Más de dos tercios de los analistas en una reciente encuesta de Reuters dijeron que el dólar seguiría cayendo hasta por lo menos mediados del 2021, ya que los inversores siguen moviéndose a activos de mayor riesgo comparativo y buscando rendimientos más altos. (Foto: REUTERS/Marcos Brindicci)
Más de dos tercios de los analistas en una reciente encuesta de Reuters dijeron que el dólar seguiría cayendo hasta por lo menos mediados del 2021, ya que los inversores siguen moviéndose a activos de mayor riesgo comparativo y buscando rendimientos más altos. (Foto: REUTERS/Marcos Brindicci)

Los inversores confían en que la debilidad del impulsará en el 2021 a todo tipo de activos, desde las en Estados Unidos hasta los mercados emergentes y los metales industriales.

Las bajas tasas de interés en Estados Unidos, el estímulo financiero masivo y el creciente apetito por el riesgo se encuentran entre los catalizadores que han contribuido a la caída del 6% del dólar frente a una canasta de divisas en lo que va de año, lo que lo encamina a su año más débil desde el 2017.

Más de dos tercios de los analistas en una reciente encuesta de Reuters dijeron que el dólar seguiría cayendo hasta por lo menos mediados del 2021, ya que los inversores siguen moviéndose a activos de mayor riesgo comparativo y buscando rendimientos más altos.

“La mesa está servida para la continua debilidad del dólar”, dijo Michael Purves, director ejecutivo de Tallbacken Capital Advisors, en una nota a los clientes.

Un dólar más débil es una ventaja para los exportadores estadounidenses, ya que hace que sus productos sean más competitivos en el extranjero. También hace que sea más rentable para las multinacionales estadounidenses volver a convertir las ganancias extranjeras en dólares.

Global Research estima que cada caída del 10% en el dólar estadounidense se traduce en un aumento de aproximadamente el 3% de las ganancias de las empresas del S&P.

Al mismo tiempo, el S&P 500 ha tendido a aumentar un promedio de poco más del 22% después de los años en que el dólar ponderado por el comercio en general -que mide la moneda estadounidense frente a los de los principales socios comerciales- disminuyó entre el cero y el 3%, según la investigación de Bespoke Investment Group.

Con esa medida bajando un poco más del 1.3% este año, “las cosas se ven muy, muy bien para los inversores en acciones en el 2021”, escribieron los analistas de Bespoke a principios de este mes.

Dicho esto, una caída constante del dólar puede ser preferible a una bajada brusca.

El impacto negativo de las fluctuaciones monetarias en las empresas norteamericanas alcanzó un máximo de US$ 14,160 millones en el segundo trimestre del 2020, según la empresa de gestión financiera y del tesoro Kyriba.

Las caídas del dólar tienden también a impulsar los precios de las materias primas, que se cotizan en la moneda estadounidense y se vuelven más asequibles para los inversores extranjeros cuando el dólar cae.

“El descenso del dólar supone un doble impulso para las materias primas, no sólo porque la mayoría de ellas cotizan en dólares, sino también porque los períodos de debilidad del dólar tienden a coincidir con un mayor crecimiento”, dijo Jeroen Blokland, gestor de cartera de Robeco.

El índice de materias primas de S&P/Goldman Sachs ha subido un 74% desde finales de abril, impulsado por las subidas de todo tipo de productos, desde el petróleo hasta el oro.

En los mercados de renta fija, la forma clásica de apostar a la debilidad del dólar es aumentar la exposición a los activos sensibles a la inflación, como los valores protegidos contra la inflación del Tesoro, conocidos como TIPS, dijo Thanos Bardas, director general y director de la renta fija global con grado de inversión en Neuberger Berman.

La inflación tiende a aumentar a medida que una moneda pierde poder adquisitivo.

Si bien la inflación se ha mantenido constantemente por debajo del objetivo de 2% de la Reserva Federal (Fed) durante la última década, billones de dólares en gastos gubernamentales han reavivado recientemente las discusiones sobre su reaparición.

Un dólar más débil también es una ventaja para los mercados emergentes, facilitando el servicio de la deuda de los países que pidieron prestado en dólares. El Índice de Mercados Emergentes del MSCI, que mide el rendimiento de las acciones, ha subido un 13% en lo que va de año.

Los analistas de Societe Generale han reducido la ponderación del dólar en su cartera de activos múltiples a un mínimo histórico, al tiempo que recomiendan una mayor exposición a las acciones de los mercados emergentes, en particular las de las empresas coreanas e indonesias.

Pocos esperan que apostar contra el dólar, sin embargo, sea una calle de un solo sentido. Analistas estiman que si la Fed decide endurecer su política monetaria antes de lo previsto, el dólar podría recibir un nuevo impulso.

Asimismo, el dólar tiende a consolidarse cuando la incertidumbre en el mercado aumenta y los inversores buscan activos seguros. Este fenómeno se produjo a principios de esta semana, cuando la preocupación por el resurgimiento del coronavirus llevó a la divisa estadounidense a un alza.

El episodio ilustró que cuando el apetito de riesgo se agota, el dólar sigue siendo “el más seguro de los refugios seguros”, escribió John Hardy de Saxo Bank.