Aunque las importaciones de fertilizantes tradicionales sintéticos a Perú -como la urea, nitrato de amonio, cloruro de potasio y fósforo- se redujeron un 33% entre enero y abril de este año respecto al mismo período del 2021, en medio de la crisis internacional de dichos insumos; la llegada de otros fertilizantes sustitutos como el sulfato de amonio y sulfato de potasio se incrementó en 60.1% y 53% respectivamente.
“El sector privado ha comenzado a buscar soluciones, asegurando el abastecimiento de productos fertilizantes substitutos de los clásicos, como el sulfato de amonio ante la ausencia de urea, o sulfato de potasio ante la ausencia de cloruro”, dijo Anthony Caballero, analista de la organización Asociatividad y consultor del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), quien agregó que hay cooperativas que estarían evaluando realizar estas compras directamente.
En los últimos dos meses, el conflicto entre Rusia y Ucrania, grandes productores de fertilizantes, elevó el precio y, a su vez, redujo los stocks disponibles de fertilizantes sintéticos en el mundo poniendo en jaque la producción agraria de varios países, así como la seguridad alimentaria mundial. En ese contexto, y a dos meses del inicio de la campaña agrícola, el gobierno peruano aún busca cerrar acuerdos de compra de solo urea con Venezuela, Bolivia y Marruecos.
Según Caballero, la agricultura peruana no solo necesita de urea sino de 16 nutrientes adicionales, cuyos precios también se han disparado. Por ello, agrega que la adquisición de fertilizantes sustitutos sería ventajoso para la agricultura en el actual contexto, pues sus precios solo subieron el doble a diferencia de la urea, cuyo costo se triplicó.
Asimismo, protegerían mejor los suelos. Y es que si bien Perú importa más de 1.2 millones de toneladas al año de fertilizantes sintéticos, menos del 50% -por ejemplo- de la urea aplicada es absorbida por los cultivos, el resto -a falta de buenas prácticas de fertilización- contribuiría a la contaminación del suelo y el agua, señala la investigadora principal del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes), Beatriz Salazar.
Así, indica que la crisis producida por la invasión rusa a Ucrania, es una oportunidad para mejorar la eficiencia del uso de fertilizantes y orientar la producción agrícola a prácticas más sustentables.
“Aunque en el corto plazo es difícil sustituir toda la urea que adquiere el Perú, es un momento para empezar la transición ecológica en la agricultura porque los mercados internacionales también lo están exigiendo”, señaló Gestión.pe.
Justamente en Perú ya operan más de ocho empresas de biofertilizantes que integran la Cámara de Productores y Comercializadores Orgánicos, y que este año prevén incrementar en 3% su producción ante la demanda de algunas medianas empresas agrícolas y cooperativas que tienen cultivos orgánicos.
“En el país ya se ha generado esta pequeña industria, son pequeñas fábricas de bacterias fijadoras de nitrógeno; la misma empresa San Fernando tiene una línea de fertilizantes a base de gallinaza y otros complementos. Hay otras empresas que se están formando cerca a zonas donde hay ganadería porque usan el deshecho orgánico. Producimos también derivados de proteínas hidrolizadas con deshechos de pescado que de por sí ya tienen nitrógeno, y ese compuesto es fundamental porque es un estimulante para las plantas”, señala Caballero.
A ello, añade Salazar, varios agricultores -aun a baja escala- han comenzado a elevar su producción de abono a base de restos de caña de azúcar y otros cultivos de pan llevar, así como humus, para mejor los nutrientes del suelo y reduzcan así, la aplicación de los fertilizantes sintéticos.
Finalmente, ambos especialistas anotan que es posible mejorar la eficiencia en el uso de fertilizantes a través de buenas prácticas de fertilización, como el uso de análisis de suelos, dosificando según necesidad del cultivo o haciendo aplicaciones foliares, lo que permitiría mejorar la eficiencia sin afectar, incluso, mejorando la productividad.
Otra forma sería a través del sistema de goteo, que mejoraría la eficiencia del uso de agua y también de fertilizantes hasta más del 80%; pero la tecnificación es costosa y requiere de plazos medios para lograr que los productores adopten una nueva tecnología.
Dato
- Entre enero y abril del 2022, el fertilizante que tuvo una drástica reducción en su importación a Perú es el nitrato de amonio (para uso agrícola) con -81%, de 72,000 toneladas pasó a 14,000. En segundo lugar, la urea, que pasó de 110,000 a 49,000 toneladas (-55%); el cloruro de potasio (-60%) de 30,000 a 12,000 toneladas. Los fertilizantes que aportan fósforo disminuyeron en 67%. Y la importación de fertilizantes compuestos disminuyó en 71%.
- Dentro de la estructura de costos de producción de papas, el 11% representa el gasto en fertilizantes; en café significa el 16%; en arroz el 27%; y en espárrago el 16%, según información compartida por AGAP.