solo en un ascensor con una mujer.
Consecuencias no deseadas
"Me preocupa mucho que pueda haber consecuencias imprevistas", sostuvo Sellers. Eso se condice con un sondeo del Centro de Investigación Pew publicado en abril, que reveló que el 20% de los encuestados creía que una mayor conciencia sobre el acoso sexual podría generar menos oportunidades para las mujeres.
La encuesta de SHRM, divulgada el jueves, informó que el 45% de los participantes señaló que no ha cambiado su forma de actuar y otro 21%, que solo había hecho pequeños cambios. Como no todos los ejecutivos tuvieron comportamientos que debían cambiar, eso no es una sorpresa, precisó Taylor.
La mayoría de los ejecutivos, al ser consultados por SHRM, afirmaron cambiar su comportamiento de manera apropiada. De los encuestados, el 24% indicó ser más cuidadoso con el lenguaje que usan y el 16% aseguró evitar temas específicos o chistes. Otro 9% dijo que ya no toca a sus compañeros de trabajo.
De acuerdo con diversas mediciones, el movimiento #MeToo ha tenido un efecto indudable en los lugares de trabajo, más allá de los despidos de ciertos actores malos de alto perfil. Varias compañías renovaron sus programas de capacitación sobre acoso sexual, por ejemplo.
Un estudio de junio de Challenger Gray & Christmas descubrió que más de la mitad de las 150 compañías que encuestaron revisaron sus políticas de acoso sexual, lo que se compara con cerca de un tercio en enero. Un poco menos de la mitad de los encuestados admitieron no estar cómodos con sus políticas actuales.