El efecto económico global generado tras la invasión rusa a Ucrania ha desnudado los riesgos que tiene el Perú en temas de seguridad alimentaria y energética, advirtieron especialistas.
Los precios internacionales del trigo y maíz amarillo duro han aumentado entre 50% a 60% en lo que va del año.
Perú importa el 95% del trigo que consume y el 75% del maíz amarillo duro que requiere, por lo que el impacto en los precios de toda la cadena alimenticia resulta inevitable, subraya el economista Miguel Pintado, investigador del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes).
Cabe anotar que esta semana la Asociación Peruana de Empresarios de la Panadería y Pastelería (Aspan) informó que el 30% de sus miembros ya incrementó sus precios y ahora el pan se vende en S/ 0.40 la unidad.
“El impacto ya se está empezando a notar, y a medida que se renueven todos los stocks el efecto en los precios será mayor en los próximos días, involucrando a precios de productos como las harinas, fideos, pollo y pan”, subrayó Miguel Pintado.
¿Perú cuenta con un plan de seguridad alimentaria? Al respecto, Pintado responde que no, pues sobre estos dos cultivos claves, en las últimas décadas, en lugar se aumentar la producción local, lo que se ha incrementado es el nivel de dependencia de las importaciones.
Explica que son dos los motivos principales que frenan el cultivo local: en otros países el apoyo del Estado vía subsidios es muy relevante, además de que cuentan con una geografía que permite desarrollar una mayor producción.
Respecto a la gestión realizada por este Gobierno, Pintado indica que se observan solo “buenas intenciones” pero aún sin implementar alguna medida potente para promover al agro.
“Por ejemplo, se promueven los mercados itinerantes, que acercan a los productores con los consumidores. La medida tiene una buena intención, pero resulta poco significativo para el agro en general”, refiere.
Pintado propone trabajar en dos frentes, uno es promover el consumo de productos de reemplazo, sobre todo para el caso del trigo.
Y también implementar desde el Estado medidas promotoras para el desarrollo de la producción local. “Pero se tiene que aterrizar en políticas específicas, pues las necesidades de los productores no son homogéneas”, anotó.
El problema de los combustibles
Otro efecto de la invasión de Rusia a Ucrania es la escalada en el precio del petróleo (más de 50% en lo que va del año), lo cual tiene un efecto importante sobre todo en los países importadores como el Perú.
Al respecto, la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH) explica que actualmente el Perú produce solo el 25% del consumo demandado, por lo que el 75% restante debe ser importado.
“Esto es resultado de las políticas de los gobiernos anteriores, pues no promovieron la inversión en hidrocarburos, pese a tener reservas para ser autoabastecedores”, señaló Felipe Cantuarias, presidente de la SPH.
Para cambiar este panorama, Cantuarias refirió que hace unos días se reunió con el ministro de Energía y Minas (Minem), Carlos Palacios, para plantearle medidas para la promoción y desarrollo del sector.
Por ejemplo, indicó que hay cinco contratos de concesión de lotes que están con plazos por vencer, por lo que se plantea extender los plazos por diez años adicionales, lo cual promovería la ejecución de nuevas inversiones.
Asimismo, se propone flexibilizar el sistema de regalías. “Las regalías de lotes en la selva, con mayores costos de producción, no pueden ser las mismas a las pagadas en los lotes de la costa norte”, indicó Cantuarias.
Cantuarias indicó que el Minem se comprometió a evaluar las propuestas y tomar pronto una decisión. “Tenemos la expectativa de que después de muchos años se haga realidad la promoción de hidrocarburos”, anotó.
Cantuarias estimó que de emitirse medidas promotoras para el sector, la producción petrolera rápidamente podría triplicarse, lo cual ayudaría a reducir el precio final de los combustibles.
Pero el plan para mejorar nuestra seguridad energética también debe promover el desarrollo de otros combustibles como el gas natural, sostiene el exviceministro de energía, Pedro Gamio.
Por ejemplo, hace falta impulsar un nuevo plan de conversión de vehículos a gas natural.
“Así como se promovió la conversión de autos, ahora se debe impulsar la conversión de flotas de buses de transporte público y camiones a gas, pues la crisis energética producto de la guerra puede tener efectos de largo plazo”, indicó.
Asimismo, refirió que si bien resulta positivo que en este gobierno se haya emitido un decreto que fija una expectativa de crecimiento de la producción eléctrica vía energías renovables (sol y viento) de 5% a 20% hacia el 2030, ahora se esperan medidas concretas para alcanzar esta meta.