
La inversión privada en Perú alcanzó un crecimiento de 8.8% en el primer trimestre de 2025, superando el ritmo alcanzando en meses previos, informó el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).
Este resultado marcaría una consolidación de la recuperación de la inversión privada que se vio en el 2024, cuando registró un avance anual de 3.3%, pero ¿qué impulsó este crecimiento?
De acuerdo con el reporte del BCRP, en estos meses la inversión privada se benefició de una mayor confianza empresarial. Las expectativas a tres y doce meses de las empresas continuaron en terreno optimista, mientras que seguía reduciéndose las tasas de interés activas, especialmente las de créditos corporativos y a grandes empresas.
Ese entorno financiero, indican, contribuyó al fortalecimiento de las decisiones de inversión privada.
Asimismo, con la reducción de la inflación y el aumento de contrataciones, y por ende de ingresos, los hogares han podido continuar con el gasto en su canasta de consumo y han aumentado el gasto relativo en autoconstrucción.
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¿Qué tipo de inversión avanzó más?
Durante el primer trimestre, la inversión privada se concentró principalmente en el gasto no residencial y no minero.
Solo la inversión no residencial aumentó un 11.1%, en línea con un repunte del 24.6% en el volumen de importaciones de bienes de capital, excluyendo materiales de construcción y teléfonos móviles. Esto indicaría una mayor demanda de maquinaria y equipos productivos por parte de las empresas.
Dentro de este tipo de inversión, la inversión minera logró un crecimiento de 4.5% por mayores desembolsos se observaron en los rubros de exploración y planta beneficio.
Según datos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), en el primer trimestre la inversión en minería alcanzó los US$ 1,058 millones. Entre las empresas que lideraron el aumento se encuentran Southern Perú (US$ 77 millones), la Compañía de Minas Buenaventura (US$ 28 millones); y la Compañía Minera Zafranal (US$ 15 millones adicionales).
En tanto, la inversión residencial se recuperó al crecer 2.8%, tras diez trimestres consecutivos de caída. Este repunte relacionado a la autoconstrucción estuvo impulsado por la mejora en el mercado laboral, en particular con la recuperación del empleo en el sector agropecuario.