Si sospecha que ha estado actuando como el pesimista de su equipo, ¿qué puede hacer? ¿Cómo puede asegurarse de que su perspectiva de las cosas no arrastre al equipo ni dañe las relaciones con sus colegas?
Comprenda su “enfoque motivacional”
Si bien el optimismo generalmente se considera un rasgo positivo, a menudo puede resultar en positividad tóxica en un equipo. Esto sucede cuando se insiste en que las personas se sientan y actúen optimistas, incluso si eso no es lo que sienten, o ignoran la realidad de la situación.
Una de las formas de comprender mejor sus tendencias pesimistas es pensar en lo que se conoce como enfoque motivacional. Según este modelo, las personas centradas en la prevención se preocupan por la seguridad, y muchas veces ven las tareas como una serie de obstáculos a superar.
Aquellos con un enfoque de promoción tienden a pensar en el futuro de manera positiva y ven oportunidades donde otros ven desafíos insuperables.
Esta es una forma mucho más neutral, incluso positiva, de entender su pesimismo. Claramente hay ventajas. Aun así, es posible que no todos los miembros de su equipo vean su actitud como beneficiosa para el grupo, por lo que puede ser útil tomar medidas para asegurarse regularmente de no bajar el estado de ánimo del grupo.
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Profundice más
Puede ser útil comprender qué podría estar impulsando su mentalidad negativa, más allá del enfoque de prevención. ¿Está agotado o ansioso por algo que sucede en el trabajo o en otras partes de su vida? ¿Existen circunstancias externas, como un entorno de trabajo tóxico o una recesión económica prolongada, qué están contribuyendo a sus perspectivas? ¿Podría estar absorbiendo las actitudes negativas de las personas que le rodean? ¿O siente que su voz no se escucha y tiene que utilizar comentarios negativos para ganar poder?
Responda las preguntas anteriores con honestidad. Si su pesimismo es producto de factores que están bajo su control, entonces tome medidas para abordar esos problemas.
Por ejemplo, podría hablar con su gerente para reducir su carga de trabajo o pasar tiempo con las personas que le agradan, especialmente aquellas que son más edificantes.
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Concéntrese en su comportamiento
Cualquiera que sea la fuente de su pesimismo, cambiar sus acciones es mucho más fácil que intentar reformar creencias y valores arraigados desde hace mucho tiempo. Hay tres formas en las que el pesimismo suele manifestarse: su perspectiva, su sentido de agencia y su comportamiento.
Es posible que no pueda cambiar su perspectiva, especialmente si es una persona que se centra en la prevención, pero recuerde que sí tiene capacidad de decisión. Y puede tomar decisiones para cambiar su comportamiento para que su negatividad no contagie a nadie más.
No es necesario que se muerda la lengua cada vez que vea un inconveniente que otros no notan. Sin embargo, busque formas más constructivas de compartir su punto de vista.
En lugar de “esto nunca funcionará”, intente algo como “Veo algunos riesgos en este enfoque que me gustaría compartir y discutir”.
Parte de examinar su comportamiento también es preguntarse cuándo su pesimismo beneficia al equipo y cuándo lo perjudica. ¿Nota que la gente empieza a cerrarse cuando expresa su punto de vista? ¿O que la gente lo evita a veces? ¿Cuándo le responden bien? Considere también cómo se siente acerca de su propia perspectiva: ¿le beneficia o le sofoca?
Por Amy Gallo
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