Desde inicios de abril, el entorno de negocios ha mostrado algunas señales de mejora, luego de un arranque del año marcado por la incertidumbre, en medio del cambio de Gobierno, los conflictos sociales y las fuertes lluvias.
Apoyo Consultoría realizó un sondeo a los ejecutivos de más de 300 empresas e instituciones clientes del Servicio de Asesoría Empresarial (SAE), entre el 4 y 8 de mayo, que revela que la confianza empresarial para invertir se mantuvo en terreno positivo este mes y se ubicó en 2 puntos, su nivel más alto desde febrero del 2021.
“La relativa estabilidad que venimos observando en el frente político habría contribuido a sostener la mejora de la confianza”, dice Donita Rodríguez, jefa de Análisis Macroeconómico del SAE de Apoyo Consultoría. De hecho, dos de cada tres empresarios encuestados este mes consideran que la situación política del país ha mejorado, luego de más de 100 días del actual Gobierno.
Pese a la relativa mejora, la confianza empresarial se mantuvo todavía 10 puntos por debajo de su promedio prepandemia. En línea con ello, es probable que la inversión empresarial se mantenga limitada a proyectos de optimización y mantenimiento, menciona Rodríguez. De hecho, el 70% de ejecutivos encuestados priorizará este tipo de proyectos, por sobre expansiones, en lo que resta del 2023.
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Jesús Salazar Nishi, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), dice a Gestión que los industriales consideran que la situación actual no es buena y no ven mejoras para los próximos meses. “Cuando se les pregunta si van a contratar personal o invertir en equipos para la planta, respondieron que no. Seis de cada 10 dicen que no van a invertir”, precisa.
“Si quiero buscarle una justificación es porque el primer trimestre para la industria ha sido mala. Febrero fue uno de los meses donde más cayó la industria. El industrial siente que le está yendo mal y no ve que en los próximos tres meses haya mejoras”, agrega.
Jessica Luna, directora ejecutiva de Comex Perú, por su parte, recordó que la inversión privada se contrajo 12% en el primer trimestre del 2023. Si bien, agrega, el contexto actual no es el mismo que el de los primeros tres meses (con conflictos sociales e intensas lluvias), recuperar realmente la confianza empresarial requiere de arduo trabajo desde el Estado.
Señala que el foco debe centrarse en dar medidas claras para promover la inversión pública con una mirada de cierre de brechas, impulsar más proyectos mineros y reactivar el sector turismo. “El país necesita más inversión privada porque es la única forma de generar empleo, crecimiento. Estamos perdiendo la batalla contra la pobreza”, refiere.
Salazar Nishi añade que una señal clara para reactivar a las mypes sería el otorgamiento de microcréditos con garantía del Estado que vayan directamente a estas unidades productivas.
“Ya tenemos muchos meses con un nuevo Gobierno que dicho sea de paso no es de transición. Creemos que debería haber señales claras de reactivación de la economía que no se están sintiendo. Ese es el problema en el que nos encontramos ahora. Necesitamos medidas concretas que reactiven la economía y son señales que al final harán que la inversión privada regrese”, remarca Salazar Nishi.
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El entorno económico
Los ejecutivos perciben también cierta recuperación en el entorno económico. El porcentaje de ejecutivos que observa que el ritmo de crecimiento de la demanda de sus productos o servicios ha aumentado –con respecto al inicio del año– superó ligeramente al porcentaje que percibe que este se ha desacelerado (33% vs 29%, respectivamente).
Sin embargo, los márgenes de rentabilidad de algunas empresas se mantienen todavía afectados por el aumento en los costos de ventas. Si bien el 40% de los encuestados reportó que los costos de ventas de sus empresas se han estabilizado y el 10% incluso afirmó que estos han comenzado a reducirse, la mitad de los ejecutivos restantes todavía percibe un incremento en los costos de su empresa, en comparación con el inicio del año.
Esto se explica por las diferencias en la evolución reciente de algunos costos relevantes para la producción y venta de las empresas. Si bien los precios mayoristas de algunos productos de origen nacional continúan aumentando a tasas elevadas, los precios de commodities agrícolas que importamos –como la soya, el trigo y el maíz– han comenzado a reducirse en las últimas semanas, con respecto a su nivel del año pasado. Esto último ha favorecido la reducción de costos de algunos insumos de importación.
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Por ejemplo, el precio internacional del trigo se ubicó en US$ 358 por tonelada métrica (TM) en lo que va de mayo (al día 16), por debajo del resultado del mes pasado (US$ 365). Y también es menor a lo que se registró en mayo del 2022 (US$ 532).
Situación similar se repite para el maíz: el precio se ubicó US$ 237 por TM en lo que va de mayo, por debajo de abril del 2023 (US$ 252) y de similar mes del año pasado (US$ 304). El precio de la soya llegó a US$ 522 millones, cada vez más alejado de los más de US$ 600 registrados en la primera mitad del 2022.
Proyecciones para la inversión privada
Apoyo Consultoría mantiene perspectiva de un retroceso de alrededor de 4% de la inversión privada para este año, aunque esperan que las tasas de caída se moderen en los próximos trimestres.
“Así, para que esta mejora incipiente de las expectativas empresariales se traduzca en un incremento concreto de los flujos de inversión hacia el próximo año, será necesario que se mantengan no solo las mejoras en el frente económico, sino también la relativa estabilidad política que venimos observando en los últimos meses”, dice Rodríguez.
Cabe mencionar que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en su Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas (IAMP) en abril y el Banco Central de Reserva (BCR) en su Reporte de Inflación en marzo, proyectaron una caída de 0.5% para la inversión privada.
“Despierta Perú”
Por Donita Rodríguez, Jefa de Análisis Macroeconómico del SAE de Apoyo Consultoría
Por primera vez desde la pandemia, la actividad económica se contrajo a inicios de año. Este enfriamiento del motor económico se dio como consecuencia de la convulsión social y las fuertes lluvias que generaron bloqueos y paralizaciones en distintas zonas del país.
Hoy, pareciera que lo peor ya ha pasado. La política y el entorno social muestran relativa estabilización, hay menores presiones desde los costos de los insumos e, incluso, las empresas comienzan a percibir cierta mejora en la demanda de sus productos y servicios, en comparación con el arranque del año. En este contexto, la confianza empresarial para invertir está despertando, pero se mantiene aún expectante.
Para que la recuperación de la confianza se acelere es imperativo que se consolide la estabilidad en el frente político, se ejecuten con rapidez y eficacia las medidas anunciadas del Gobierno y que la gestión pública genere las condiciones necesarias para las iniciativas privadas.
La situación económica del Perú puede continuar mejorando, tenemos la capacidad. Si bien el impulso de la economía global está enfriándose, los precios de los productos que exportamos se mantienen en niveles favorables y los balances macroeconómicos, fiscales y financieros se mantienen saludables. Son anclas necesarias más no suficientes para atraer nuevas inversiones de gran escala.
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