(Foto: GEC)
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Pese a que el presidente Pedro Castillo reiteró -en más de una oportunidad- en su viaje a Estados Unidos al igual que el titular de Economía, Pedro Francke, que su gobierno no expropiará a nadie, el primer ministro Guido Bellido, uso de cuenta de twitter para afirmar que se “nacionalizará” el yacimiento de Camisea si es que la empresa concesionaria no renegocia reparto de utilidades a favor del Estado.

Convocamos a la empresa explotadora y comercializadora del gas de Camisea, para renegociar el reparto de utilidades a favor del Estado, caso contrario, optaremos por la recuperación o nacionalización de nuestro yacimiento”, afirmó Bellido por twitter.

De concretarse esta intención -que de acuerdo al marco institucional actual, debería pasar por el Congreso ya que se necesita de una ley- ¿qué impactos tendrá en el día a día de los peruanos? realizó un análisis de sus impactos en junio -previo a la segunda vuelta- cuando el entonces candidato Pedro Castillo dijo que se “recuperará la riqueza del país” y se “renegociará con grandes empresas”.

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Si se toma en cuenta que el 60% de la demanda de gas provienes principalmente de las centrales térmicas, mientras que el 40% del sector industrial, el exviceministro de energía, , consideró que podría haber un impacto en el servicio eléctrico debido a que-actualmente- la generación térmica produce el 40% de la demanda de electricidad en el país y el gas natural es su principal insumo.

Debido a que al pasar a manos del Estado (de no llegarse a un acuerdo con Pluspetrol), este (el Estado) dejaría de invertir en gastos de mantenimiento y operación –como ha ocurrido en el pasado con las empresas estatales– lo que degradaría el servicio y daría pase a cortes del mismo en el mediano plazo, que podrían traducirse en apagones o restricciones del servicio.

Camisea está desarrollado en la selva por lo que tiene costos altos, por lo que –continuamente– el productor, transportista y distribuidor tienen que hacer inversiones para mantener el servicio. Cuando se nacionaliza una empresa privada para que sea operada por el Estado generalmente –y lo hemos visto en el pasado– se eliminan gastos, entre ellos, el de mantenimiento y operación, con lo cual se degrada el servicio y con ello vienen los cortes del mismo”, explicó.

Recordó que es muy peligroso no hacer mantenimiento a los ductos de Camisea ya que una falla, pueden generarse explosiones. “El Perú ya vivió las restricciones del servicio eléctrico en 1992 en la que se restringía, valga la redundancia, la luz ocho horas al día. Podemos llegar a este extremo si es que no se mantiene a la operación”, apuntó.

Otro riesgo a tomar en cuenta -agregó- es que si Camisea dejará de abastecer a las generadoras térmicas, estas tendrían que recurrir al uso del diésel cuyo precio es más alto que Camisea y que el país importa, lo traería como resultado que sea hasta diez veces más caro la producción eléctrica en el país.

, especialista en energía y minería, consideró las operaciones (eléctricas) se van a ver afectadas no en el corto plazo, pero sí en el mediano y largo plazo si se nacionaliza Camisea.

Si se nacionalizará Camisea, Pluspetrol se iría y –en teoría– quien asumiría (como administrador) sería Petroperú, que no tiene ni conocimiento y ni capacidad para gestionarlo y operarlo”, acotó.

Con la nacionalización de gas natural –automáticamente, dijo– todos los mercados internacionales le cerrarían las puertas al Perú, con lo cual toda la producción se verá rápidamente afectada. Lo que implica que el mercado local se comprima/restrinja.

Un detalle que desconoce Castillo y Bellido es que la producción de gas natural excede largamente lo que se consume en el mercado local, es decir, que hay gas suficiente para el mercado interno y para la exportación.

Del total de la producción de gas natural que son 1,400 millones de pies cúbicos por día, se reinyecta 400 millones de pies cúbicos diarios -aclaró- esto es gas que se tiene que reinyectar porque no hay consumo local.

Un riesgo latente -tras la nacionalización de Camisea- es que siga el mismo camino las generadoras eléctricas, específicamente las unidades que usan gas natural que -en teoría- pasaría a manos de Electroperú.

Con lo cual tendríamos a dos empresas estatales Petroperú y Electroperú que desconocen como funciona la operación de Camisea y las unidades de generación con gas natural. Ese sería el panorama”, detalló.

Reiteró que inicialmente -tras la nacionalización- no se va a dar corte de luz ya que actualmente hay un exceso de unidades de generación eléctrica y con una reserva del 80% de lo que se consume. Por el contrario, lo que podría pasar es que se va a reducir el consumo con la salida de industrias y empresas del país.

En el corto plazo no se van a ver apagones ni aumento de la tarifa, probablemente bajen. No obstante, en el mediano plazo hay un alto riesgo que nos quedemos sin energía si no hay un manejo y mantenimiento adecuado de los equipos”.

¿Cuánto es el costo de nacionalizar Camisea? solo en inversión fija hay más de US$ 6,500 millones y si se la añade la inversiones en las unidades de generación a gas natural podrían ser unos US$ 3,000 millones.

Estamos hablando que entre US$ 10,000 a US$ 15,000 millones lo que sería el costo de nacionalizar Camisea y las generadoras eléctricas, no incluye el lucro cesante. Este es el monto que va a tener que desembolsar el Estado peruano de nacionalizar Camisea, de lo que contrario nos convertiríamos en un paria e incluso se impondrían arbitrajes que puede embargas las cuentas del Estado”, remarcó.

-Dato-

  • Tras la nacionalización, va ser complicado que otra empresa quiera operar Camisea. “Lo más probable es que al final se lo entreguen a uno de los países aliados del bloque chavista como de Rusia, China o Bolivia”, precisó Laub.
  • Solo en pago de regalías el Estado peruano recibe más US$ 10,000 millones de Camisea. Si se la añade impuestos (directos e indirectos) son US$ 3,000 millones más con lo cual solo en ingresos fiscales se recibe más US$ 13,000 millones, lo que serviría para construir 100 hospitales.
  • Si producto de la negoción, Pluspetrol decida quedarse, le va a pedir al Estado peruano algo a cambio. “Lo que asusta de Castillo es que pretenda volver a los 70. Cuando Alvarado expropió la IPC, el país pagó mucho dinero por esa expropiación. Es difícil que una empresa expropiada se quede. Poco probable”.
  • Camisea costó US$ 6,500 millones pero si lo agregamos lo que pagó al Estado peruano en impuesto y la regalía US$ 13,500 millones, implica que se ha visto un retorno para el país por US$ 20,000 millones. Si se compara con la Modernización de Talara que inicialmente iba a costar US$ 1,000 millones, luego subió a US$ 2,500 millones, después a US$ 5,400 millones y finalmente US$ 6,000 millones.
  • La diferencia entre Camisea y Talara, es que el primero no le costó al Estado y el segundo si nos cuesta a todos y hasta ahora su rendimiento es cero, mientras Camisea dejó US$ 13,000 millones mientras que el Estado está pérdida con Talara ya que aún no se generan ganancias de la refinería que administra”, puntualizó Laub.