El Perú “arde”: se registran 234 incendios forestales en lo que va del año. Solo hasta agosto, se tuvieron 192, un 23% más a lo registrado en los primeros ocho meses del año pasado. En lo que va de septiembre, incluso, se observaron más de estos siniestros. El último informe del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) reportó que se dieron otros 42 incendios este mes.
Esto ocurre en un contexto donde diversos expertos consultados para este informe criticaron la histórica baja asignación de recursos para el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). Este año, para el fomento y gestión sostenible de la producción forestal solo se asignaron S/19.7 millones.
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Impacto económico
Patricio Valderrama, experto en fenómenos naturales, criticó la tardía preocupación del Gobierno por una situación que viene ocurriendo hace semanas y que se repite cada año. “En todos los agosto y septiembre esto es recurrente en Loreto, Cusco, Apurímac, una parte de Áncash y de Cajamarca, entre otros”, comentó.
De hecho, desde Gestión se reportó la semana pasada que el bajo caudal en el río Amazonas pone en riesgo el transporte de alimentos y combustibles en Loreto.
Valderrama precisó que este tipo de desastres tiene una afectación directa en el clima, la salud pública, la economía y, principalmente, sobre el ecosistema. En esta línea, indicó que las pérdidas directas solo en tierras agrícolas y recursos forestales serían de mínimo S/220 millones en toda esta temporada.
“Estamos hablando de biodiversidad natural perdida. Numerosas hectáreas de vegetación natural se lotizarán y se usarán como terreno de cultivo”, anotó.
Coincidiendo con ello, Luis Alberto Gonzáles, exdirector ejecutivo del Serfor, destacó que, además de la flora y fauna, hay un costo significativo en el empobrecimiento de los suelos.
Indeci reporta que, actualmente, hay 16 fallecidos y 22 regiones del país registran este tipo de siniestros.
Oswaldo Soto, representante de Ahora Puno, indicó que esta situación no solo pone en riesgo los pastizales de esta localidad, sino que está causando un gran impacto en el medio ambiente y en el turismo. Aquí la totora es usada en las comunidades de los Uros en el Lago Titicaca, donde se emplea para construir balsas, viviendas flotantes y otros objetos útiles.
Miguel Oscco, director de la Oficina Regional de Gestión del Riesgo de Desastres (COER) Cusco, destacó que se afectaría su ganadería, dado que los pastizales para alimentarlos fueron quemados.
Similar situación reportó Carlos Nacarino, jefe de Indeci Arequipa, precisando que un incendio forestal cerca al volcán Pichu Pichu, donde hay solo hay vegetación silvestre, afectaría la alimentación de los auquénidos.
En otras regiones como Cajamarca se ha reportado un significativo impacto sobre la fauna silvestre, como iguanas, camaleones y osos hormigueros. Mientras que, en La Libertad, se tuvo como afectación la destrucción de bosques de eucaliptos, cultivos y vegetación.
Valderrama anotó que, dado los encadenamientos en el mercado, la agroexportación del cacao y café también se perjudicarían.
A su turno, Inés Ruiz, decana de la carrera de Administración Hotelera y Turismo de la Universidad Científica del Sur, expresó que el turismo tendría una mayor afectación en regiones como Amazonas, La Libertad, Puno y Cusco.
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Razones
Gonzáles, exdirector ejecutivo del Serfor, indicó que lo primero a considerar en este escenario es que es un tema recurrente. “Es muy similar al friaje que ocurre en otras regiones y de manera cíclica. Sin embargo, por las condiciones en general del cambio climático este año se observa un escenario más crítico”, apuntó.
Gonzáles explicó que esto se origina, principalmente, por causas humanas y se concentra, en mayor medida, en el ámbito andino.
“Las unidades campesinas lo realizan por tres razones: para la apertura de nuevas chacras, queman los rastrojos; también realizan quemas considerando que habrá rebrote de pasto y, en tercer lugar, por razones culturales. Contrario a lo que se busca con las quemas, se termina empobreciendo significativamente la calidad del suelo y matando las expresiones de biodiversidad”, explicó.
Julio Villafuerte, jefe de Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), precisó que el 90% de estos siniestros son causados por el hombre.
Gonzáles detalló que los principales agricultores que incurren en esta actividad son los que producen para ofertar en el mercado y, en menor medida, los de subsistencia.
Marco Vinelli, director de la Maestría en Administración de Agronegocios en ESAN, señaló que los agricultores, incluso, suelen tomar sus previsiones para estas quemas haciendo zanjas, de manera que el fuego no se extiende, pero los factores climáticos son adversos. “El mínimo viento sopla, las chispas saltan y el fuego se expande”, comentó.
Añadió que el hecho de que se tenga “la peor sequía en varios años” impide que haya lluvias para mitigar estos incendios. “En este periodo de julio a octubre, por ejemplo, es verano en la selva y, al no haber lluvia, cualquier chispa puede desencadenar un incendio”, anotó Vinelli.
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Medidas urgentes
Valderrama señaló que la situación debe abordarse de manera urgente, más aún considerando que hay zonas agrícolas en condición de pobreza donde esta actividad es el principal sustento de vida
“El Perú tiene estaciones de todo: temporada de lluvias, de huaicos y de incendios. ¿Qué corresponde? Hacer política de Estado. Un incendio no se combate con plantas, con baldes de agua, sino con educación”, precisó.
Gonzáles sostuvo que gran parte de este problema se resolvería implementando el sistema de extensión agrario, un esquema a cargo del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) que, entre otras tareas, brinda capacitaciones y asesorías a los agricultores en estos grupos a fin de que tomen las mejores decisiones para su progreso y evitando el perjuicio sobre las tierras. Añadió que este sistema fue abandona por el Estado desde los inicios de los 90.
“Se debería trabajar con ellos e inducir un cambio de comportamiento. Ellos están en un escenario donde realizan quemas porque no tienen maquinaria para hacer limpieza y recurren a lo barato, lo artesanal, desconociendo los perjuicios”, apuntó.
Gonzáles sumó que se debe inyectar mayores recursos a Serfor, considerando la importancia de las labores de prevención
“El problema no es de dinero, sino cómo se impacta y se hace lo más efectivo posible. Las tareas de prevención son cruciales y los beneficios son enormes. No se necesita de inversiones enormes, sino saber llegar: capacitaciones en diferentes lenguas que los agricultores puedan alcanzar y más. Para eso se requiere de decisión política”, apuntó.
Para Vinelli, también es importante que se cambie esta actividad por un mayor trabajo de capacitación, la cual debería estar focalizada en fortalecer a Serfor.
“Lo óptimo o responsable es sustituir estas quemas por otras opciones, como dotarles de maquinaria”, apuntó Vinelli.
Adicionó que se requiere que a nivel de municipios se realicen las gestiones respectivas para que pueda declararse un estado de emergencia y puedan ejecutarse mayores medidas de contención.
“Con un estado de emergencia, el Ejecutivo puede comprar bienes y realizar acciones más directas, ahorrando tiempo en contrataciones y más”, anotó.
Mininter no ejecuta inversiones de bomberos
Ante el incremento significativo de los incendios forestales, los bomberos han tomado un rol aún más protagónico en diferentes regiones del país.
Valderrama, experto en fenómenos naturales, indicó que la mejor medida para combatir estos siniestros es mediante la educación, lo que implica también de abordarlos con los recursos adecuados.
En este contexto, Gestión revisó que el presupuesto asignado a la Intendencia Nacional de Bomberos del Perú para proyectos, en este año, fue de S/24 millones. Sin embargo, al 15 de septiembre, registra apenas un avance en la ejecución de recursos de 15.5%. Esta intendencia está adscrita al Ministerio del Interior (Mininter).
El año pasado, el presupuesto de esta unidad ejecutora fue menos de la mitad (S/10 millones), pero mostrando un avance de 92%. En los años previos (el 2022 y el 2021), también mostró un avance que superaba el 80%.
“Es alarmante que, pese a la vital importancia del cuerpo de bomberos en la gestión de emergencias, los proyectos de inversión destinados a mejorar su infraestructura y equipamiento sigan mostrando bajos niveles de ejecución presupuestal y de avance físico”, comentó Pía Quispe, Economista de ReAcciona.
De los 206 proyectos activos que buscan intervenir en las compañías de bomberos a nivel nacional, detalló Quispe, solo el 63% de los 70 proyectos incluidos en la programación multianual de inversiones cuentan con presupuesto asignado para 2024, “lo que refleja una preocupante falta de prioridad en la asignación de recursos para estas unidades críticas”.
Un claro ejemplo es el proyecto de protección respiratoria para los bomberos, con apenas un 19.2% de avance, siendo el único con progreso presupuestal entre los seis gestionados por la Intendencia Nacional de Bomberos del Perú (INBP), subrayó la representante de ReAcciona.
“Esta situación pone en evidencia la necesidad urgente de una mayor eficiencia y planificación de la INBP, con un enfoque en la ejecución oportuna de proyectos para garantizar que los bomberos dispongan de las herramientas y condiciones adecuadas para enfrentar emergencias. Un diagnóstico preciso y acciones concretas son esenciales para cerrar brechas y fortalecer la capacidad operativa de este servicio esencial”, finalizó.
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