
Lima Metropolitana y Callao volvieron a ocupar el segundo lugar en el Índice de Competitividad Regional (INCORE) 2025, elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE), pero hay factores que impiden un mayor avance.
Pese a estar en las primeras posiciones del índice -que mide la capacidad de una región para aprovechar sus recursos eficientemente y mejorar la calidad de vida de su población- Lima no logró superar por cuarto año a Moquegua, que desde el 2022 lidera el ranking.
En los últimos años Lima no solo se vio afectada por el impacto de la pandemia en el aspecto laboral, sino que también se observa un impacto por la inseguridad ciudadana y la percepción negativa sobre la gestión de sus autoridades.
¿En qué está fallando Lima?
Aunque Lima Metropolitana y Callao, evaluadas como una unidad conjunta, se ubican en los primeros lugares de los 6 pilares analizados, su desempeño es deficiente en varios indicadores.
Por ejemplo, en el pilar de “instituciones” se encuentran el puesto 5, pero dentro de este tiene un bajo puntaje en diferentes aspectos. Uno de los factores más preocupantes es el alto nivel de victimización. Lima ocupa el puesto 20 de 25 posiciones en este indicador.
Esta baja calificación se debe a que el 29.7% de la población urbana de 15 y más años ha sido víctima de algún hecho delictivo, por encima del promedio nacional (27.1%).
En tanto, en el indicador de percepción de la gestión pública regional Lima se encuentra en la posición 21. Es decir, figura entre las cinco regiones con menor nivel de satisfacción ciudadana respecto a sus autoridades, especialmente por la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) y el Gobierno Regional del Callao.
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De hecho, en el caso de la MML solo un 14.9% de los ciudadanos -casi dos de cada diez personas- considera que se está realizando una buena administración pública.
“Hubo un deterioro en la percepción de la gestión pública de la Municipalidad Metropolitana de Lima en especial. Ahora menos del 20% de la población, según la Encuesta Nacional de Hogares, considera que esta gestión es buena o muy buena”, precisó Martín Valencia, jefe de Estudios Económicos del IPE.
Valencia explicó a Gestión que este indicador sirve como una aproximación a la percepción ciudadana sobre la corrupción o la integridad de sus autoridades subnacionales.
Esta desconfianza en las instituciones, que establecen las “reglas de juego” para el buen funcionamiento del Estado y la economía, puede repercutir negativamente en las oportunidades que pueda tener las región.
“Si Lima tiene cifras tan bajas, esto puede repercutir en las oportunidades que tenga de crear negocios y generar empleo a futuro”, indicó.
Otro punto bajo en la competitividad de Lima es la atomización de proyectos de inversión pública -proyectos menores a S/ 500,000-, lo que sugiere una falta de eficiencia y economías de escala en la inversión, reflejo de dificultades en la gestión pública.
Además del pilar Instituciones, Valencia resaltó que el pilar Laboral también tiene riesgos significativo para la competitividad de la capital.
“El porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan es de 18% que es por encima del promedio nacional que es de 17%. En ese indicador es está en el puesto 19, entonces ahí hay algunos riesgos también”, refirió.
En el aspecto laboral también se observa una reducción de la formalidad laboral (38.8%), un aumento de la cantidad de trabajadores que ganan por debajo del salario mínimo (38.8%) y una mayor brecha de género en participación laboral.

¿En qué destaca Lima?
De acuerdo con el ranking actual, Lima lidera las evaluaciones en Educación e Infraestructura por sexto año consecutivo.
Por ejemplo, en educación ocupa el primer puesto en cuatro de los siete indicadores del pilar. La región registra un avance en el indicador de conclusión secundaria, y uno de los primeros puestos en logro educativo de los estudiantes de primaria en lectura.
Respecto a infraestructura, la región se ubica entre los 5 primeros puestos en 6 de los 7 indicadores del pilar, entre ellos acceso a agua clorada y uso de internet.
Asimismo, la capital también destaca en pilares como Entorno Económico y Salud. En el último año el avance más notable de la región se registró en Entorno Económico debido al mayor acceso al crédito y al aumento de las transacciones desde billeteras digitales.
En cuanto a Salud, se observan mejoras en los indicadores de desnutrición crónica, anemia infantil, vacunación de menores de tres años y abastecimiento de medicamentos frente a lo que se observaba en el año anterior.
