El Índice de Libertad Económica de 2024 ha revelado que Perú se sitúa en el puesto 49 entre las economías más libres del mundo, con un puntaje de 64.8 sobre 100 puntos. La fundación Heritage publicó el ranking que mide a 184 países en el mundo donde el Perú se posiciona dentro del tercio más alto, aunque el puntaje muestra una disminución de 1.7 puntos con respecto al año anterior (66.5). De hecho, en el 2023, Perú se ubicaba en el puesto 44.
El Perú se destaca como el octavo país más libre en la región de las Américas, entre un total de 32 naciones. Esta posición refleja tanto los avances como los desafíos que enfrenta la economía peruana en su búsqueda de mayor libertad económica. Según el ranking, perú es una economía “moderadamente libre”.
El informe toma en cuenta 12 variables para estimar el grado de libertad de las economías, como: “derechos de propiedad”, “salud fiscal”, “facilidad para hacer negocios”, “libertad de inversión” y “políticas laborales”.
Las reformas económicas implementadas en los últimos años han sido un motor importante para la expansión económica y la reducción gradual de la pobreza en el país. Además, la institucionalización de políticas de mercado abierto ha fomentado el comercio y la inversión, brindando un ambiente propicio para el desarrollo empresarial.
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Sin embargo, persisten desafíos significativos. La corrupción y la debilidad del Estado de Derecho continúan siendo obstáculos importantes que socavan las perspectivas de desarrollo económico a largo plazo.
A pesar de los esfuerzos por desmantelar barreras y promover la libertad empresarial, la inestabilidad política y el malestar social han generado un entorno de incertidumbre que afecta negativamente a la economía, precisa el informe.
Buena parte del resultado podría atribuirse a una mayor percepción de un deterioro en el clima para hacer negocios en el Perú, lo que ha resultado en una caída de la inversión privada. Para el economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), Teodoro Crisólogo, los anuncios de autoridades que involucran la intención de no respetar contratos de concesión, cierres arbitrarios de negocios y comercios por parte de gobiernos locales, han terminado por socavar la confianza empresarial.
“Las denuncias de exigencias indebidas para la emisión de licencias o aprobación de trámites, son varios de los aspectos que contribuyen a percibir un entorno empresarial cada vez menos predecible para desarrollar nuevas inversiones y por lo tanto debilita la libertad económica y capacidad del sector privado para generar oportunidades de desarrollo y bienestar”, precisó.
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El sector empresarial peruano se beneficia de un mayor acceso al financiamiento y una mayor eficiencia regulatoria, aunque aún enfrenta desafíos derivados de la falta de estabilidad y la inseguridad jurídica. Las normas laborales, si bien están experimentando cierta flexibilización, también enfrentan presiones y demandas en medio de un panorama político y social volátil.
Subeditora de Economía. Licenciada en Economía (Esan), con estudios de maestría en Ciencia Política y Relaciones Internacionales (PUCP). Tengo siete años analizando la coyuntura y economía nacional.
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