
Para la inversión residencial, que es el gasto que realizan las personas para comprar o construir viviendas, con el objetivo de vivir en ellas o alquilarlas, el BCRP estima un avance de 3%.
Así, este componente de la inversión privada total crecería en 2025, luego de tres años de caídas consecutivas. Su último crecimiento, que fue en 2021, fue el rebote pandémico.
Sin emnargo, el proceso electoral del 2026, cuya campaña empezará a cobrar fuerza en la segunda parte de este año, ¿podría frenarla? Analistas lo responden para Gestión.
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Sensible al golpe electoral
En su reciente reporte de inflación, el BCRP es claro: la inversión privada crecería este año en gran parte respaldada por su componente no residencial.
“Esta cifra considera un crecimiento del componente residencial desde fines de 2024, el cual obedece a la recuperación de la autoconstrucción, puesto que los hogares han podido recomponer su canasta tras la reducción de la inflación en alimentos y el incremento de los ingresos formales“, dice textualmente el reporte.
Al respecto, Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, recalcó que la inversión residencial es, de lejos, el aspecto de la inversión privada más expuesto a la incertidumbre que podría traer la campaña electoral.
“Es la más sensible a esos cambios. De hecho, en su proyección, el BCRP también reconoce que la no residencial crecerá más. Eso tiene que ver con las personas que dirían: ‘mejor freno el gasto porque puede venir un gobierno que generé más riesgos y no me conviene endeudarme a largo plazo’”, explicó.


César García, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (Redes), recordó que la autoconstrucción, gravitante en la inversión residencial privada, representa el 70% del consumo interno de cemento, que junto a la inversión pública, componen los indicadores principales del sector construcción.
“La presión electoral podría generar incertidumbre, pero la inversión privada residencial encenderá este 2025 según cómo las familias impulsen la autoconstrucción. Allí podría ser clave si se autorizan retiros de los fondos de AFP o CTS”, consideró.
A lo que refiere García es que, de autorizarse nuevamente una liberación de estos recursos, las familias podrían sopesar incluso la “duda” que les generaría el proceso electoral ante la decisión de invertir.
“Aunque sean medidas polémicas, como ya pasó en los retiros pasados, tienen un impacto directo en la economía familiar. Aumentan su liquidez. Esa inyección de dinero se puede traducir en compra de materiales y el reinicio de obras en casa”, refirió.
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Levantaría cabeza después de años
Asuma o no el BCRP que el proceso electoral afectará su estimado, lo cierto es que la inversión privada residencial volvería a crecer en 2025 tras tres años de rotundas caídas.
Los datos históricos de este tipo de inversión privada demuestran que la caída más fuerte se registró en 2020 (-14.5%) a raíz de la pandemia.
Desde entonces, y salvó el rebote en 2021, todo resultado fue “en rojo”. Hubo una ligera recuperación en 2024, pero igual cayó más de siete puntos porcentuales.
Sobre esta realidad, Odar sostuvo que “era de esperarse” una recuperación lenta de la inversión residencial, principalmente, porque en los últimos años la inflación y la tasa de interés de referencia fueron moderándose.
“Como componente, ha quedado bastante rezagada en relación a otras variables. Lo que se plantea es una posible recuperación en función de mejores condiciones para los ingresos”, detalló.


Sin embargo, y como una pequeña realidad a monitorear en el año, Odar remarcó que el BCRP ya no parece tener mayor margen para bajar su tasa de interés de referencia. “La FED no necesariamente lo viene haciendo y eso condiciona nuevas bajadas para el BCRP”, acotó.
Por su lado, García, coincidiendo con Odar en dicho punto, agregó que los ingresos familiares hoy están en una condición que hace años parecía lejana. Esto les da mayores espacios para invertir.
“Tras la pandemia, subió la inflación y eso recién se cortó a inicios del 2024. Hoy las familias ven su presupuesto, de alguna forma, modificado”, apuntó.
El economista de Redes sumó a su argumento que el empleo formal viene mostrando signos de recuperación, si bien no consolidada, evidenciando un buen ritmo. “Ambas cosas ayudarían a que la perspectiva de inversión privada residencial pueda cumplirse”, aseguró.

Licenciado en Comunicaciones con especialidad en Periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde escribió en el portal Somos Periodismo y la revista Impresión. Parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Desde 2020 cubre temas económicos, políticos y sociales.
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