La economía peruana no crecería en este segundo semestre del año, debido a que la incertidumbre política ha frenado la inversión privada, estimó el exministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla.
“Hay un frenazo fuerte de la inversión privada, debido a la incertidumbre, por lo que en el segundo semestre el PBI no crecerá”, señaló Castilla a Gestión.pe.
En el primer semestre del año el PBI acumuló una expansión de 20%, en gran parte producto del ‘rebote’ estadístico tras el inicio del impacto del COVID-19 en el 2020.
Es por ello que en el acumulado del año Castilla estima que el PBI crecería alrededor del 10%, en línea con las proyecciones del MEF dadas por el ministro Pedro Francke.
No obstante, sí hay diferencias respecto a la expansión estimada en el 2022. Mientras el MEF prevé que habría un crecimiento de 4.5%, para Castilla esta expansión sería de solo la mitad, en alrededor de 2%.
“Lo más preocupante es el crecimiento del próximo año, el PBI crecería menos por el freno de la inversión privada. Y en términos de sectores, los vinculados a construcción continuarán creciendo pero a un menor ritmo; además, los sectores vinculados a la demanda interna se van a resentir. Y esto aún sin tener nuevas olas de pandemia”, señaló Castilla, también directivo de Videnza, Escuela de Gestores.
Castilla sostuvo que si bien la permanencia de Julio Velarde al frente del Banco Central de Reserva (BCR) sería una noticia positiva, no es suficiente para reactivar la inversión privada, pues para ello hace falta que el Gobierno deje de lado ideas como cambios al capítulo económico de la Constitución.
“La permanencia de Velarde no es suficiente. La autonomía del Banco Central es un alivio para la estabilidad macroeconómica del país, pero eso no marca un repunte de la inversión privada. La incertidumbre sobre cambios constitucionales es una espada de Damocles”, remarcó.
Distinto sería el escenario si estuviéramos en el inicio de un Gobierno que no genere esta incertidumbre, pues en ese caso la inversión privada sí tendría un importante crecimiento en el segundo semestre del año.
“Hubiera habido euforia, y muchos proyectos se hubieran dado, pues las condiciones externas son positivas. Hubiera habido un shock de inversión muy fuerte; pero estamos en el primer gobierno de izquierda, lo que genera esta incertidumbre”, indicó Castilla.
Tras crecer 4.5% en el 2019, la inversión privada cayó en 16.5% el 2020. En el primer trimestre del 2021 la inversión privada creció en 36.8% y en el segundo trimestre el avance fue de 162%. Este último dato es producto del ‘rebote’, debido a que el mayor impacto del COVID-19 se dio en el segundo trimestre del 2020.
Hacia el tercer trimestre del año empezaría a notarse el freno de la inversión privada, estimó Luis Castilla.
“Podrían darse tasas de crecimiento, pero a niveles bajos, pues no hay grandes nuevos proyectos de infraestructura que se hayan anunciado; es un crecimiento inercial”, refirió.
Agregó que la incertidumbre afectará sobre todo los planes de inversión de proyectos que involucren contratos con el Estado, por el riesgo de que se cambien las protecciones legales de los acuerdos.
“Muchos proyectos se han postergado y las empresas han decidido mantener un ritmo de inversión mínima indispensable, pues esta percepción de riesgo no la hemos tenido en muchos años”, apuntó Castilla.