
En las primeras horas del martes 3 de septiembre, el precio del oro marcó otro máximo histórico, al superar la barrera de los US$ 3,500 por onza troy, un 52% mayor que su valor promedio del 2024 (US$ 2,300). Así, alcanzó un nuevo “pico” en su crecimiento sostenido de la última década.
Sin embargo, el Perú, pese a ser el quinto país con mayores reservas de ese metal precioso a nivel mundial, y el primero en la región -con 2,346 toneladas métricas finas (TMF) entre probables y probadas-, sigue desaprovechando la oportunidad de incrementar sus exportaciones e ingresos fiscales, al no poner en valor mayores volúmenes de ese recurso contenido en el subsuelo.
De enero a agosto, el país produjo 51.1 toneladas métricas finas de oro, volumen 4.4% inferior que el extraído en igual periodo del 2024, pero, además, acusa también un retroceso en los proyectos de exploración aurífera, según se advierte al analizar reportes del Ministerio de Energía y Minas (Minem).
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Hay mayor interés en buscar más cobre
En general, la nueva relación de proyectos de exploración de ese sector, actualizada a agosto del 2025, registra un total de 80 planes para extraer diversos tipos de mineral por US$ 727 millones, una reducción de US$ 311.7 millones con respecto a la cartera del 2024, que contenía 84 iniciativas privadas de ese tipo.
Sin embargo, en la actual cartera, se incorporaron siete nuevos proyectos exploratorios de cobre, llegando ahora a 47, por US$ 344.8 millones, contra los 40 por US$ 254.3 millones que había el 2024, es decir que además hay un incremento del 35.58% en las inversiones previstas para buscar nuevas reservas del metal rojo.
Entre los proyectos que ya cuentan con autorización para iniciar actividad exploratoria de cobre, destacan (por sus montos de inversión) Quicay II, de Minera Centauro, por US$28.5 millones; Soledad, de Chacana Resources, por US$23.3 millones; Caballito, y María Reina, ambos de Hudbay, por US$ 26.6 millones; y Marcobre, por US$ 15.9 millones.

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Retroceso en el caso del oro
Por el contrario, en el caso del oro, en la lista actualizada a agosto hay solo 11 proyectos por US$ 178 millones, contra los 12 proyectos que se registraban el 2024, por US$ 190.8 millones, es decir que hay un retroceso en esas inversiones previstas del 6.70% entre ambos periodos.
Además, solo una empresa aglutina las principales iniciativas para buscar ese metal dorado a nivel nacional, como es Buenaventura, con sus proyectos San Gabriel, en Moquegua, por US$ 39.3 millones, y Tambomayo, en Arequipa, por US$ 107 millones.
En este último caso, no se trata de un proyecto nuevo, sino de un brownfield, que además aún está en fase de evaluación de su instrumento de gestión ambiental, sin contar con fechas de conclusión de su consulta preliminar ni de inicio de actividades. El único greenfield o proyecto nuevo de envergadura es entonces San Gabriel.
Los otros nueve proyectos de ese tipo representan inversiones por apenas US$ 28.5 millones, pero entre ellos, solo cinco cuentan con autorización para iniciar actividad exploratoria (por US$ 23.3 millones), siendo los de mayor inversión los de La Zanja (US$ 10 millones), en Cajamarca, y Usicayos (US$ 6.4 millones) en Puno.
Las otras cuatro iniciativas de menor envergadura para buscar oro no cuentan con fecha prevista de inicio de actividades.

Zonas con potencial, pero sin mayor actividad
La Zanja es el único proyecto para exploración por oro en Cajamarca (el otro en esa región, para buscar cobre, es El Galeno), a pesar de que ese departamento acoge las mayores reservas auríferas del país, con estimados de 774 toneladas métricas finas.
A esto se suma la reciente decisión del Segundo Juzgado Civil del Poder Judicial de Cajamarca, de ordenar la suspensión inmediata de las actividades de exploración de oro que desarrollaba la empresa Colpayoc S.A.C. en esa región, atendiendo a una acción de amparo que le presentaron diversas organizaciones sociales locales.
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El segundo departamento con las mayores reservas de ese metal precioso es Puno, con 493 toneladas métricas finas estimadas, pero sólo alberga tres proyectos para buscarlo: Pinaya, Gabán y Usicayos, por US$14.6 millones.
Es preciso recordar que Puno es la principal zona andina donde se desarrolla la minería ilegal aurífera, principalmente en sus provincias San Antonio de Putina, Carabaya y Sandia, aunque ahora se extiende de manera importante a Apurímac y Arequipa, ganando terreno en el corredor minero sur, además de otras zonas como La Libertad y Madre de Dios.
El expresidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) Carlos Gálvez, ya había observado que el incremento en la cotización del oro, lejos de incentivar la inversión minera, estaba siendo aprovechada por los mineros ilegales, llevándolos a frenar operaciones formales.
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Ilegales invaden hasta zonas en exploración
Marcial García Schreck, socio de la división Tax Services de EY Perú, advirtió que la minería ilegal ahora no solo está afectando los proyectos formales de producción minera, como los de oro, sino también proyectos de exploración, no sólo de ese metal, sino hasta los de cobre.
Refirió que, según información de empresas del ramo, incluso zonas concesionadas donde están explorando, han sido invadidas por mineros ilegales que están realizando ya extracción de contenidos de mineral a pequeña escala.
Esa situación, remarcó, está deteniendo los proyectos exploratorios, incluso de grandes compañías mineras en el país, que tenían planes de avanzar hacia proyectos de construcción de minas.
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Mineras apuestan al largo plazo
No obstante García Schreck, consideró que el principal aspecto que está llevando a que los proyectos de exploración y la inversión en exploración en sí se enfoquen más en el cobre que en el oro, radica principalmente en los pronósticos de la cotización de largo plazo de los metales.
Ya Gestión reportó hace poco que la ejecución de inversión en exploración de enero a junio había alcanzado los US$326 millones, valor superior en 34.9% respecto a igual periodo del 2024, sobre todo de empresas cupríferas.

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Sin embargo, uno de los retos pendientes también -además del avance de la minería ilegal- es resolver la excesiva “tramitología” que frena los proyectos.
Jonas Mota-e-Silva, presidente del Grupo de Exploraciones de la SNMPE, ha señalado que, en el Perú, llegar a perforar el primer pozo en exploración temprana puede tomar tres o cuatro años, mientras que en la mayor parte de Brasil demora dos semanas.
García Schreck explicó que, como los proyectos, desde su fase de exploración hasta la de construcción de minas toman en promedio veinte años (particularmente en Perú), las empresas apuestan al cobre porque sus pronósticos de precios son de un crecimiento sostenido en el tiempo.

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Demanda se mantendría al menos hasta 2050
Este martes, el precio del cobre era de US$ 4.5725 por libra, según la cotización de la bolsa Comex del 1 de setiembre, luego que el 24 de julio último había alcanzado su máximo anual de US$ 5,8950 por libra.
No obstante, más allá de las fluctuaciones diarias, el experto de EY Perú refirió que muchos analistas consideran que la demanda de cobre se va a duplicar en los siguientes 25 años, lo cual permite pronosticar que su precio se va a mantener en alza al menos hasta el año 2050.
En cambio, refirió que, si bien el oro está en niveles históricamente altos, no hay perspectivas de cómo se comportará su precio a mediano o largo plazo, al ser un activo de refugio coyuntural, y por lo cual el apostar por el cobre es una tendencia global de las grandes compañías.
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Comunicador social. Estudió en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, e Inglés en la PUCP. Diplomado en Economía y Finanzas en la Universidad de Esan.