Por Débora Dongo-Soria
La transformación digital no ha desaparecido a los bancos, ni lo hará. No en vano se dice que los bancos son “too big to fail”. Es más, a diferencia de la mayoría de sectores empresariales, la banca ha sido uno de los que mejor ha incorporado la tecnología para automatizar procesos internos, abaratar costos y ofrecer nuevas soluciones digitales a sus clientes.
Sin embargo, hay un nuevo jugador que está obligando a los bancos a salir de su zona de confort y modificar su forma de operar. Se trata de las empresas de servicios financieros basadas en tecnología, más conocidas como fintech, que ofrecen soluciones más ágiles, amigables, baratas y seguras —aunque muchos aún tengan dudas— para los consumidores.
En América Latina, el número de emprendimientos fintech pasó de 703 en 2017 a 1,166 en 2018, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En el Perú, se calcula que hoy operan 130 fintech y se espera que ese número se duplique hacia el 2021.
Más de un tercio del total de fintech en el Perú está en la vertical de medios de pago (como Agente Cash o Lukita), seguidas por las que se ubican en las verticales de tipo de cambio (por ejemplo, Rextie o Cambista) y de préstamos (como Kontigo). Esta última es una de las verticales de mayor crecimiento. A mediados de setiembre, Credicorp invirtió US$ 1 millón en la fintech peruana Independencia, que ofrece préstamos de consumo en línea a personas naturales.
“Las fintech ya son una realidad y estarán cada vez más presentes en el mercado. Bancos y fintech deben encontrar el balance en el que puedan convivir y generar sinergias. Los bancos deben enfocar sus esfuerzos en sus actividades core y apoyarse en las fintech para consolidar sus proyectos y servicios”, explica Felipe Pechi, head de Treasury and Trade Solutions para Citi Perú.
El ecosistema fintech complementa la actividad bancaria por el valor agregado que puede llegar a ofrecerle al cliente. Por eso, hay espacio para todos. “Hay un interés creciente por utilizar los canales digitales. Las empresas fintech están empezando a consolidarse, pero con una buena educación financiera digital, el cielo será el límite”, considera Óscar Salas, presidente de la Asociación Fintech Perú y CEO Perú de Kushki Pagos.
Las fintech han llegado para quedarse. ¿Hacia dónde irá el ecosistema en el país en los próximos dos o tres años?
Todo en una
Matías Maciel, cofundador y CFO de Rextie, la plataforma digital de cambio de monedas, explica que el crecimiento de las fintech será horizontal. Es decir, las verticales se empezarán a mezclar y una misma app aglutinará varios servicios financieros. Así, el usuario podrá, por ejemplo, pedir un préstamo y cambiar dinero desde un solo lugar.
“Dado que se le ha hecho tan fácil al usuario usar una plataforma digital, el desafío es hacer que se quede y no se vaya a otra. Una buena forma de hacerlo es incrementando la cantidad de servicios. El que mejor lo haga, saldrá ganando y tendrá una buena posición en el mercado”, apunta Maciel.
Rextie va en ese camino: además del cambio de divisas, este año ofrecerá el servicio de pago de tarjetas de crédito y en el 2020 permitirá hacer pagos internacionales. Esta plataforma cuenta con 25,000 usuarios y 1,800 empresas registradas. Realiza 12,000 operaciones al mes. Al cierre del año espera llegar a US$ 450 millones en volumen negociado.
Nuevas oportunidades
Este crecimiento se hará a través de alianzas o asociaciones, ya que difícilmente una sola fintech podrá tener un alto nivel de especialización en todas las verticales. A su vez, esto generará alianzas más consolidadas entre fintech y bancos para la optimización de canales. “Ahí van a empezar a aparecer los neo bancos y el dinero electrónico va a tener suficiente tracking para generar scoring crediticio que permita la inclusión financiera”, opina Salas.
Sin embargo, aún está pendiente regular el ecosistema no solo para asegurar la calidad de las fintech, sino también para dinamizar el mercado con más jugadores y contar con infraestructuras complejas 100% digitales.
Además, el mayor tope legal de la tasa de interés que ahora podrán cobrar las entidades no financieras permitirá que las fintech en la vertical de préstamos puedan llegar a nuevos clientes a los que no podían acceder por la prohibición de cobrar una tasa alineada al riesgo de la operación. Eso dinamizará la competencia entre jugadores.
¿Y los bancos?
La industria financiera en el mundo está cambiando, pero no solo por las fintech. También juegan un rol importante la incursión de las empresas bigtech en el sector y los nuevos hábitos de consumo, como el reemplazo del efectivo por, por ejemplo, pagos QR o monedas digitales.
Frente a esta realidad, el modelo de negocio de los bancos ya no puede ser el mismo. En el mediano plazo, probablemente los bancos se vuelvan cada vez menos transaccionales y tengan un rol más de asesoría o compra de productos de alta complejidad.
“Las fintech van a ser como el front desk del negocio, las que dan la cara, pero siempre habrá un banco detrás”, complementa Javier Salinas, director del centro de emprendimiento e innovación Emprende UP, de la Universidad del Pacífico.
Otro camino es el que esboza Maciel. “Los bancos no van a desaparecer nunca, pero están mutando. Se dividen y se especializan en ciertos servicios, y los ofrecen como si fueran una fintech. El futuro va por ahí”.