Perú, en los últimos 23 años, ha logrado un exitoso incremento de 500% en áreas de oro verde. No bordeaba ni las 9,000 hectáreas en el año 2000 pero casi al cierre del 2022 alcanzó las 60,000, posicionándose como el segundo productor mundial de palta Hass, después de México. Sin embargo, la demanda no crece al mismo ritmo -el precio está a la baja-; una situación que ha generado una fuerte competencia no solo entre países, también, entre los más de 150 exportadores nacionales de la fruta, llegando a un extremo: un aumento de malas prácticas que pueden exponer al país a un posible cierre de mercados.
Sucedió hace poco. Orlando Dolores, director General de Sanidad Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), contó a gestion.pe que “tuvieron que hacer varios trámites” para evitar el cierre del mercado chileno, que recibe el 10% de la producción total de Perú. Y es que la Autoridad sanitaria de Chile detectó una plaga en un lote de palta Hass que tuvo que ser decomisada. Aún así -agregó- Senasa no pudo sancionar a la empresa exportadora por “falta de evidencia”.
Según estima Dolores, al menos un 30% de exportadoras de palta peruanas estaría incumpliendo los requisitos para una adecuada exportación. El Senasa afirmó por escrito a este diario que las malas praxis de estas empresas “se reporta en cada campaña, sobre todo en envíos de mango y palta, y con el incremento de las exportaciones también se incrementan estos casos”.
Pero, ¿qué hay detrás de esta mala praxis? No todo está relacionado con la presencia de empresas informales o temporales. El contexto tiene mucho que ver. Para este año ProHass estima un incremento en 12% de los envíos de palta Hass de Perú (624,000 tn). Sin embargo, la tendencia de la demanda -Estados Unidos se está autoabasteciendo- y el precio se van a mantener o incluso caer dependiendo de la semana, anota Alfredo Vargas, gerente de la empresa Torino Produce. Por ello -anota Dolores- se está priorizando hacer envíos en la ventana de enero-abril, cuando el mercado internacional paga mejor.
En consecuencia, “se genera una competencia feroz por acopiar fruta, sobre todo, entre enero y abril”, concuerda Carlos Paredes Rosales, presidente de ProHass. Cabe indicar que en Perú hay al menos 24 mil productores de palta Hass, de ellos, 19,000 son pequeños productores “que están buscando una oportunidad en el mercado”. Entonces, dice Dolores: “cuando el precio es bueno, a algunos nos les importa garantizar la trazabilidad de la fruta”.
Para garantizar la trazabilidad de un producto de agroexportación el Senasa implementó, entre otros, el código de lugar de producción (CLP). El código, que se entrega a los productores certificados, es decir, que tienen cultivos aptos para exportar -sin metales pesados o pesticidas prohibidos-, respalda que se realizó un buen manejo agrícola y se cumplieron los protocolos fitosanitarios. Si bien no todos los mercados de destino obligan a presentar el CLP, el Senasa sí lo exige como norma nacional para permitir la exportación de un lote.
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“Pero lo que se ha detectado, en algunos casos, es que por exportar más rápido utilizan el CLP de un productor al que no le han comprado y lo usan en un lote del cual no se sabe cómo fue su proceso agrícola. Esa es una mala práctica”, indica Dolores. A fines de marzo, el Senasa sancionó a cinco empresas por el mal uso del CLP, entre ellas, a Grupo Sociben S.A.C, EXPORICA S.A.C., Global Fruit Produce S.A.C y Torino Produce.
Alfredo Vargas, gerente de Torino Produce, dijo a gestion.pe que la empresa ha reconocido la sanción -suspensión de envíos por 11 días- pero también reveló que, durante el 2022, detectaron una serie de falencias en la cadena de emisión de los CLP: “estábamos por embarcar la fruta que compramos a nuestros acopiadores de confianza y de pronto nos llegaba la alerta de que ese CLP ya había sido usado en otro embarque”, dijo. El otro problema, agregó, es que todavía hay productores de las zonas más alejadas de Ayacucho, Huancavelica o Apurímac, que no han podido tramitar el CLP, por lo que algunos acopiadores usan códigos de otros productores. “Fue lo que nos pasó este año”, se justificó. Torino es una de las empresas que arranca su campaña de diciembre a abril, temporada en el que llegan a picos de envíos de hasta 280 toneladas por semana.
¿Sanciones más drásticas a la vista?
Gestión consultó al Senasa sobre las acciones que tomaría frente al mal uso de los CLP entre los acopiadores también. La autoridad sanitaria respondió que “actualmente solo se permite que la guía de remisión para el transporte de la fruta sea del productor o del exportador; asimismo, se solicita como adjunto a la guía, una declaración jurada del productor y copia de DNI”, y que otra medida aplicada es la alerta por mensajes de texto que le llega al productor cuando un exportador ha utilizado su código del productor.
“Adicionalmente, se viene implementando un aplicativo para asegurar la trazabilidad de la fruta en la cual el mismo productor declare al exportador y la cantidad de fruta que entrega”, refirió la entidad por escrito.
Dolores recordó que la sanción máxima por el uso indebido del CLP es la suspensión temporal de exportación por 30 días, pero que la autoridad sanitaria tiene la potestad de decomisar el producto e incluso incinerar (a la fecha, no se ha aplicado estas medidas). “Lo que podríamos evaluar es que si el exportador sustenta adecuadamente, se levantaría la sanción antes del tiempo”, dijo.
Cabe indicar que el Senasa, al contar con un presupuesto limitado, cuenta con un número limitado, también, de inspectores para realizar la verificación en campo que garantice a los países importadores que la fruta proviene de lugares de producción donde se aplica medidas fitosanitarias para el control de plagas reguladas. Por ello, recurrieron a un convenio con ProHass -de hasta 60 personas en los picos de campaña- para el control de materia seca de palta Hass y supervisiones de los campos certificados en los valles interandinos. No obstante, la autoridad sanitaria no respondió sobre las supervisiones en los campos relacionados con las empresas no agremiadas a la Asociación.
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¿Y la trazabilidad en el mercado nacional?
Como se indicó más arriba, el CLP garantiza que la fruta exportada “no contenga elementos que ponga en riesgo la salud del consumidor”, según Dolores. No obstante, el Senasa no obliga a presentar el CLP para la fruta u hortalizas que se venden en el país.
Frente a ello, Dolores adelantó a gestion.pe que Senasa está trabajando en un proyecto para afianzar la vigilancia sobre posibles alimentos contaminados. De acuerdo a la norma actual, son las Municipalidades quienes deben velar por la trazabilidad de los productos vegetales que se venden en mercados y supermercados.
Dato
- Para este año, ProHass enfocará su estrategia de exportación a nuevos estados de Estados Unidos que tienen un alto consumo, como la Costa oeste o Miami.
- En Europa, el enfoque estará en Francia e Italia, donde el consumo es bajo pese a que tiene 70 millones de habitantes.
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