El ingreso de divisas por turismo receptivo, es decir extranjeros, es la variable más relevante para el sector en Perú. De su comportamiento depende que el turismo supere totalmente la pandemia. Así, los datos del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) anticipan que la brecha se está acortando.
Sin embargo, la mayoría de actores involucrados en la cadena turística consultados señalan que -con suerte- este año se igualarían los US$ 4,704 millones que ingresaron al Perú en 2019. Para el próximo año, la apuesta está situada a partir de mayo, cuando el golpe del fenómeno El Niño (FEN) y la reavivada crisis política podrían empezar a enfriarse.
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Avance
Al cierre del tercer trimestre del 2023, el número más actualizado que brinda el BCRP, han ingresado US$ 2,579 millones en divisas por turismo extranjero al Perú. Ello significa que hasta ese periodo, la variable está por debajo del registro del 2019 en 45%.
Sin embargo, la brecha se ha ido acortando en el año. “Incluso si comparamos mes a mes, las diferencias se hacen cada vez más cortas. El primer trimestre de este año fue demasiado complicado ante la incertidumbre por la conflictividad social. Generó un rezago”, dice Carlos Loayza, gerente general de la Cámara Nacional de Turismo del Perú (Canatur) a Gestión.
A raíz de esa tendencia, la proyección de Canatur es que en el último trimestre del 2023 ingresen US$ 1,200 millones de divisas, con lo que se superaría ligeramente el registro del último tramo del 2019 (US$ 1,168 millones).
Sin embargo, desde la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Comex Perú) son más conservadores. Según comenta Marcelo Huaquisto, analista de Estudios Económicos del gremio, el levante responde a que hasta septiembre los arribos de turistas extranjeros ya superan al 2022.
“Es un rebote estadístico, aún persiste el rezago. Al cierre del tercer trimestre estamos por debajo 18.8% en ingreso de divisas. Esperaríamos que este cuatro trimestre haya una mejora respecto al 2022, pero todavía debajo del 2019″, señala a este diario.
Una perspectiva parecida mantiene la Asociación Peruana de Agencias de Viaje y Turismo (Apavit). “Ya estamos por cerrar el año. No creo que equiparemos. Somos uno de los pocos países que no ha recuperado sus niveles prepandemia por completo”, explica su presidente, Ricardo Acosta, a Gestión.
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Inconvenientes
El ingreso de divisas, según explica el Mincetur, se compone de la suma de dos variables: las cuentas de crédito (ingresos) de Viajes y Transporte de Pasajeros, que publica el BCRP.
Históricamente, indican las fuentes consultadas, el transporte de pasajeros es el que tiene menos peso en la sumatoria. Como precisó el Mincetur a Gestión en CADE Ejecutivos, el gasto promedio del turista extranjero en Perú ya recuperó sus niveles prepandemia.
De cara al primer trimestre del 2024, podría haber una pequeña alza para ambos componentes, aunque dependerá de la severidad del FEN. “Deberíamos ver un rebote estadístico por los pocos turistas que ingresaron en el mismo periodo este año por la conflictividad. Con El Niño podrían volver a caer, esperemos que no”, explica Huaquisto de Comex.
Que vuelvan las protestas sociales es otro riesgo que no se puede descartar, remarca Apavit. “El nuevo enfrentamiento entre el Ejecutivo y la Fiscalía perjudica nuestra imagen. Si buscas viajar escoges un país seguro para relajarte. Con el conflicto se pierde el tiempo para promover políticas claras para el turismo”, indica Acosta.
En Canatur comparten esta visión. “Las proyecciones se hacen con escenarios donde la inestabilidad política no crecería. La incertidumbre sobre la garantía de contar con paz social siempre impacta (en el ingreso de divisas)”, comenta Loayza.
Sin embargo, el vocero del gremio turístico precisa que la temporada “alta” del flujo para el turismo receptivo inicia después del primer trimestre, con lo que el ingreso de divisas podría consolidar su recuperación a partir de ahí.
“Arranca en mayo donde las consecuencias negativas del FEN ya deberían haber pasado. Entre enero y marzo los esfuerzos estarán centrados en el turismo interno porque es más sencillo promover destinos si hay estragos al sur o al norte”, asegura Loayza.
Ante la imposibilidad de anticipar con mediana certeza el desarrollo de todos los riesgos, Huaquisto mantiene una postura de que el 2024 será positivo, pero no de superación del rezago pandémico. “Sería mejor que este año, esperemos que sin confilictividad, pero el flujo lo estaríamos recuperando hacia 2025 o inclusive 2026″, pronostica el representante de Comex.
“Tener una gran ilusión sobre el 2024 es ser muy optimista. El Gobierno debe poner mano firme en temas como el ingreso a Machu Picchu. Mantener 1,000 boletos presenciales es un maltrato. No puedes obligar a la gente a pernoctar para hacer una cola”, agrega Acosta de Apavit.
En ese sentido, Loayza comenta que es urgente consolidar la implementación de la venta virtual de entradas al 100% para Machu Picchu, lo que aumentaría la apuesta de los extranjeros por visitar Perú.
“El aforo dinámico también hará que nuestro principal atractivo dirija las visitas del turista extranjero. Hay que mejorar también la experiencia en Machu Picchu Pueblo, que no sea un destino para quedarse un día y ya. Tienen otros recursos como el disfrute de orquídeas, el avistamiento de aves o su vía termal que se han dejado de explotar”, propone.
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Licenciado en Periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Experiencia en cobertura política, social y económica peruana.