En el más reciente Marco Macroeconómico Multianual (MMM), el documento de política económica más importante elaborado por el Gobierno, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) eleva su proyección de crecimiento de 10.0% a 10.5%, la que sería la tasa más alta desde 1994. Para el 2022 mantiene su estimado de 4.8% y apunta a que, entre el 2023-2025, el crecimiento de la economía sea, en promedio, de 4.1%.
“Si bien son razonables las proyecciones del 2021 —luego de crecer 40% en el primer semestre—, las estimaciones del MEF a partir del 2022 serían muy optimistas”, considera Luis Falen, head de Macroeconomía de Inteligo. De hecho, el Consejo Fiscal —comisión autónoma que tiene como objetivo contribuir con el análisis técnico independiente de la política macro fiscal— observa “con preocupación” las proyecciones del 2022 hacia adelante.
Por el lado de las materias primas, la preocupación se centra en las expectativas para el precio de cobre, toda vez que el alza del metal es explicada principalmente por factores cíclicos y especulativos. “Ante ello, existe el riesgo de un alza menor a la esperada en el MMM, lo cual afectaría su expectativa del escenario internacional”, dice Falen.
Por otro lado, el MMM señala una relación cercana entre la inversión privada y el crecimiento económico para el próximo año. La dependencia del crecimiento en el éxito de la implementación de medidas para recuperar las expectativas por el lado de la inversión privada —proyectada en 5.5% de crecimiento para el 2022—, genera riesgos en la proyección.
Respecto a las proyecciones de crecimiento para el periodo 2023-2025, el Consejo Fiscal señala que también tienen un sesgo optimista y que no se estarían considerando las secuelas de la crisis sanitaria del Covid-19 sobre el crecimiento potencial de la economía, lo que podría conllevar a la sobreestimación de la recuperación de los ingresos fiscales e incentiva mayores niveles de gasto que podrían comprometer la sostenibilidad de las finanzas públicas.
Por el lado fiscal, se proyecta un déficit de 4.7% para este año. Este es inferior al 5.4% plantado en la última actualización de proyecciones del MEF, realizada en abril. Además, el MEF también planteó una nueva senda fiscal, con un déficit de 3.7% para el 2022 como se planteó en el restablecimiento de las reglas fiscales y cuya convergencia al 1.0% del PBI se concretaría en el 2025, un año antes a lo planteado en la última actualización.
Respecto a esto, el Consejo Fiscal también demuestra su preocupación y exhorta una actitud prudente frente a los resultados positivos de recaudación este año, dado que los ingresos extraordinarios de este año serían transitorios. Los estimados de crecimiento económico y de los precios de metales también generan un sesgo optimista a las proyecciones de ingresos púbico.
“En este contexto, será importante que el Gobierno muestre con hechos concretos su voluntad de moderar las tensiones desde el Ejecutivo. La elevada incertidumbre política genera cautela en algunas decisiones de inversión”, señala Falen.