La mesa de operaciones se embarcaba en un segundo año de fuertes ganancias cuando altos ejecutivos comenzaron a desertar para irse a firmas como Bank of America Corp., Citigroup Inc. y Millennium Management. Para el cuarto trimestre, muchos de los pesos pesados del equipo se habían ido.
El escenario no era un banco de inversión en dificultades. Era la mesa de derivados de acciones dentro del poderoso JPMorgan Chase & Co. —uno de los muchos focos de rotación de empleados en los últimos meses, lo que mantiene ocupados a los reclutadores del banco. Esto es parte de una tendencia en toda la industria financiera de Manhattan.
Surgen señales en todo lado de una mayor rotación en Wall Street: un reclutador independiente dijo que nunca había visto tantas vacantes con salarios de ocho cifras. Un coach de carrera dijo que sus clientes del sector financiero no basan sus decisiones únicamente en el dinero; están hartos de trabajar tanto que ni siquiera pueden tener una vida afectiva.
Un veterano de la industria dijo que las renuncias se están volviendo tan comunes que algunas personas están ansiosas y se preguntan si están cometiendo un error al quedarse.
La tendencia coincide con el alivio de una pandemia que estimuló cambios de trabajo y llevó a muchos en la industria a preguntarse si querían reanudar los viejos trayectos hasta la oficina o incluso permanecer en la misma ciudad.
Ahora, las empresas rivales convencen con dinero o, en algunos casos, proponen estilos de vida más flexibles para atraer talentos y capitalizar el auge de las negociaciones y los acuerdos de adquisición. También hay más competencia para mujeres y profesionales que representan minorías después de que prácticamente todas las firmas importantes prometieron mejorar la diversidad a raíz de las protestas por la equidad racial del año pasado.
Si bien los números son difíciles de calcular, JPMorgan no está solo. Lo que impresiona es que una empresa de tal renombre no sea inmune a la fuga de talento.
Los índices de renuncias en muchas de las divisiones de JPMorgan han aumentado al menos algunos puntos porcentuales desde los niveles previos a la pandemia, según personas con conocimiento directo del asunto. Eso se traduce en miles de vacantes que llenar, lo que luego se suma a una mayor rotación en otros bancos, y así sucesivamente.
De hecho, la máquina de contratación de JPMorgan ha sufrido con los reemplazos y demás. A pesar de la elevada cantidad de funcionarios que salieron, su división de banca corporativa y de inversión ha logrado aumentar la dotación de personal en 4,500 personas en los primeros nueve meses del año. Y la mesa de derivados de acciones recurrió a promociones para cubrir vacantes y terminó aumentando los ingresos en más de un 20% en comparación con el año pasado, dijo una persona.
“Hemos podido retener a los mejores talentos incluso en este entorno único”, dijo Brian Marchiony, un portavoz de JPMorgan. “También hemos dado la bienvenida a algunas nuevas contrataciones excelentes para JPMorgan, dado nuestro desempeño y liderazgo en el mercado”.
El problema para los bancos es que defender y contratar talento es costoso. JPMorgan y Bank of America se encuentran entre las principales empresas que advirtieron a los accionistas el mes pasado que los costos de compensación podrían subir el próximo año.
El director directivo de Goldman Sachs Group Inc., David Solomon, dijo a los analistas que hay presión sobre las compensaciones y la inflación salarial, pero que es manejable. Días después, la junta de Goldman otorgó bonificaciones especiales a largo plazo tanto a él como a un vice, lo que les dio más razones para quedarse.