FOTO 1 | 1. Compartir capital en lugar de ganancias: Cuando compartes tu propio capital (ya sea dinero, recursos, información o propiedad) estás automáticamente dando parte de tu empresa. En un mundo perfecto, tu socio es una persona íntegra y no se sentirá tentada a huir con éste. Sin embargo, el mundo no es perfecto, por lo que debes ser muy cuidadoso. En el contrato especifica que compartirán los gastos; así será más difícil que el otro no ‘se lave las manos’ si las cosas salen mal.
EMPRENDIMIENTO

| Desde grandes retailers como Baskin-Robbins, hasta pioneros tecnológicos como Hewlett-Packard, las sociedades de negocios han sido una parte importante del éxito de los negocios.

Las razones son simples: habilidades complementarias, gastos compartidos y la idea de que una persona con capital económico puede crear sinergia con el capital intelectual de otra persona, de manera que ambos se beneficien.

En teoría, una sociedad es una buena forma de iniciar una empresa. Sin embargo, para Brad Sugars del portal Entrepreneur, no siempre es la mejor forma en la que un emprendedor puede organizar su negocio.
Lo difícil de la mayoría de las sociedades es que son como los matrimonios, y si conoces las estadísticas, sabes que más de la mitad no sobreviven.

Hacer que un matrimonio funcione involucra manejar una serie de asuntos de pareja: ego, dinero, estrés y manejo de gastos. Piénsalo y tendrás una idea del trabajo que se requiere para conseguir que una sociedad se mantenga a flote.

Si estás pensando en atraer a un socio para emprender, considera en la galería de arriba los errores que debes evitar.