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En medio de una mayor demanda de productos agrícolas de valor agregado y el impacto del cambio climático en la agricultura, la Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) viene impulsando la investigación y el mejoramiento genético de diversos cultivos. Con esta introducción de tecnología y semillas certificadas se busca aumentar los rendimientos y la calidad de los productos no solo para el mercado interno, sino también para impulsas las agroexportaciones.
Durante este año, algunos de los productos en los que vienen enfocando su atención son la frambuesa, el maracuyá, la quinua, el tarwi y la papa fortificada, el ajo, el maíz amarillo duro, pitahaya, y el café, comentó Jorge Ganoza, jefe del INIA, a Gestión.
“Trabajamos en base a la necesidad regional y si los pequeños productores necesitan impulsar o mejorar las condiciones del cultivo, comenzamos a introducir nuevas tecnologías para mejorar la parte productiva y la calidad del producto. No es solamente el hecho de producir, sino es realmente obtener un producto de calidad que sea competitivo para el mercado y que lo necesite”, comentó.
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Frambuesa y papa fortificada en el Perú
Solo en el caso de la frambuesa, Ganoza precisó que se han instalado parcelas experimentales en Tacna, Huaral y Lambayeque, con el propósito de evaluar su rendimiento y demostrar la viabilidad de este cultivo para los agricultores que buscan diversificar. Anteriormente, los expertos mencionaron que al ser una fruta sensible y perecedera se recomendaría su exportación como congelado.
El representante de la INIA precisó que, en estos momentos, el cultivo de frambuesa, que dura un promedio de 6 a 8 meses, está en una fase experimental.
“Lo que buscamos es mostrarle al pequeño productor que la frambuesa puede ser una alternativa dentro de los cultivos permanentes que tiene, como el mango, la palta y otros. De aquí a 8 meses, ya tendremos producción para mostrar. No es solo enseñarle al productor la preparación de campo, sino la forma de instalar el cultivo, de realizar el manejo y todo el control sanitario”, señaló.
La papa fortificada con hierro y zinc es otro producto en el que se está trabajando con miras a impulsar su exportación. Si bien el objetivo principal de este proyecto, que se realiza junto con el Centro Internacional de la papa, es el fortalecimiento de la seguridad alimentaria, considera que esta mejora en los cultivos tiene potencial para impulsar la producción industrial en productos como los chips de papa, generando mayores ingresos a los agricultores.
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Otros cultivos que van de la mano con la innovación
Otros productos en el que se viene trabajando desde hace varios años son las nuevas variedades de café que estarían próximas a lanzarse. Para esto, la institución ha implementado un programa de mejoramiento genético principalmente en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM).
Previamente, la INIA había indicado que la investigación en el café culminaría en el 2025, por lo que este año se comenzarían a producir variedades para entregarlas a los cafetaleros.
“Hemos implementado el desarrollo de 10 ecotipos en las estaciones experimentales, sobre todo en la del VRAEM, y hemos obtenido dos variedades que son medianamente resistentes a la roya del café y esas las queremos reproducir porque ya es una tercera campaña donde conserva las características”, precisó.
Ganoza resaltó que también se viene trabajando en los próximos lanzamientos de una nueva variedad de ajo, con una semilla de cinco meses de periodo vegetativo para Huaral; y en la liberación de una semilla de maíz amarillo duro para la zona de la Amazonía.
El representante de la INIA resaltó que el uso de estas semillas certificadas pueden incrementar los rendimientos de los cultivos hasta en un 30%.
“No es solamente el hecho de liberar cualquier semilla, sino semillas que realmente van a permitir que la población tenga un producto de calidad y que también se puede exportar. Si le metemos tecnología, como riegos oportunos, fertilización y controles sanitarios adecuados, el productor puede llegar a exportar productos más sanos, lo cual es clave para mercados como el europeo, donde buscan productos con menos pesticidas”, refirió.
Biotecnología en cultivos peruanos
Ganoza sostuvo que uno de los pilares de este avance es la biotecnología, por lo que recientemente se aprobó un programa con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por US$ 108 millones, que permitirá la instalación de más laboratorios biotecnológicos.
Esto permitirá la modernización de seis estaciones experimentales, donde se implementarán laboratorios de biotecnología para acelerar el desarrollo de nuevas variedades de cultivos con mayor resistencia a plagas, enfermedades y condiciones climáticas adversas.
“Lo que estamos buscando con la biotecnología es reducir los tiempos en la producción de variedades que sean una alternativa para el productor y que les permitan mejorar rendimientos, calidad, y sobre todo que ellos sean más competitivos”, añadió.
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Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres, con experiencia en radio, tv y web. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.
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