(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

Lejos han quedado los tiempos en los que las plantas de oficinas estaban organizadas con filas y columnas de escritorios y en un lugar destacado “el despacho del jefe”, que desde su atalaya vigilaba el trabajo de sus subordinados. Cincuenta años atrás, las teorías del liderazgo en las organizaciones se basaban en el contacto directo visual entre líderes y seguidores. Ahora todo es diferente.

Un sostiene que ahora los recursos tecnológicos disponibles permiten a las empresas diseñar equipos de trabajo sin que la distancia física sea un obstáculo. Los dispositivos móviles ya permiten trabajar desde cualquier lugar con una mínima infraestructura.

Estas facilidades permiten la creciente tendencia al trabajo remoto.

La irrupción del COVID-19 ha trastocado las formas empresariales. A nivel laboral, la situación de emergencia ha provocado:

  • Un traslado forzoso del puesto de trabajo de la oficina a casa
  • La redefinición de procesos
  • La introducción de nuevos recursos tecnológicos
  • La obligación, casi permanente, de conectarse a plataformas empresariales

De acuerdo a un estudio realizado por la consultora Randstad, las  en tiempos de crisis, son:

  1. Liderar con calma
  2. Poner la confianza primero
  3. Aplicar la transparencia radical
  4. Sobrecomunicar estratégicamente
  5. Atenerse a los hechos
  6. Poner a prueba la agilidad de liderazgo
  7. Crear espacios seguros
  8. Aprovechar la tecnología
  9. Diseñar reuniones que sean efectivas en un entorno virtual
  10. Definir expectativas y órdenes claras

Liderar a personas que trabajan desde su domicilio es un reto para las organizaciones.

Un líder remoto debe ser más un mentor que un director de equipo, fomentando la autogestión y enseñando a sus colaboradores a asumir riesgos.

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