La liquidez de las acciones estadounidenses ha caído a niveles vistos por última vez durante la corriente vendedora del 19 de setiembre, lo que ha aumentado la volatilidad de un mercado ya nervioso.
La liquidez del mercado, es decir, la facilidad con la que los inversores pueden comprar o vender un valor sin que afecte a su precio, lleva años en una espiral descendente. En las últimas semanas, sin embargo, los operadores se han visto sacudidos por movimientos masivos.
“La liquidez es abismal, es la forma en que la describiría”, dijo Rishabh Bhandari, gestor de carteras senior en la firma de gestión de inversiones alternativas Capstone Investment Advisors. “En cuanto alguien quiere mover activos de riesgo, no hay un mecanismo eficiente para que la gente pueda hacerlo”.
Analistas afirmaron que la liquidez se ha visto perjudicada porque los inversores activos que compran y venden de forma oportunista se han visto eclipsados por las operaciones automatizadas y las estrategias de inversión pasiva. También culparon a las regulaciones más estrictas que han desalentado la toma de riesgos por parte de algunos corredores.
El jueves, por ejemplo, la empresa matriz de Facebook, Meta Platforms, se desplomó en la mayor caída diaria de las acciones de una empresa estadounidense, perdiendo más de US$ 200,000 millones de valor de mercado.
El índice de volatilidad Cboe, el indicador de miedo de Wall Street, subió el mes pasado a un máximo de 15 meses de 38.94, en medio de un desplome de los precios de las acciones que dejó al Nasdaq con una caída de 9% y al S&P con un descenso de 5.3% en enero, ante el cambio de postura de la Reserva Federal (Fed).
El problema de liquidez no se limita a las acciones individuales. Los futuros del E-mini S&P 500, uno de los instrumentos financieros más seguidos del mundo, también muestran una señal de peligro.
La escasa liquidez exacerba las oscilaciones del mercado y dificulta a los inversores la ejecución de órdenes de compra y venta al precio deseado. Los episodios de escasa liquidez contribuyeron a las salvajes oscilaciones del mercado en marzo del 2020, cuando el S&P 500 perdió cerca de un tercio, desde su máximo a su mínimo, debido a la preocupación de los inversores sobre un cierre de la economía por el COVID-19.
Una medida de la liquidez del mercado de renta variable es la profundidad de mercado de los futuros E-mini del S&P 500, que los inversores usan para exponerse al mercado de valores estadounidense.
En un momento dado, suelen negociarse futuros por unos US$ 50 millones de valor implícito. La cifra cayó a unos US$ 2 millones a finales de enero, no muy lejos del nivel de entre US$ 1 millón y US$ 1.5 millones que se alcanzó en marzo del 2020, según datos de Capstone. Ahora se sitúa en algo menos de US$ 5 millones.
Otra métrica de liquidez muestra que la proporción de los fondos cotizados en bolsa sobre el volumen total de acciones es del 45%, la más alta en al menos dos años. La escasa liquidez de las acciones individuales ha empujado a los inversores a aumentar el uso de los ETF de renta variable, según JP Morgan.
Además de la ola de ventas de marzo del 2020, el deterioro de la liquidez contribuyó a las correcciones del mercado de acciones en setiembre del 2021 y octubre del 2020 y diciembre del 2018, dijeron analistas de JP Morgan en una nota reciente.
“Un deterioro igualmente abrupto de las condiciones de liquidez del mercado de acciones parece haber exacerbado los recientes movimientos del mercado”, escribieron.
Los inversores achacan la escasez de liquidez a diversos factores. Por un lado, dijeron que las regulaciones más estrictas tras la crisis financiera mundial redujeron la capacidad de los grandes corredores de bolsa para asumir riesgos.
Otro factor ha sido la menor intervención de humanos en la ejecución de operaciones en el mercado bursátil y una mayor participación de las máquinas. Los programas de negociación a veces retiran la liquidez cuando la volatilidad se dispara, afirmaron los expertos, lo que puede exacerbar los movimientos del mercado.
Además, algunos inversores citaron el aumento de las estrategias de inversión pasiva. Si bien los gestores activos que buscan oportunidades han proporcionado históricamente liquidez en momentos de tensión, las estrategias sistemáticas y pasivas no pueden hacerlo debido a las estrictas normas sobre cómo y cuándo pueden negociar.
“El riesgo de liquidez está muy infravalorado”, afirma Steve Sosnick, estratega jefe de Interactive Brokers y antiguo operador del mercado de opciones. “A medida que los inversores se agolpan en las acciones ganadoras, se olvidan del hecho de que cada vez es más difícil salir en masa”.