La presencia de un empleado en estado de ebriedad en el lugar de trabajo es una cuestión que puede tener serias repercusiones dentro del ámbito laboral. En el contexto de la legislación peruana, existen regulaciones específicas que determinan cómo deben manejarse estos casos y bajo qué circunstancias pueden conducir o no al despido del trabajador.
Esta situación plantea interrogantes sobre los derechos y deberes de ambas partes en la relación laboral, así como sobre el procedimiento legal a seguir para garantizar un proceso justo y transparente.
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La Ley de Productividad y Competitividad Laboral en Perú tipifica como falta grave la concurrencia reiterada de un trabajador en estado de embriaguez o bajo la influencia de drogas. ¿Qué se considera “reiterado”?
La jurisprudencia peruana interpreta “reiterado” como más de una vez. Sin embargo, la ley también establece que un solo incidente puede considerarse falta grave si la naturaleza del trabajo del empleado implica un riesgo excepcional.
Por ejemplo, si un asistente de contabilidad llega ebrio por primera vez, no se le podría despedir. Pero, si el que llega ebrio es un chofer de bus interprovincial o el que maneja una grúa, en ese caso sí cabría el despido.
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Protocolo
Ante la sospecha de que un trabajador ha llegado ebrio, el empleador debe actuar con rapidez y precisión. Según César González Hunt, socio del área laboral en PPU, las pruebas rápidas de alcoholemia son la herramienta principal para determinar el estado de embriaguez.
“La jurisprudencia sugiere aplicar de forma análoga la ley de tránsito, que considera en estado de embriaguez a una persona con al menos 0.5 gramos de alcohol por mililitro de sangre”, detalla
César Puntriano, socio del Estudio Muñiz, añadió que el procedimiento para despedir a un trabajador en estado de embriaguez requiere la participación de la Policía para verificar los hechos.
Indicó que la empresa debe realizar una prueba de alcohol al trabajador con su consentimiento, y los resultados deben ser validados por la Policía Nacional, quien extiende un atestado policial certificando el estado del trabajador.
“Con ese documento, se cursa la carta de preaviso del despido. Si el trabajador se niega a someterse a la prueba, la policía lo registrará como una admisión implícita de su estado”, detalló el abogado.
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¿Me pueden perdonar si llego ebrio al trabajo?
El empleador no está obligado a despedir a un trabajador por llegar ebrio al trabajo. “El empleador tiene la potestad de iniciar el procedimiento de despido, pero no está obligado a hacerlo”, señala González Hunt.
En su experiencia, ha visto casos donde la falta ha sido perdonada debido a circunstancias atenuantes, como un evento familiar donde el trabajador consumió alcohol antes de su turno nocturno.
“La empresa puede decidir no despedir a la persona en función de consideraciones específicas, como el historial del trabajador o la gravedad del incidente”, explica. Esta flexibilidad permite que se tomen decisiones más justas y equilibradas en cada situación particular.
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Consecuencias de la falta de asistencia
Si un trabajador decide no presentarse a trabajar debido a su estado de embriaguez, las consecuencias son menos severas que presentarse en dicho estado. Según César González “faltar al trabajo habiendo sido programado puede resultar en una amonestación o una suspensión por un breve plazo, pero nunca en un despido”.
Por su parte, César Puntriano explicó que si un empleado decide faltar al trabajo debido a que está ebrio, esto se considera una ausencia injustificada y puede tener varias consecuencias. “La falta injustificada genera un descuento de remuneración por el día no trabajado y podría llevar al despido si se acumulan seis ausencias injustificadas en un periodo de 30 días calendario o 16 en 180 días”, aclaró.
“Es mejor que el trabajador tome el teléfono y le avise a su jefe sobre su estado, pida disculpas y explique que no va a ir a trabajar. Mantener la comunicación y actuar con buena fe puede ayudar a evitar sanciones más severas”, concluyó Puntriano.
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Abogado por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Actualmente, ocupa la posición de redactor en el área de Economía en el Diario Gestión.
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