Inés Temple, presidenta de LHH DBM Perú y LHH Chile
(G de Gestión) Año tras año, el 80% de los ejecutivos que se recolocan con nuestros programas de outplacement lo hacen gracias a la magia de la red de confianza. La gran mayoría no sabe del enorme potencial que esa red tiene para sus carreras y su nivel de empleabilidad. Lo primero que hacemos es derribar algunos de los mitos que existen alrededor del tema.
1. Mito: Hacer contactos es una actividad intrínsecamente manipuladora.
Realidad: No. Todo lo contrario: la idea de tocar base con las personas de nuestra red de confianza es mantener vigentes relaciones que idealmente son auténticas y, ojalá, cálidas y cercanas con personas con quienes el aprecio y el respeto es mutuo. La idea es también traer a valor presente esas relaciones y actualizarnos recíprocamente sobre nuestras vidas y carreras.
2. Mito: Hacer contactos es salir a pedir trabajo a los amigos.
Realidad: No. Nunca. Pedir trabajo a los amigos o familiares es la mejor manera de dañar una amistad o una relación. Si esas personas no pueden o no quieren darnos trabajo —lo que es una realidad en el 99% de los casos—, se genera una situación incómoda que pone en riesgo la relación. A la red se le piden datos concretos, información, más contactos, consejos, pero jamás trabajo.
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3. Mito: Las personas importantes que conocemos son nuestros contactos más valiosos.
Realidad: No. Las estadísticas demuestran que los “contactos chicos” —por ejemplo, quienes fueron antes nuestros practicantes, o personas más sencillas y con menos “poder”— son clave, ya que ellos valoran más el vínculo y están más dispuestos a ayudar con datos, información, sugiriendo nuestros nombres. Los “importantes” están siempre muy ocupados y requeridos por todos. Así que nadie es “contacto chico”.
4. Mito: Debemos impresionar a nuestros contactos para que nos recomienden.
Realidad: No. Lo esencial es actuar con sencillez, calidez y apertura para favorecer la confianza y la conexión. Y, para eso, nada como un genuino interés por el otro, ser amistosos y generosos en la aceptación y en la aprobación, sin poses ni juego de roles. La gente nos quiere por cómo los hacemos sentir, y, si queremos que nos refieran positivamente, ellos deben primero poder creer y confiar en nosotros como los buenos profesionales que somos. La clave es siempre abrirnos primero.
5. Mito: Desarrollar la red de confianza es lo que se hace solo cuando necesitamos un trabajo.
Realidad: No. Desarrollar la red de confianza es esencial para ampliar nuestros horizontes con perspectivas diferentes, y nos abre un mundo de nuevas posibilidades y de oportunidades en cualquier momento —de hecho, el 75% de nuestros candidatos recolocados cambia de sector gracias a su red—. La red es clave también para elevar nuestro nivel de empleabilidad, ya que quienes nos conocen y aprecian son los agentes de nuestra imagen y reputación. De esa forma, ellos serán nuestros principales publicistas o, en su defecto, detractores. Los contactos que tenemos no son clientes potenciales: son los vendedores de nuestros servicios profesionales.
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