La recuperación del empleo -de cierta forma- esta estancada ante la incertidumbre que todavía genera la administración de Pedro Castillo: desde fines de julio se registra una desaceleración del ritmo de contrataciones de personal, ya que se está a la expectativa de las acciones en materia económica la nueva administración gubernamental.
A esta situación se suma, que las pocas contrataciones que se están dando son -según explicó hace unos días el abogado Jorge Toyama a Gestión- de reemplazos inevitables, proyectos que ya se estaban dando, sobre todo en contratación de plazo fijo por retorno de actividades, una suerte de reinicio de actividades posCOVID. Y también se aprecia el uso de mecanismo de intermediación y tercerización laboral.
Por ley, la contratación a plazo fijo por servicio específico y por necesidad de mercado tiene una duración máxima de 5 años (hasta 60 meses), y por inicio o incremento de actividades, tiene una duración máxima de 3 años (hasta 36 meses).
Lo que implica que ahora -en el contexto actual- el promedio de contratación es de 1 año y 8 meses (20 meses). “Si empeora la crisis económica y política, continuará reduciéndose el promedio, porque las empresas soportan menos los contratos”, remarcó.
LEA TAMBIÉN: Plazo de los contratos laborales a plazo fijo ahora es en promedio 20 meses
Ante ello, ¿qué habilidades o características se están tomando en cuenta a la hora de contratar a un postulante para un puesto de trabajo, en medio del desconcierto y la escaza oferta laboral?
Daniel Galdos, gerente comercial de ManpowerGroup, detalló que por un lado ve mucho desempleo y de otro lado se encuentran empleadores que están disconformes porque no encuentran los candidatos adecuados para cubrir posiciones. “Entonces, ¿cómo generar un puente entre ambas necesidades?”, indicó.
El especialista agregó que hay varias limitantes que impiden que esto se genere, siendo una de ellas el estar estancados en los perfiles tradicionales -por parte de los empleadores- y de buscar siempre lo mismo.
“Esto se ve -por ejemplo- cuando se pide para un puesto a una persona joven, de 23 años, pero con cinco años de experiencia laboral, lo que no es compatible ni tampoco es lo que la empresa necesita. Por lo que el enfoque debería ser -y en ello incidimos- hacia las habilidades”, aclaró a Gestión.
Ya que una experiencia prolongada -agregó- no necesariamente asegura que una persona tenga cierto nivel de habilidades.
“Lo importante es que los empleadores sepan que hay nuevas formas de valor el talento más allá del tiempo el experiencia que pueda tener en un rubro especifico, ya que -en ocasiones, por ejemplo- quieren candidatos de 25 años que solo tenga experiencia en banca y automotriz, lo que es más complicado”.
Ante ello se están replanteando los perfiles de búsqueda de personal, respondiéndose cuatro preguntas básicas: ¿cuál es el objetivo que tiene esta posición en la empresa?; ¿cómo se relaciona a la interna?; ¿qué cambios podrían venir a futuro? y ¿qué habilidades necesita que tenga?
“Cuando se prioriza la habilidades, se abre mucho más la visión para poder captar talento al margen que sea centennial o baby boomer, sino valorarlo por las habilidades que tienen ya que finalmente el conocimiento ya no es privilegio debido a que está al alcance de todos por el internet. Es mejor apostar por una persona con habilidades”, subrayó.
Entre las que se ubican:
- Que pueda adaptarse rápidamente a las demandas de la empresa.
- Que este comprometido con los objetivos de la compañía.
- Que tenga conductas en línea con la agenda institucional.
- Que tenga una buena conexión a nivel cultural con el área; entre otros.
Otras habilidades valoradas a la hora de contratar son (de acuerdo al estudio Game to Work):
- Pensamiento crítico.
- Creatividad
- Saber resolver problemas
- Colaboración
- Comunicación / Constancia / Resilencia
- Juicio y toma de decisiones
María José Gómez, directora de la Fundación Forge, añadió que las empleadores -actualmente- lo que buscan son diversos tipos de habilidades más allá de los conocimientos o “cartones” obtenidos.
Habilidades socioemocionales como -enumeró- productividad; proactividad; trabajo en equipo y responsabilidad.
“Lo que demandan las empresas a la hora de contratar, sobre todo de los jóvenes, es actitud”.
VIDEO RECOMENDADO: