Economistas de fondos de inversión expresaron su consternación el viernes ante las revelaciones de que dirigentes del Banco Mundial ejercieron “presiones indebidas” sobre empleados para mejorar la clasificación de China en su influyente informe “Doing Business 2018” (“Haciendo negocios 2018”), y la posterior cancelación de la serie.
Los economistas consultados dijeron que la interrupción del Banco Mundial de los informes “Doing Business”, que califican a los países según lo fácil que es hacer negocios en ellos, podría complicar la evaluación que hacen los inversores sobre dónde poner su dinero.
“Cuanto más pienso en ello, peor me parece”, dijo Tim Ash, de BlueBay Asset Management, en comentarios enviados por correo electrónico. “Cualquier modelo cuantitativo de riesgo de país ha incorporado esto en las calificaciones. El dinero y las inversiones se asignan en función de esta serie”.
Una investigación del bufete WilmerHale a petición del comité de ética del Banco Mundial descubrió que dirigentes de esa entidad, incluida la actual directora del Fondo Monetario Internacional Kristalina Georgieva, habían presionado para mejorar las calificaciones de China.
En ese momento, el banco multilateral con sede en Washington buscaba el apoyo de China para una gran ampliación de capital.
Georgieva dijo que estaba en desacuerdo “fundamentalmente con las conclusiones e interpretaciones” del informe, que se publicó el jueves, y que había informado a la junta ejecutiva del FMI.
Los economistas afirmaron que este tipo de informes —del Banco Mundial y otros— son útiles, pero que desde hace tiempo son vulnerables a la manipulación.
En este sentido, señalaron que algunos gobiernos, especialmente en los países más pobres de los mercados emergentes que quieren demostrar su progreso a los votantes, podrían obsesionarse con su posición en los informes, que evalúan todo, desde la facilidad para el pago de impuestos hasta los derechos jurídicos.
Charles Robertson, economista jefe de Renaissance Capital, apuntó que las puntuaciones de la facilidad para hacer negocios habían perdido credibilidad durante años. Algunos países contratan a empresas de inversión, entre ellas la suya, e incluso a antiguos líderes gubernamentales, para que les asesoren sobre cómo mejorar sus clasificaciones.
“Ha habido grandes divergencias entre las clasificaciones de corrupción de algunos países y las puntuaciones de la facilidad para hacer negocios, lo que implica que estas eran solo mejoras de valor nominal en lugar de reflejar cambios económicos subyacentes”, dijo.
“Como economista, sin embargo, sería una verdadera lástima que perdiéramos el acceso a los datos subyacentes. Es realmente interesante, por ejemplo, saber que una empresa en Brasil tarda 900 horas en tramitar los impuestos, mientras que en otro lugar solo tarda 70”, añadió Robertson.
Los informes “Doing Business” se publican anualmente desde el 2003 y Ash, de BlueBay, señala que se habían convertido en un elemento importante para los bancos y las empresas a la hora de evaluar el riesgo de los países.