Las negociaciones para que la carne de cerdo peruana ingrese a China se cocina a fuego lento desde el 2019, pese a que el gigante asiático y mayor consumidor de esta carne en el mundo atraviesa una reducción de su oferta y un incremento en el precio de hasta un 50% este año, lo que pone en aprietos a sus medidas contra la inflación.
No es la primera vez que China enfrenta un problema con la industria porcina de su país. Hace tres años un brote de peste porcina africana acabó con millones de cabezas de cerdo en ese territorio, lo que obligó a los productores a importar carne de varios países. En Sudamérica, recurrieron a la producción de Chile y Brasil. Perú no logró ser un proveedor, apenas comenzaba a gestionar un protocolo de ingreso al mercado asiático.
¿Qué se ha logrado avanzar desde el 2019? Ese año, una delegación china, presidida por el viceministro de la Administración General de Aduanas (GACC) china de ese entonces, Hu Wei, firmó un memorando de entendimiento con autoridades peruanas para iniciar el procedimiento de acceso de la carne porcina y otros siete productos más al país asiático.
Pero todo se suspendió tras la pandemia del COVID-19, en el 2020. La Asociación Peruana de Porcicultores (Asoporci) ha insistido, a través del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) y el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), en retomar las conversaciones. No obstante, la decisión ahora está en la cancha del gobierno chino. “Ellos responden que se están tomando su tiempo. Lo que sabemos es que siguen buscando proveedores”, menciona Ana María Trelles, gerente de la Asoporci.
No obstante, la mirada de los productores también está puesta en exportar a países de la Comunidad Andina (CAN), como a Ecuador, país que tiene un consumo per cápita de carne de cerdo de más de 14 kilos, casi el doble de lo que registra Perú.
Por ello, tras varios meses de trabajo en campo, finalmente este mes -julio- Perú logrará declarar a once regiones como áreas libres de la peste porcina clásica (PPC), un paso clave en la meta de los productores de cerdo para comenzar a exportar.
De esta manera, Asoporci afirma que desde el 2023 podrán hacerse envíos de carne de cerdo a países donde los exportadores han hecho exploración de mercado, como Japón, Corea del Sur y países de la Unión Europea (UE).
“Estas once regiones que estarán libres de PPC, que va desde Arequipa hasta Tacna y el oriente del país, representan el 20% de la producción nacional porcina, alrededor de 200,000 cerdos. Eso implica no solo exportar carne congelada, sino también embutidos”, comentó Trelles a Gestión.pe.
Producción local en caída
De acuerdo a Asoporci, en aproximadamente 12 a 13 meses los consumidores peruanos podrían sentir una reducción importante de oferta de carne de cerdo por dos factores.
Por un lado, el aumento en el precio de la materia prima para la alimentación de los cerdos -como el maíz y la soya- está afectando la rentabilidad de los productores. El gremio estima que, a la fecha, el volumen de carcasas de cerdos se redujo entre 5% y 8%, lo que significa que aunque todavía no hay productores que han renunciado al negocio, sí están reduciendo el número de animales en sus granjas.
Reflejo de ello, también, es que el número de marranas madres cayó en 2,000 unidades en los últimos meses, de las 11,000 unidades que solían registrarse.
El otro factor que podría repercutir en el sector es la insistencia de Brasil para que su producción de carne de cerdo ingrese a Perú. Autorizar el acceso significaría una competencia en desventaja para los productores locales. “Brasil no solo es un gran productor de cerdo en la región, se autoabastece con maíz amarillo y soya, mientras que en Perú debemos importar cada año el 90% del insumo que utilizamos”, advirtió Trelles.
Asoporci se reunió el pasado 5 de julio con el titular del Midagri, Andrés Alencastre, a quien solicitaron denegarle el ingreso a Brasil, así como coordinar con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) el acceso de Perú a mercados como Bolivia y Chile.
Perú cuenta con aproximadamente 3.6 millones de cabezas de cerdo y un consumo per cápita que se mantiene en alrededor de nueve kilos por persona al año. Solo en Arequipa el consumo puede llegar a los 14 kilogramos.