Hoy, la mayoría de empresas que entran a concurso de acreedores ante el Indecopi terminan siendo liquidadas y sus acreedores no son del todo satisfechos.
Según Esteban Carbonell, socio del estudio Carbonell y Vocal Titular de la Sala Concursal del Tribunal del Indecopi, 3 de cada 4 empresas que entran en este proceso son liquidadas.
De igual manera, Alfonso Pérez-Bonany, director del estudio PPU, señala que en la actualidad el “80% de procesos terminan en liquidación”.
Pérez-Bonany, explica que anteriormente, hasta el 2008, se veía un mayor número de reestructuraciones, que sobrepasaba el de las liquidaciones. Sin embargo, “esto era así porque, en ese entonces, se obligaba a las grandes empresas a ir a concurso. Estas eran altamente viables, pero tenían muchas deudas. El perfil de las empresas que se someten al concurso de acreedores hoy en día es muy distinto. Se trata de empresas con poca viabilidad y liquidez”.
¿Por qué hay tantas liquidaciones?
Carbonell recalca que el gran número de liquidaciones se debe, en su mayoría, a que los acreedores de la empresa prefieren liquidarla en lugar de reestructurarla. Esto dado que una buena parte de las deudoras ingresan al proceso concursal “descalificadas en el sistema financiero y con poco patrimonio”.
Según Reinaldo Espinosa, presidente de Concordia Investment, una de las principales causales detrás de la falta de financiamiento de las empresas en concurso es la mala legislación relacionada al tema, que desincentiva el flujo de dinero en favor de las empresas concursadas.
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El problema legal
Espinosa señala que cuando un banco considera financiar a una empresa en concurso de acreedores, no lo hace debido a que tiene miedo de poder “enredarse en el proceso”.
“Las legislaciones de América Latina no son claras respecto al tratamiento de los nuevos acreedores que pueda adquirir una empresa mientras se redacta el plan de reestructuración y esto asusta a los bancos y hace que, al final del día, no entre nueva plata a la empresa que la necesita”, indica.
Al respecto, Pérez-Bonany señala que “si un banco financia la reestructuración de una empresa y esta falla, el banco se vuelve parte del nuevo concurso y debe ir por Indecopi a hacer valer su crédito”.
“Además, no se le pone en una posición “senior” cuando entra a formar parte del concurso, pese a haber financiado la reestructuración. Va al “final de la cola”. Esta es la peor pesadilla de los bancos”, recalca el abogado, quien señala que faltan más incentivos para que las entidades financieras participen en el refinanciamiento de empresas, como beneficios tributarios.
Cabe indicar, sin embargo, que existen otros factores que desincentivan a los bancos a financiar empresas en reestructuración, como el tema de los altos intereses del sistema financiero y la dificultad de imponer garantías ejecutables.
Alfonso Pérez-Bonany, socio del estudio PPU, señala que, de las empresas que se someten a procesos concursales preventivos (un tipo distinto de proceso concursal iniciado cuando la empresa aún tiene liquidez), solo el 20% termina liquidada por sus acreedores, mientras que las demás salen del proceso con un plan de reestructuración aprobado.
Bajo número de concursos de acreedores
Por otro lado, cabe indicar que, durante el 2022 solo se iniciaron 58 procedimientos concursales.
Según explica Carbonell, esto se debe a que las empresas prefieren liquidarse de manera regular, sin acudir al Indecopi.
“Cuando una empresa ingresa al procedimiento concursal, son sus acreedores quienes deciden el destino del deudor. Se corre el riesgo de perder el control de la empresa y esto asusta a las empresas de acudir al Indecopi”, indica al respecto.
Pérez-Bonany señala, además, que un número de empresas es reacia a someterse a un proceso concursal debido a que esto tiene un efecto directo en su reputación.
Asimismo, durante la pandemia, diversas compañías accedieron al bono Reactiva en lugar de ir a concurso de acreedores, pese a que en esa época se creó un nuevo tipo de proceso “express”, recalca el abogado.
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¿Cómo funcionan los concursos de acreedores en el Perú?
Cuando una empresa se vuelve insolvente en el Perú puede acudir al Indecopi, entidad que organiza un “concurso de acreedores”, en el que todas las partes a quienes la compañía debe se reúnen en una junta.
Esta junta decide si se liquidará la empresa o si se reestructurará, con la finalidad de que pueda seguir funcionado y pagando sus deudas de manera natural.
Sin embargo, para lograrlo, los acreedores deben acordar un plan de reestructuración. En el transcurso de este proceso, muchas empresas llegan a la quiebra total y terminan sin poder pagar sus deudas.