Distintas investigaciones señalan que más de la mitad de todos los empleos que hoy conocemos podrían cambiar notablemente o desaparecer con el continuo desarrollo de la tecnología y uso de la inteligencia artificial (IA). Las empresas hoy demandan de perfiles técnicos o profesionales con un pensamiento crítico elevado. ¿Las casas de estudios están poniendo énfasis en el desarrollo de esta habilidad? o ¿se percibe un desajuste entre lo aprendido en las aulas con lo que demanda el mercado laboral?
Miriam Preckler, responsable de Educación Técnico Profesional de la Dirección General de Educación de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) explicó a Gestión que el desajuste educativo se entiende como la falta de correspondencia entre las habilidades, conocimientos y competencias que adquieren los estudiantes a través de su formación y lo que requieren las empresas. “A la debilidad que existe entre la vinculación y articulación del sector productivo y los proveedores de la formación profesional”.
De acuerdo con OEI (2022) el 36% de los jóvenes en América Latina dice que no aplica en su trabajo lo aprendido en las aulas.
“Durante el periodo 2006-2022 dicho desajuste en promedio ha ido al alza en nuestra región. A ello se une las elevadas tasas de desempleo juvenil, lo que permite concluir que es necesario desarrollar políticas públicas que contribuya a definir un lineamiento estratégico aspiracional sobre a qué formación se deberían apuntar (conocimiento /formación adquirida vs necesidades del mercado de trabajo) en determinados sectores productivos”, indicó Preckler.
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Pensamiento crítico en las nuevas carreras
De acuerdo con la OIT (2017) -que resume varios estudios- se puede concluir que más de la mitad de todos los empleos existentes podrían cambiar notablemente o desaparecer. “Estas modificaciones afectan a las competencias y habilidades que se pide a los trabajadores. Las tareas rutinarias y repetitivas podrán ser reemplazadas por máquinas y software a la vez que surgirán nuevas oportunidades en el diseño, programación y mantenimiento de estas tecnologías”.
Así, las aptitudes cognitivas y la capacidad de resolver problemas complejos ganan importancia frente a las destrezas técnicas, resaltó Preckler. “La programación, la ciberseguridad, la analítica de datos, la inteligencia artificial y la robótica son ámbitos en los que crecerán las oportunidades de empleo, lo que requiere habilidades técnicas, así como habilidades blandas como la creatividad, la resolución de problemas y la comunicación. Ello requiere que tanto el sistema educativo como la formación para el empleo deban adaptarse a esta nueva perspectiva”, sostuvo.
Una encuesta realizada por la Fundación Universidad Empresa de España que data del 2023, reveló que el 60% de los estudiantes universitarios perciben una falta de preparación para afrontar los desafíos laborales al finalizar su formación académica. El mismo estudio señala que el 70% opina que existe un desajuste entre los contenidos de los programas de estudio y las necesidades del ámbito empresarial.
Otro estudio de Inside Higher Ed señala que el 46% de los trabajadores considera que su educación universitaria no les proporcionó las herramientas necesarias para desarrollar su trabajo actual.
¿Qué dicen las casas de estudios peruanas sobre este desajuste?
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Universidad Garcilaso
Ernesto Victoria Melgarejo, director de Calidad de la Universidad Garcilaso, señala que el desajuste entre lo que se aprende en la universidad y lo que se necesita en el mercado laboral responde a varios factores.
En primer lugar, menciona, existe una brecha entre la teoría académica y la práctica profesional. “Muchas veces, los planes de estudio no se actualizan con la frecuencia necesaria para seguir el ritmo de los avances tecnológicos y las nuevas demandas del mercado laboral, considerando que de acuerdo con la Ley Universitaria en su artículo 40 establece que ‘El currículo se debe actualizar cada tres años o cuando sea conveniente, según los avances científicos y tecnológicos’”.
Refiere también que, este desajuste se debe a la falta de colaboración efectiva entre las universidades y las empresas, lo cual limita la integración de experiencias reales en los programas educativos.
“La globalización y los cambios rápidos en las industrias requieren habilidades y conocimientos que a veces las universidades no pueden proporcionar con la inmediatez que se necesita”, precisa.
¿Cuál es la percepción entre los jóvenes?
Para Melgarejo, en línea con el informe mencionado, los jóvenes peruanos que egresan sienten que lo aprendido en las aulas no siempre es lo que se requiere en el mercado laboral.
“Es probable que más de la mitad de los jóvenes que egresan en Perú tengan la percepción de que no están completamente preparados para el mercado laboral. Esta percepción puede estar influenciada por varios factores, como la falta de experiencia práctica durante sus estudios, la rapidez con la que evolucionan las necesidades del mercado y las expectativas de los empleadores”, refiere.
“Estas habilidades son fundamentales para la innovación, la toma de decisiones informadas y la capacidad de adaptarse a entornos cambiantes. Sin ellas, los profesionales pueden tener dificultades para enfrentar desafíos complejos, lo que afecta la eficiencia y la eficacia en el trabajo”, indica.
Sobre los sectores que más demandan profesionales con pensamiento crítico y resolución de problemas dijo que ‘en algunos casos coinciden con las carreras en las que más rápido sus egresados acceden a un puesto de trabajo, de acuerdo con el último Informe Bienal de la Sunedu: incluyen la tecnología de la información y comunicación, la salud, la ingeniería, la administración, el derecho y la educación’.
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Así, dijo por ejemplo, que en tecnología de la información y comunicación, estas habilidades son cruciales para el desarrollo de soluciones innovadoras y la gestión de proyectos complejos. En salud, los profesionales necesitan tomar decisiones rápidas y efectivas para el bienestar de los pacientes. En ingeniería, la resolución de problemas técnicos y la implementación de proyectos requieren un pensamiento analítico y crítico.
En tanto, en administración, la toma de decisiones estratégicas y la gestión de riesgos son fundamentales. En derecho, buscar la mejor solución al problema legal de los clientes evaluando el impacto en la sociedad. Finalmente, en educación, los docentes deben saber manejar los problemas que se susciten en el aula para poder fomentar un ambiente de aprendizaje constructivo.
“Incluso en carreras técnicas u operativas, el desarrollo de habilidades como el pensamiento crítico y la resolución de problemas son necesarios. Si bien es cierto, las carreras técnicas son de menos tiempo de estudio, no dejan de ser importantes, ya que te preparan para incorporarte al mercado laboral de manera más práctica”, indicó.
Por ejemplo - citó- para cajeros de banco, estas habilidades son esenciales para manejar situaciones inesperadas con clientes, detectar posibles fraudes y garantizar un servicio eficiente y seguro. Para laboratoristas, la capacidad de resolver problemas es crucial para manejar equipos, interpretar resultados y asegurar la precisión en los análisis. En ambos casos, estas habilidades contribuyen a la eficiencia operativa, la satisfacción del cliente y la calidad del trabajo realizado.
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UCAL
Guillermo Sánchez, vicerrector académico de UCAL, contó que en reuniones con empleadores estos mencionan que algunas universidades tienen a jóvenes ‘técnicamente muy buenos, pero que no tienen una serie de habilidades que se necesitan’.
“Entonces, sí se encuentra todavía en algunas universidades un desajuste entre las competencias que establen para la graduación de los estudiantes y las necesidades reales del mercado laboral; o también, que es lo que más ocurre, hay universidades que se preocupan más por la competencias técnicas de los estudiantes”, dijo a Gestión.
En esa línea, resaltó la metodología que han aplicado. “Hemos planteado un modelo donde los estudiantes conviven, desde primeros ciclos les planteamos retos que los mismos empleadores sugieren. El aprendizaje basado en la resolución de problemas es una metodología educativa innovadora que trasciende la transmisión de conocimientos para enfocarse en el desarrollo de habilidades prácticas y competencias profesionales relevantes (...) Esto proporciona a los estudiantes una experiencia práctica directamente relacionada con su campo de estudio. Se les enseña sobre resolución de conflictos, en tiempos establecidos. Eso va entrenando al estudiante en desarrollar estas habilidades”.
Para Sánchez, la relevancia de desarrollar este tipo de habilidad mientras se es estudiante de pregrado es cada vez mayor. Y es que, asegura, que los empleadores están ahora más preocupados de las habilidades blandas de los egresados.
“Si vemos los estudios de las habilidades que se van a demandar para los próximos años, ello a raíz de la IA, entre los primeros lugares está el pensamiento crítico; seguido por habilidades digitales y análisis de datos. Ya en comités consultivos, los empresarios dicen que les interesa que los jóvenes aprendan de trabajo en equipo, pensamiento crítico y habilidades digitales”, refirió.
“Incluso, un empleador me dijo: enséñales esas cosas, que lo técnico le enseño yo”, contó a Gestión.
El vicerrector académico de UCAL dijo que pensamiento crítico va a tomar mucha importancia y no podrá ser reemplazado por la IA. “Con el pensamiento crítico el profesional tiene la capacidad para que ante una situación determinada sepa cómo discernir entre diferentes opciones de solución, y acceder u ordenar la información necesaria para resolver esos problemas”.
PUCP
Flavio Figallo, coordinador de Asuntos Académicos PUCP, mencionó a Gestión que la IA ha venido a remarcar la capacidad crítica que se requiere para darle valor agregado a aquello que se construye con la tecnología.
“Se dan formas nuevas de trabajo; parte de los procesos ahora son desarrollados por la IA. Entonces, el papel de uno tiene que cambiar a uno más creativo, innovador y analítico. Esta herramienta que cambia las competencias necesarias que requiere el profesional para desarrollarse en un ámbito con una fuerte influencia de la IA”, dijo.
Según Figallo, hay casos de profesionales que complementan su formación académica. “Escuchaba las declaraciones de un joven que decía que su éxito se debía a que había aprendido otras materias, además de lo aprendido en ingeniería, y eso le permitía relacionarse mejor en su entorno”.
“Hoy se están abriendo muchas universidades, supuestamente con carreras técnicas, pero no están pensadas para desarrollar más allá de estas capacidades instructivas. No están pensadas para desarrollar capacidades”, sostuvo.
En su opinión, en las empresas -como en cualquier organización- contar con personal con capacidad para solucionar problemas es fundamental. “Si el profesional solo es capaz de hacer la tarea que le indican, pero desconoce del impacto que pueden causar sus acciones, puede cometer errores y llevar a grandes fracasos”.
Figallo, en línea con los otros académicos, coincidió en que algunas carreras van a desaparecer. “El cajero de banco tiene los días contados, así como otras profesiones. Hay trabajos que realizan los abogados que serán reemplazados por la IA; eso va a generar cambios en el empleo para determinadas profesiones”.
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Universidad Cayetano Heredia
Francisco Alvarado, jefe de la Carrera de Administración de la Universidad Cayetano Heredia contó que, para evitar este desajuste educativo con el mercado laboral, optaron por contar con docentes practitioner, aquellos profesionales que ocupan cargos gerenciales.
Resaltó además que, por lo general, las universidades que tienen acreditaciones nacionales e internacionales tienen establecidos los mecanismos para vincularse con la realidad empresarial, “lo que debe garantizar que lo que se ve en aula también se observa en la realidad”.
Por otra parte, dijo que se deben utilizar herramientas como estudios de casos o proyectos que faciliten ese acercamiento con la realidad.
“Es importante que se cuente con un Comité Consultivo con profesionales líderes que brinden retroalimentación e información para fortalecer el vínculo de la universidad con la realidad empresarial”, refirió.
Para Alvarado, hoy en día el verdadero aprendizaje se refleja en que los estudiantes universitarios tengan la capacidad de aprender de manera permanente temas que van más allá de los conocimientos de su especialidad y que sumen valor a su perfil profesional.
“Esto incluye habilidades transversales como la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la colaboración y la adaptación a nuevos contextos. Estas competencias no solo enriquecen su formación académica, sino que también los preparan para enfrentar los desafíos y cambios constantes en el mercado laboral”, sostuvo.
Además, mencionó que las áreas como innovación, emprendimiento y desarrollo de negocios, desarrollo de productos, business analytics, transformación digital, gestión de la tecnología, entre otras, se han convertido en pilares esenciales para transformar, generar valor, resolver problemas y gestionar nuevas tecnologías en el mundo actual.
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La tecnología y digitalización están cambiando los sectores productivos
La responsable de Educación Técnico Profesional de la Dirección General de Educación de la de la OEI, Miriam Preckler, resaltó que los datos de los últimos años muestran una tendencia regional a la mejora de la cualificación de las personas, a la vez que se convive con una elevada tasa de desempleo juvenil y dificultades de estos de acceso al mercado laboral.
Por otra parte, agregó que, el cambio ocupacional indica una mayor demanda de ocupaciones de alta y media cualificación, a la vez que la revolución digital hace más necesarias las habilidades basadas en la resolución de problemas/pensamiento crítico.
“Por tanto, la adaptación a las nuevas necesidades de las empresas hace imprescindible la formación a lo largo de la vida, para que la población trabajadora pueda adaptarse a los cambios derivados de la implantación de las nuevas tecnologías en las empresas, lo que supone que las políticas activas de fortalecimiento de estas competencias tengan un papel clave en el mercado laboral para mejorar la productividad”, dijo.
También añadió que las nuevas tecnologías y la digitalización están transformando absolutamente todos los sectores productivos, incluidos los más tradicionales como pueden ser: La agricultura. “Hoy en día no podemos pensar en una agricultura extensiva en los mismos términos que hace unos años, porque el sector se ha transformado con el uso de drones y otras tecnologías que sus profesionales deben conocer”.
A modo de ejemplo también se refirió a la hostelería y turismo: “Se ha digitalizado todo lo relacionado con las reservas, la fidelización de los clientes y la gestión de las opiniones de los clientes. En sanidad se ha cambiado desde los procesos de gestión de información hasta el seguimiento del paciente”.
Por tanto, para la especialista, a la vez de que se van incorporando nuevas titulaciones vinculadas con la tecnología y las competencias digitales hay que garantizar una recualificación de los profesionales de los sectores que ya están afectados por dicha transformación.
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Editora digital. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, con especialización en periodismo. Experiencia en prensa escrita, digital y TV.
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