En América Latina se espera una moderación del crecimiento económico en la segunda mitad del año. Si bien algunas naciones se han visto beneficiados por los mejores precios de commodities, la alta inflación continuará golpeando la capacidad adquisitiva de las familias. ¿Qué otros retos enfrentará cada país de la región?
Luis Falen, head de Macroeconomía de Intéligo SAB, proyecta que en el Perú se anticipa una desaceleración para el segundo semestre, marcada por una menor producción minera ante el incremento de los conflictos sociales, el deterioro de la inversión privada por la elevada incertidumbre política y una mala gestión pública.
La actividad económica en Brasil sigue mostrando una dinámica mejora a la esperada en la primera parte del año. Sin embargo, las posturas de expansión fiscal no se hicieron esperar dado el difícil contexto político para el gobierno de Jair Bolsonaro de cara a las elecciones generales del 2 de octubre, lo que ha traído nueva incertidumbre sobre el manejo de mediano plazo de las finanzas públicas. Los sondeos más recientes señalan que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva mantiene una ventaja de más de 10 puntos sobre el actual mandatario.
En Argentina hay una elevada incertidumbre ante la fragilidad del programa con el FMI y las fracturas en la política interna. Sin embargo, el crecimiento fue de 6.0% en el 1T22, impulsado por la industria manufacturera, a pesar de las dificultades en las cadenas de suministro globales. Tras la conclusión de la primera revisión técnica del FMI y la publicación del Presupuesto Federal ajustado, Falen espera que el país cumpla la meta fiscal de un déficit primario de 2.5% del PBI.
Por su parte, en México hay una persistente debilidad de la inversión privada, en medio de un entorno político hostil con los empresarios, lo que hace que sea una de las pocas economías que no ha recuperado su nivel prepandemia. Los desincentivos a la inversión privada han sido la constante desde el 2018. Aunque el legislativo bloqueó la iniciativa de reforma constitucional en el sector eléctrico, el clima de los negocios y la inversión privada permanecen débiles.
El 4 de julio se llevó a cabo en Chile la ceremonia de entrega de la propuesta de nueva constitución al presidente Gabriel Boric. Esta sugiere un cambio importante de las reglas de juego, por lo que —en caso de aprobarse— crearía un entorno menos favorable para la inversión privada. La propuesta será votada en un plebiscito el próximo 4 de setiembre.
En Colombia, la actividad se mantiene sólida y favorecida por los altos precios del petróleo. La economía colombiana siguió superando las expectativas en los últimos meses, resultado de los altos términos de intercambio, los fuertes flujos de remesas, la continua mejora en el mercado laboral y un mayor gasto público. La nueva administración del presidente Gustavo Petro, que asume hoy el poder, tendrá que lograr consensos para la aprobación de sus reformas, por lo que será difícil que se aprueben propuestas radicales.
“Así, más allá del golpe inflacionario, Latinoamérica enfrenta desafíos, como una alta incertidumbre política, una débil inversión privada, riesgos fiscales, entre otros. De esta manera, será indispensable monitorear las políticas que se vayan a tomar para impulsar el crecimiento”, considera Falen.