Hoy por hoy, la inflación se ha vuelto uno de los temas de mayor preocupación para la economía peruana. Ya el Banco Central de Reserva (BCR) adelantó que esta volvería al rango meta de entre 1% y 3% recién en el 2023.
Es decir, durante lo que resta de este año habrá un persistente incremento de precios. Esto como uno de los efectos del conflicto entre Rusia y Ucrania, sumado a factores climatológicos, entre otros.
Según el Banco de Crédito (BCP), la inflación se mantendría por encima del 6% por varios meses más y recién al final del año caería a 4.5%.
El gerente de Estudios Económicos del BCP, Carlos Prieto, explicó que si se acumulan los incrementos de precios del 2021 y 2022, el Perú tendrá una inflación acumulada por encima del 10%.
Esto porque en el 2021 la inflación cerró algo por encima del 6% y este año cerraría alrededor de 4.5%. Combinando ambos años, serían dos años consecutivos fuera del rango meta.
“Esto va a erosionar el bolsillo del consumidor, en un contexto en que el mercado laboral venía recuperándose, pero los salarios reales estaban cayendo producto de la inflación”, precisó.
Erosión del bolsillo
Uno de los efectos que está trayendo esta alta inflación es que la capacidad de gasto de las familias en el Perú se ha reducido. Esto se refleja en el denominado salario real, que resulta de descontar la tasa de inflación a la remuneración que perciben los trabajadores.
En el caso de la capital peruana a febrero de este año, el salario real ha caído en 12% comparado con el mismo mes del 2019, previo a la pandemia (ver gráfico).
“En Lima Metropolitana, tanto en la parte formal como en la informal, el ingreso promedio está alrededor de los S/ 1,600. Descontando inflación, los salarios en términos reales estamos hablando de niveles de hace 10 u 11 años, producto también de esta subida importante del subempleo”, afirmó Prieto.
De esta manera, los trabajadores ahora tienen menor poder adquisitivo, su capacidad de compra se ve disminuida, siendo menor la cantidad de bienes y servicios que puede consumir con su salario.
Esto en un contexto en el que hay un incremento importante de cotizaciones internacionales como el petróleo, el trigo, el maíz y los fertilizantes, que vienen impactando en los precios de productos de la canasta básica como el pollo y el pan, además de la gasolina (ver gráficos).
Precarización laboral
El problema de la menor capacidad de gasto tiene un componente más complejo: la precarización del mercado laboral. Si bien en el último año el número total de empleos se ha recuperado casi a los niveles prepandemia, el mayor incremento se registra en subempleo o empleo de mala calidad, donde se trabaja más horas y se gana menos del ingreso mínimo referencial que en el trimestre móvil diciembre 2021-enero-febrero 2022 fue de S/1,100.
Según Prieto, la mayor inflación en un contexto del mercado laboral más informal y caída de los salarios reales, le pone un techo al consumo privado este año: un crecimiento de solo 3%.
Necesidad de crecer más
El economista del BCP afirmó que para revertir la situación de precarización del empleo y la caída de los salarios se requiere que el Perú tenga un crecimiento más vigoroso. Sin embargo, el estimado de la institución financiera es que este año el avance sea de solo de 2.5% y con un sesgo a que sea menor, lo cual es insuficiente para comenzar a solucionar el problema.
Una de las razones para este sesgo a la baja viene por el impacto de la inflación. Y es que los precios al por mayor han subido más que los del consumidor y se estima que se incrementarían aún más, lo que afectará los márgenes de las industrias fuertemente dependientes de insumos importados, las que van a tratar de trasladar en los próximos meses los mayores costos a precios minoristas más altos.
Dicha situación afectaría la inversión privada, pues con menos márgenes, menor oportunidad de invertir. “Nuestro escenario base es que la inversión privada va a caer 2.5% y los nuevos eventos le ponen riesgo a la baja”, dijo Prieto.
A este factor hay que sumarle los riesgos internos, que incluyen el ruido político y la incertidumbre que se tiene en el país. Esta situación también haría que el PBI crezca menos de lo esperado.
BCP estima que PBI habría crecido 5.5% en febrero
La actividad económica en febrero podría haber crecido 5.5% con respecto al mismo mes del año pasado, principalmente por una base comparativa menor, señaló Carlos Prieto, gerente de Estudios Económicos del BCP.
“No nos sorprendería un incremento en estos niveles en febrero del 2022, pues para el mismo mes del 2021 hubo dos semanas de restricciones de movilidad (debido al avance del covid-19)″, precisó.
En relación a ello, Prieto destacó que el crecimiento de la demanda de electricidad en febrero expone una aceleración, en contraste a la caída de la inversión pública.
“Vemos una importante correlación entre el índice del consumo (construido por el BCP) y el PBI. La data preliminar de marzo hace que se apunte hacia cierta meseta (en referencia al PBI en febrero)”, indicó.
El economista refirió que en base al dato de enero, la economía peruana en sector no primario como primario, están operando por encima de sus niveles del 2019.
“La actividad económica no primaria se ubica 5.2% (4.1% la primaria) por encima de su dato de enero del 2019″, afirmó.