
La bancada de Acción Popular presentó un proyecto de ley que declara en emergencia a Machu Picchu y ordena una serie de medidas para reestructurar su administración.
Se dispone, por ejemplo, una evaluación conjunta de la administración del santuario histórico entre el Ministerio de Cultura, Gobierno Regional del Cusco, Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, la Municipalidad Distrital de Machu Picchu y el Comité Consultivo Regional de Turismo del Cusco.
El PL N° 11872/2024-CR brinda un plazo de 60 días hábiles para que se elabore una propuesta de reorganización administrativa de la maravilla del mundo.
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Asimismo, se evaluará y reformará la estructura y competencias de la Unidad de Gestión del Santuario (UGM) de Machu Picchu en pro de sus tareas técnicas y operativas; y también ordena la mejora de accesos, rutas y servicios básicos de atención para los turistas.
Se propone también reformular los mecanismos de distribución y control de venta de boletos, sea por formatos virtuales o presenciales.
Cabe añadir que la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Desilú León, reconoció los problemas que acarrean a Machu Picchu y adelantó que se dará una solución a partir del ordenamiento de los procedimientos de ingreso a las ruinas. “Cada vez la mayor demanda ha ido originando que ciertos procedimientos tengan que ser revisados”, apuntó en conferencia.
En esa línea, el Ministerio de Cultura se comprometió a presentar un nuevo protocolo para la venta de tickets a Machu Picchu para este 10 de julio.
Caos por venta de entradas en Machu Picchu: ¿qué lo ocasionó?
Ricardo Acosta, presidente de la Asociación Peruana de Agencias de Viajes y Turismo – Apavit, sostiene que la crítica situación en Machu Picchu se debe a la mala gestión en la venta de entradas y a la falta de coordinación entre las autoridades encargadas, sumado a la ausencia de previsión para atender la demanda turística en temporada alta.

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“El sistema en línea ha tenido fallas constantes, no es transparente, y muchos visitantes prefieren o se ven obligados a comprar entradas de forma presencial. Sin embargo, hay muy pocas ventanillas disponibles, lo que provoca largas colas desde la madrugada y aglomeraciones”, comentó a Gestión.
En esa línea, Acosta añade que el sistema de ventas presenciales “ha demostrado ser insuficiente” ya que hay pocos puntos de ventas, lo que genera colas gigantescas, desinformación y malestar entre los visitantes a la ciudadela inca, quienes deben pernoctar para comprar un boleto. Por lo tanto, considera que aumentar el número de ventanillas físicas podría ayudar a reducir los tiempos de espera y mejorar el servicio.
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El representante de Apavit coincide en que se realice una reforma integral en el sistema de acceso y conservación de Machu Picchu, mas no deben imponerse cambios sin planificación técnica ni estudios serios.
A su criterio, uno de los errores que se debe evitar es tomar decisiones sin la participación de las autoridades locales, el sector privado y las personas que viven del turismo en la zona. “Centralizar la gestión en Lima o en entidades alejadas de la realidad local solo empeora el problema”, dijo.
“Otro error sería actuar con apuro, buscando soluciones momentáneas en lugar de trabajar en una reforma integral del sistema de acceso y conservación. La transparencia en la administración de boletos, la protección del patrimonio y el desarrollo sostenible del turismo deben ser los ejes de cualquier cambio que se proponga”, concluyó.