
La pesca ilegal está creciendo silenciosamente en el litoral peruano, y la región Ica sería en uno de los puntos más críticos, advirtió la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP).
Para la presidenta de la SNP, Jessica Luna, esta actividad ilícita podría convertirse en un problema tan complejo como la minería ilegal si no se toman acciones urgentes.
“La alerta que hemos levantado desde la SNP es que hay que poner el foco sobre la pesca ilegal. El no hacer nada puede hacer que se convierta en otra minería ilegal (...) Esto lo que hace es alimentar otras actividades ilegales como la extorsión, el sicariato y la inseguridad que todos vivimos”, comentó a la prensa.
Incluso, añadió, se ha observado la desaparición de recursos como los “choritos” en consecuencia de la pesca descontrolada, que incluye el uso de explosivos en algunas zonas.
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Las zonas críticas
Esta actividad ilícita, que acorde a las estimaciones del Ministerio de la Producción (Produce) podría estar moviendo entre US$ 400 y US$ 500 millones, se viene identificando en Ica, Chimbote, y puntos del norte del país.
Incluso solo en Paracas (Ica) las organizaciones de pescadores artesanales han denunciado impacto por la pesca ilegal con explosivos inclusive.
“En Ica se han identificado varias plantas ilegales de producción de harina de pescado para mercado interno. Esas plantas tienen que ser alimentadas a su vez con pesca ilegal”, precisó Jorge Risi, gerente general de SNP, al ser consultado por Gestión.
Con el panorama actual, señaló que en cinco años la pesca ilegal podría convertirse en un problema de la misma magnitud que la minería ilegal.

¿Qué medidas faltan?
Una de las principales herramientas para combatir la pesca ilegal es el control satelital. Aunque esto ya viene siendo implementado por el Produce, la SNP observa que aún hay resistencia para lograr una fiscalización adecuada.
“Siempre el control trae resistencias de ciertos grupos. Aún hay espacios donde tienen que terminar de afinar la regulación y determinar los mecanismos que sean viables y eficientes para el control, que puedan ser también implementados por los actores en temas de costos, de tecnología y de otras particularidades. Todavía no ha alcanzado un nivel que uno pueda decir que tenemos una flota, en la parte de menor escala artesanal, altamente fiscalizada”, señaló Risi.
Asimismo, el gerente general de SNP también resaltó que uno de los principales retos es el desconocimiento del tamaño real de la flota artesanal debido al importante problema de informalidad.
La actividad ha crecido de manera desmedida y desordenada, lo que dificulta la formalización integral. Ante esto, Risi consideró que se requiere un rediseño del sector pesquero artesanal. Esto implica no solo formalizar, sino también reconvertir parte de la flota.
“No puedes entrar a una formalidad integral al 100% cuando hay un sobredimensionamiento de la flota. Eso implica tener la capacidad de poder formalizar algunos y a otros de repente reconvertirlos hacia otras actividades o integrarlos en parte de la cadena productiva, tampoco se trata de dejar a las personas sin medios de subsistencia. Tiene que haber un proceso ordenado”, sostuvo.
En ese sentido, Luna añadió que se podría tomar a la pesca industrial de anchoveta -que cuenta con monitoreo satelital y bitácora electrónica en tiempo real- como un ejemplo de buenas prácticas que podría aplicarse a otras pesquerías para lograr un aprovechamiento sostenible del recurso.