(Foto: Archivo El Comercio)
(Foto: Archivo El Comercio)

El exministro de Economía, Luis Castilla, calificó de “irreal” la promesa de crear un millón de empleo en el primer año de gobierno, tal como lo anunció Pedro Castillo en su discurso por 28 de julio.

“Se confía mucho en el sector público y la verdad es que empleo temporal probablemente se requiera pues ha estado muy golpeado, pero pretender crear un millón de empleos en un año es absolutamente irreal”, señaló Castilla en TV Perú.

“Si se han perdido 2 millones de empleos en el país (por el impacto de la pandemia), un plan de empleo temporal podría suplir el 10%, unos 200,000 puestos de trabajo, pero plantear un millón de puestos es imposible, pues quien genera trabajo es el sector privado, y son empresas que están paralizadas en decisiones de inversión ante la incertidumbre sobre las reglas de juego”, sostuvo.

Por ello el especialista señaló que el plan de empleo temporal impulsado por el Estado es solo un complemento para los segmentos vulnerables.

“Pero lo más importante en el país es la reactivación de la economía privada. Un millón de puestos no se podría generar ni siquiera en cinco años si se mantiene este nivel de incertidumbre en el país”, remarcó.

Saluda designación de Pedro Francke

Por otro lado, Castilla se mostró favorable a la designación de Pedro Francke como ministro de Economía, en el marco de un gobierno de izquierda como el de Pedro Castillo.

“Es una de las mejores designaciones que ha hecho hasta ahora el presidente Castillo. Pedro Francke está haciendo lo que todo ministro de Economía haría: calmar los ánimos, tratar de zanjar la incertidumbre”, refirió.

Asimismo, destacó gestos de Francke como el solicitar a Julio Velarde que continúe en el BCR o anunciar el retorno a las reglas fiscales. “Eso da confianza”, anotó.

No obstante, Castilla indicó que “la desconfianza está en el resto del gabinete”.

“La subida del dólar es por nerviosismo y en tanto persista el tema político eso lamentablemente continuará”, advirtió.

“Lo que más preocupa a los inversionistas es el deseo de cambiar de Constitución y eso introduce mucha incertidumbre. Es una espada de Damocles sobre la economía”, anotó.