Los fanáticos de Francia celebran al final del partido de fútbol semifinal de la Copa Mundial Rusia 2018 entre Francia y Bélgica en el Estadio de San Petersburgo en San Petersburgo el 10 de julio de 2018.
Los fanáticos de Francia celebran al final del partido de fútbol semifinal de la Copa Mundial Rusia 2018 entre Francia y Bélgica en el Estadio de San Petersburgo en San Petersburgo el 10 de julio de 2018.

El Mundial Rusia 2018 ha marcado un hito en Perú y pocas veces se ha visto en el Perú un fervor como este en una Copa del Mundo. Todos los peruanos estuvieron felices, orgullosos, unidos sin distinción.

“Ese es un hecho a destacar más allá de las tácticas y los goles”, señala Pablo Montalbetti Solari, decano de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP).

Indicó que el máximo evento del fútbol ha dejado cinco grandes lecciones:

1. Si el Gobierno desea unir al país, debe invertir más en el deporte. Está más que demostrada su efectividad. Un gran ejemplo es Colombia, sus resultados en este Mundial y en otras disciplinas deportivas, como ciclismo, motociclismo, atletismo y vóley.

Según Montalbetti, el deporte bien dirigido debe ser una gran motivación para la juventud. Por ello, se espera una apuesta importante y seria (no tímida ni improvisada) del Gobierno, indica Montalbetti.

“Los Juegos Panamericanos 2019 deberían contribuir a este fin”, agregó.

2. Es importante un líder, no solo un jefe. Un equipo técnico muy unido más que el individualismo. Ambas perspectivas son necesarias. La unidad nace cuando hay coherencia y consistencia en las acciones y se da siempre de arriba hacia abajo. La única forma de exigir es dando el ejemplo, demostrando nuestra capacidad y habilidad para dirigir, liderando en equipo. En otras selecciones, en cambio, ha ocurrido lo contrario: al entrenador y a los dirigentes no se les respeta (o, al menos, se le cuestiona abiertamente).

“Si se pierde el respeto, muy difícilmente se logran resultados”, señaló.

3. Hay que estar preparados para competir. Los resultados no dependen, principalmente, de la suerte, sino del esfuerzo y la disciplina. Son meses, años dedicados a la preparación. Muchos lo intentan, pocos lo logran. Y es que la constancia, perseverancia, ganas y pasión son fundamentales. El Mundial es, sobre todo, un reconocimiento al esfuerzo acumulado en los últimos cuatro años.

4. Se debe tener una valla más alta. No se le puede quitar mérito al esfuerzo, pero sin resultados, este no vale lo mismo. Una crítica constructiva de este Mundial es que se debe ser más ambicioso, no conformarse fácilmente.

“Que haya una lección aprendida”, señala Montalbetti, quien añade que “acostumbrarse a ganar más que a justificar derrotas”.

La lección es que para ser mejores personas y profesionales las personas se deben exigir mucho para lograr y superar las expectativas.

5. Más tiempo con la familia y los amigos. Muchos han aprovechado el Mundial para disfrutar el tiempo con los seres queridos, lo cual es muy bueno. Mucho positivismo, mucha alegría, mucha unión, ¿hay algo más importante que eso? Padres e hijos viajaron a Rusia a compartir una ilusión. Familias completas compartieron un café, una parrillada viendo un partido en la televisión. “Lo ideal es que esta rutina familiar se extienda, que nunca termine. Siempre hay motivos para la unión”.

Lo ideal es convivir entre la racionalidad de buscar resultados y sentir emociones y deseos. Tener vivencias y aprendizajes, más allá del fin. Se debe buscar siempre el equilibrio sin descuidar el gran sentido de la vida y así poder disfrutarla.