
En conversación exclusiva con Gestión, Alfonso García Mora, vicepresidente regional para Europa y América Latina y el Caribe de la Corporación Financiera Internacional (IFC), comenta su percepción sobre el Perú, sus oportunidades y riesgos.
Además, menciona cuán importante es el país para la entidad. De hecho, hace solo unos días, se inauguró su primera oficina en nuestro país, una apuesta para estar más cerca de la economía nacional.
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¿Cómo se ve el panorama en la región?
Lo que prevé el Banco Mundial es que esta región sea la que menos crezca del mundo, y eso no es algo nuevo, sino que lleva ya varios años con una expansión claramente inferior a la media global. Eso no permite a América Latina afrontar los graves problemas estructurales que tiene.
Esto, además, entra en un periodo, el próximo año y medio, donde tendremos elecciones en gran parte de la región. Sabemos que es un continente donde las decisiones de política económica se ven muy afectadas por las decisiones electorales o por los ciclos electorales.
Es verdad también que la región mantiene agregados macroeconómicos más estables que nunca en la historia de América Latina. Pero, falta algo. Creo que el modelo no termina de cerrar porque hay una falta de focalización en políticas de crecimiento.
¿Cómo ve al Perú?
Perú no puede crecer a los ritmos de los últimos 5 años, porque nunca va a conseguir llegar al siguiente nivel de desarrollo con ese crecimiento.
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¿Cuál es la estrategia que tiene IFC para Perú?
Nuestra estrategia es seguir creciendo en el país. Podría ser paradójico pensar que en los dos últimos años IFC ha crecido de forma significativa en Perú, sobre todo, cuando se plantean temas como los cambios políticos e inversión. Pero, el IFC tiene un compromiso con el país, no con los gobiernos, y por lo tanto, si vemos que existe una clara oportunidad de desarrollo de inversión, invertimos. De hecho, la decisión de abrir una oficina en Perú la tomamos hace dos años (y finalmente se concretó).
Nuestro compromiso con el Perú es independiente de cuál sea el ciclo político. Obviamente, cuanta menos incertidumbre política, mejor para un inversor. Pero, independientemente de eso, el compromiso está ahí. Es una decisión estructural, no es una decisión de corto plazo.
¿Cuál es la expectativa de inversión?
El objetivo es invertir US$ 2,000 millones en los próximos tres o cuatro años. Nuestro objetivo es invertir entre US$ 500 millones y US$ 1,000 millones al año en el Perú.
Ese es un cambio muy significativo con respecto a la década anterior. Había años que hacíamos US$ 100 millones, US$ 200 millones. Es decir, es un salto bien cualitativo.
Este año vamos a cerrar en casi US$ 1,000 millones. Ese es el rango que creemos que Perú debe tener en el volumen de financiación.
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Mencionó que IFC no opera para el gobierno de turno. Aún así, un periodo electoral genera incertidumbre. Para ustedes, ¿esa incertidumbre es un pequeño bache en la línea de tiempo de sus inversiones?
Al IFC como institución no nos afecta. Puede afectar al mercado, porque hay empresas que dirán: “Voy a esperar (para invertir)” o “voy a hacerlo ya”. Ahí nosotros no entramos.
Puedes tener inestabilidad o incertidumbre política, cambios políticos, pero has mantenido una cierta, digamos, estabilidad macrofinanciera que es importante para generar esa mayor tranquilidad por parte del inversor.

¿Cuáles son sus temores?
Creo que al final la necesidad de tener estabilidad es fundamental. Destaco la gestión del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
Elementos que obviamente te gustaría no tenerlos encima de la mesa, pero que también tienes que saber convivir: con la inestabilidad política.
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Se han dado cambios continuos en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). ¿Qué tanto este sector es un actor clave o ya ha perdido fuerza e instituciones como la SBS y BCRP son los que “nos defienden”?
En general, los que “nos defienden”, como dices, está bien que lo hagan y aquí hay potencial institucional relevante. Pero, de nuevo, en la parte política has tenido muchísima inestabilidad. Entonces, la continuidad sería el menor de los males. ¿Qué hubiera ocurrido si se hubiera tenido una mayor estabilidad política? Con otra situación política posiblemente el upside y el crecimiento del país hubiera sido otro.
Es decir, lo menos malo es que por lo menos exista continuidad en la línea ministerial, independientemente de cuál sea el ministro. Pero, lo mejor sería tener estabilidad.
¿El Congreso de la República tiene más peso ahora?
Voy a ser un poco conceptual. Creo en la división de poderes y cada uno tiene que jugar su papel. El Legislativo no se puede meter en el Ejecutivo, y viceversa. Ahora, lo que esperas es que cada uno de esos poderes esté a la altura que se requiere, que tenga la visión institucional y de país de largo plazo.
Lo que requiere el Perú es tres instituciones, tres poderes independientes que tengan una visión de medio y largo plazo sobre el país y no estén vinculados a decisiones de corto plazo o parciales que pueden generar ruido en el sistema o que pueden obstruir la capacidad de desarrollo.
“No estaríamos abriendo la oficina del IFC si no fuera porque realmente creemos que el país tiene un potencial enorme. ¿Qué necesita el país para aprovecharlo? Estabilidad y políticas de medio y largo plazo”.
Tres sectores clave en Perú para IFC
Alfonso García Mora mencionó que el IFC siempre ha estado involucrado en el sector financiero del Perú “porque es la forma en la que se puede llegar a las microempresas y tratar temas tanto de financiamiento de mujeres, empresarial, finanzas climáticas”.
“Todavía hay enormes gaps de inclusión financiera en el Perú y por lo tanto hay potencial para seguir haciéndolo”, mencionó.
Sin embargo, señaló que están volcando su estrategia también a sectores no financieros. Fundamentalmente tres sectores: agronegocios, energético e infraestructura, que está vinculado a las APP.
“Tenemos varias APP, no solamente en sectores básicos, como gestión de aguas, sino también en sectores sociales, como escuelas o sanitario”, remarcó.