Muchos jóvenes anhelan conseguir un trabajo de ensueño, tal como el caso de Sarah, una joven que a los 21 años decidió mudarse a Londres para “triunfar en el mundo de la moda”.
Sin embargo, al momento de empezar a vivir ese “sueño”, notó que muchos eran como ella, y que se convertían en presa fácil para una industria que, en algunos casos, puede dar labores manuales no remuneradas y la repetitiva sensación que eres reemplazable.
Sarah contó a BBC Mundo que duró dos años en su puesto y durante todo ese tiempo sus jefes no le ofrecían una trayectoria profesional que le den sensación de progreso.
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“Tanto los gerentes como los empleados sabían que era un lugar de trabajo competitivo, que siempre había mucha demanda. Si te ibas, te sustituían por otra persona joven que estaría muy entusiasmada por estar ahí”, comentó al medio citado.
Dicha situación puede generar presión y ansiedad en jóvenes que sienten que al iniciar deben pagar una especie de “derecho de piso” para triunfar en sus primera experiencia laboral.
Hay empresas que apuestan por invertir en que los jóvenes talentos crezcan en su compañía y, aunque sea duro, puedan subir en el organigrama.
Por otro lado, hay quienes prefieren crear estructuras donde se contrata a empleados jóvenes que tienen poca, o ninguna, oportunidad de ascender, y donde se le ordenan tareas muy exigentes.
Muchos esperan que sus trabajadores renuncien al encontrarse en un “callejón sin salida” o por un Burnout.
¿Qué resulta atractivo?
Helen Hugues, profesora de la Escuela de Negocios de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, afirmó que no todos los jóvenes que no tienen una trayectoria de crecimiento se encuentran en empresas que intencionalmente rotan a sus empleados.
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Sin embargo, hay un concepto que confunde demasiado a los jóvenes. “La expectativa es que, en las primeras etapas, tienen que aceptar puestos de menos categoría antes de poder progresar”, comenta.
Es que los recién graduados empiezan en la parte baja de la escala salarial y no tienen expectativa de tener el sueldo de un empleado con más experiencia.
“Cuanto menos experiencia tiene el empleado, más abierto de mente es y, en general, está más dispuesto a aceptar las condiciones del entorno laboral”, sostuvo Hugues.
La explotación
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Los entornos tóxicos de trabajo no faltan en esta primera etapa de experiencia y ellos pueden sentir que se trata de un campo realmente competitivo, pero solo es que no tiene las mejores condiciones.
Al verse jóvenes, aceptan largas jornadas, enormes cargas de trabajo; y no defienden sus intereses. “Están tan preocupados por conseguir un trabajo que piensan que cualquiera vale”, añadió.
Lo bueno es que los tiempos cambian y cada vez hay más denuncias por malas prácticas laborales. Sarah al final terminó renunciando a la industria de la moda y se fue por el sector de la creatividad, donde se ha recuperado después de sufrir agotamiento en su primera experiencia.