“Todavía hay mucho que hacer por parte de las compañías para explorar los beneficios de la IA", sostiene BCG. (Foto: Pixabay)
“Todavía hay mucho que hacer por parte de las compañías para explorar los beneficios de la IA", sostiene BCG. (Foto: Pixabay)

Una investigación mundial sobre la implementación de la inteligencia artificial realizada por BCG Gamma reveló que el 55% de las empresas analizadas sobreestiman la madurez de sus iniciativas de Inteligencia Artificial Responsable (RAI, según sus siglas en inglés).

Sin embargo, menos de la mitad de estas organizaciones han implementado dichas iniciativas de manera completa, pese a que declararon haber logrado el éxito en sus programas de IA responsable.

Esta es una de las conclusiones a las que se arribó tras contrastar las respuestas de más de 1,000 directores en el estudio que comparó los hallazgos de su evaluación con la definición de los ejecutivos sobre la implementación de la inteligencia artificial en sus respectivas organizaciones.

Se halló que, del 54% de las compañías que creen haber implementado completamente sus programas RAI, solo el 21% alcanzó la clasificación de ‘líder’, el nivel más alto de madurez de inteligencia artificial responsable.

Las organizaciones con el nivel más alto de iniciativas de inteligencia artificial responsable se encuentran en Europa (66.8%) y América del Norte (66.3%). En América del Sur el porcentaje es de 56.9%, por lo que existe un gran potencial de crecimiento en la región”, indicó Christopher Weisz, socio de BCG GAMMA.

“Todavía hay mucho que hacer por parte de las compañías para explorar los beneficios de la IA, que va más allá de mitigar los riesgos potenciales. Es la clave para la creación de valor en las empresas, retener el talento y generar una ventaja competitiva en las organizaciones”, añadió.

Para medir el nivel de madurez de RAI, las compañías fueron evaluadas en base a siete dimensiones, como la gobernanza de datos y privacidad, seguridad, protección y solidez, justicia y equidad, mitigación del impacto social y ambiental, transparencia y “explicabilidad”, entre otros.

En la mayoría de las industrias se avanzó principalmente en la dimensión de datos y privacidad, seguida por transparencia y seguridad, protección y solidez. La excepción fueron las empresas de telecomunicaciones, que colocaron a la transparencia y “explicabilidad” como un aspecto igual de prominente. Los programas menos desarrollos son de justicia y equidad, mitigación del impacto social y medioambiental, ya que son difíciles de abordar.”, precisó Weisz.

La investigación destacó que las empresas pioneras en inteligencia artificial responsable pertenecen al sector de tecnología, medios y telecomunicaciones (TMT) y bienes industriales, siendo su motivación principal los beneficios comerciales que podrían obtener de este recurso, mientras que ‘el cumplimiento normativo’ es el factor más importante para las empresas del sector público.

Panorama en América del Sur

En el caso de Sudamérica, se ha percibido una brecha. Esta se presenta entre las empresas que aseguran haber implementado de manera completa la inteligencia artificial y aquellas que efectivamente lo lograron. La mayoría no ha alcanzado el nivel más alto de madurez de RAI.

Otra de las conclusiones de esta investigación resalta que el acceso al talento y la cobertura mediática positiva incentivaron un entusiasmo generalizado por la inteligencia artificial. Lo que ha impulsado a muchas empresas a invertir en soluciones de IA y al surgimiento de más emprendimientos basados en estas tecnologías. Los empresarios deben apostar por un enfoque holístico que contemple el impacto de sus aplicaciones y ponga a los individuos y sus derechos en el centro.