El cese de actividades debido al COVID-19 ha dejado vulnerable a gran parte de los negocios y masa laboral, en donde el sector informal se encuentran en una posición de mayor desventaja, lo cual genera pérdidas a la sociedad. Javier Salinas, Director de Emprende UP, nos comenta sobre ello.
Según Salinas, en el Perú, los negocios que no pagan impuestos no se benefician directamente de la solidez económica que el país ha tenido desde hace mucho tiempo. Esto sucede por no llevar un registro adecuado de sus operaciones que les permita ser identificados en la economía.
En el plano de la coyuntura, señaló Salinas, si se quiere ser beneficiario de Reactiva Perú, las empresas deben presentar su PDT de ventas para que en función a esto calculen su capital de trabajo y obtengan el préstamo garantizado por el Estado.
Ante ello, si no se ha formalizado el negocio no se podrá tener acceso a este tipo de programas, aún cuando el emprendedor sea una persona natural con RUC.
“Hay un costo de ser informal que hoy es más acentuado”, indicó
Esto significa que una gran la gran porción de los negocios no puede beneficiarse de los paquetes de ayuda que ofrece el gobierno. No obstante, implica también una pérdida en los bienes y servicios producidos en la economía peruana, lo cual repercute en la generación de empleo, comentó Salinas.
“Mucha gente en el sector informal ha contribuido a la solidez económica que tiene el país; sin embargo, no pueden beneficiarse de esta. Esto perjudica directamente a los negocios, pero también a la sociedad por la menor generación de empleo”.
Pérdida en solidez económica
Por otro lado, indicó Salinas, el que se tenga la mayoría de trabajadores en el sector informal, implica una pérdida en recaudación tributaria futura y, con ello, limita la solidez económica.
“Si no se incentiva a tener un comportamiento formal el Estado deja de percibir una cantidad importante de ingresos de forma directa”, señaló.
Con una masa tributaria más amplia el país sería mucho más sólido de lo que ya somos y, con ello, se tendría mayor capacidad de cubrir sus obligaciones y financiarse. No obstante, muchos de los trabajadores informales tienen miedo de abrir una cuenta en un banco y a instituciones como la Sunat, pues sienten que así protegen sus ingresos, comentó Salinas. .
“Si ya somos sólidos económicamente sin incluir el sector informal, sería un escenario mucho mejor si los incluyéramos, pues son la mayoría de trabajadores”, indicó.
¿Buena oportunidad para la formalización?
El estado, según Salinas, debe dar los incentivos necesarios para que las personas tiendan a querer ser ubicadas por las entidades financieras y, con ello, ser sujetos a crédito.
En ese sentido, el Estado debe aprovechar la oportunidad de las condiciones tecnológicas que se presentan actualmente y se logre un proyecto nacional de identificación digital.
“Perú es una población joven, con necesidad de productos digitales y con las posibilidades tecnológicas que lo permiten”, indicó.
La identificación digital, según Salinas, se trata de que cualquier persona pueda tener una identificación para el Estado y para aquellos que ofrecen servicios (como los bancos) con solo número de DNI. Si se dan estas condiciones, las personas tendrán por defecto las facilidades de tener una cuenta bancaria, historia clínica, pasaporte, etc.
“Es un momento para trabajar de manera seria en el país para poder concretar, por ejemplo, que se tenga una cuenta abierta en el banco de la nación.Todos deberíamos tener una identidad financiera digital desde que se nace”, señaló.
La reducción en los costos de transacción (pues no se necesitan de presencia física para abrir cuentas), aumenta los incentivos a la formalidad y la confianza en las instituciones financieras, comentó el representante de Emprende UP.
“La tecnología hoy nos permiten incentivar la formalidad, pues genera las condiciones para el proyecto de digitalización. No podemos pasar más tiempo sin el uso de estos mecanismos, este es un tema ya del 2020, y hasta ahora se ha hecho muy poco”, indicó.