El Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad (PNIC) se publicó en julio del 2019 en busca de definir objetivos para el cierre de brechas, en el que se priorizó 52 proyectos por S/ 99,196 millones, cifra que se actualizó a finales del año pasado (S/ 114,040 millones). Sin embargo, a la fecha (a diciembre del 2020), se ha ejecutado solo el 3.3% del monto total.
Si bien Gabriel Daly, director general de Política de Promoción de la Inversión Privada del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) reconoció que queda mucho por hacer, remarcó que la tarea pendiente que existe de cara al siguiente Gobierno es lograr que este esfuerzo de planeamiento, así como los proyectos socializados, se mantengan en agenda y “no se haga un borrón y cuenta nueva”.
En este contexto, identificó diez retos vinculados al PNIC que tendrá que asumir la próxima gestión. Uno de ellos, es actualizar el cálculo de la brecha e incorporar la variable de calidad.
“Identificamos brecha de acceso básico, pero no calidad. Hoy medimos si una casa tiene agua o electricidad, pero no medimos la calidad de esa agua, si llega clorada, cuántas horas al día; o en el caso del servicio de luz, cuántas horas tiene una familia”, detalló en un evento de CFA Society Perú: “Definiendo la agenda de infraestructura social que necesita el Perú”.
Daly también detalló que el próximo Gobierno deberá incorporar -en aras a impulsar la infraestructura social- de sectores como Salud y Educación.
Agregó que “aunque es cierto que uno no puede hacer competir un colegio con una carretera, básicamente por multiplicadores y las variables económicas que se utilizaron (en el PNIC), se puede empezar a pensar -por ejemplo- para temas de salud en redes o, para ambos sectores, en empaquetar proyectos. Habrá que repensar el sector salud y educación y ver cómo se empieza a priorizar”, remarcó.
Se suma que la próxima gestión tendría que institucionalizar el planeamiento y seguimiento del PNIC; unificar a los actores en un solo sistema de seguimiento; así como definir un indicador que mida la sostenibilidad de los proyectos a largo plazo y elaborar de manera periódica informes de avance.
Además, está el reto de fortalecer a las entidades responsables adquirir terrenos; implementar normas pendientes (mejorar el registro en los reportes de seguimiento, identificar interferencias y aprobar la relación de proyectos complementarios); elaborar lineamientos que facilite la programación presupuestal de los sectores; y conformar un Project Management Office (PMO) para la gestión de proyectos.
De lo mencionado, Leonie Roca, presidenta de la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN), comentó que hay que tener en cuenta sobre todo tres puntos: que la brecha no puede ser solo de acceso, sino de calidad; que como los sectores sociales no se incorporaron en el PNIC original, se requiere una revisión profunda; y que las inclusiones de proyectos en el futuro irán de la mano con un marco fiscal ajustado.
“Por eso es fundamental tener una mirada clara de cuáles son esos proyectos que van a venir y cuáles no, que haya un ajuste que incluya temas sociales, de calidad, sabiendo que hay un ajuste del techo presupuestal”, mencionó Roca.
-El Gobierno a Gobierno como mecanismo-
En el país existen diferentes mecanismos para iniciar proyectos tales como por Obra Pública, las Asociaciones Público-Privadas (APP) y las Obras por Impuestos (OxI). Sin embargo, recientemente, se escucha en el Perú un “nuevo término”: los contratos de Gobierno a Gobierno, o conocidos como GtoG, mecanismo de contratación a través del cual un Gobierno contrata bienes, servicios u obras que serán prestados por otro Gobierno conforme a los mecanismos y condiciones pactadas entre ambos.
Si bien el contrato GtoG con Reino Unido permitió presentar a tiempo las obras de los Juegos Panamericanos Lima 2019, y ahora se usa para la Reconstrucción con Cambios en el Norte; se ha cuestionado desde diferentes instituciones y analistas -incluso desde el mismo MEF- que ahora se pretenda hacer tres proyectos en simultáneo bajo este mecanismo: la nueva Carretera Central, la Línea 3 y la Línea 4 del metro de Lima.
Al respecto, Daly señaló que más allá de buscar que todos los proyectos de infraestructura se realicen bajo la modalidad de GtoG, se debe rescatar lo que funciona de estos contratos para aplicarlos en los procesos, por ejemplo, como la figura del PMO.
“Hay que ver caso por caso, lo más importante es rescatar aquellas cosas que funcionaron del GtoG, hay que bajar dos derivadas y entender aquellas características operativas que generan un impacto positivo más que usar la palabra GtoG como un cliché para saltarse los sistemas y hacer las cosas porque están de moda”, remarcó.
En la misma línea, la embajadora del Reino Unido, Kate Harrison, refirió que el modelo GtoG no es el único al que el Perú debe recurrir para cerrar la brecha. “En el GtoG de los Panamericanos, así como el de la Reconstrucción del Norte, el grupo británico puso los conocimientos para el equipo peruano, no solo la entrega del proyecto. Queremos llegar a un escenario donde Perú tenga la capacidad técnica para ejecutar megaproyectos. Para ello considero que un paso importante es implementar un centro de experiencia que recoja lo aprendido, en el MEF o un centro de excelencia”, puntualizó.
Incluso, Carlos Neuhaus, quien fue director ejecutivo del proyecto especial de los Juegos Panamericanos Lima 2019, refirió que el tema del GtoG es una solución a un problema puntual, pero “lo que debemos es traer son las buenas prácticas de otros países que hacen que ellos no necesiten la modalidad de GtoG”.