
En conversación con Gestión, Hugo Santa María, socio y economista jefe de Apoyo Consultoría prefiere ver el vaso “medio lleno” cuando comenta sobre las cifras económicas del Perú. Sin embargo, hay un asunto que le preocupa cada vez más: la criminalidad.
La economía nacional se ve resiliente, pero ¿hasta cuándo podrá resistir? Santa María intenta dar una respuesta en un contexto donde el mundo premia al Perú con altos precios de las materias primas, pero desde el lado interno hay varias preocupaciones.

La economía peruana marcó un crecimiento de más de 3% en el primer semestre, pero las condiciones deberían permitir un mayor ritmo. ¿Qué observa?
Prefiero ver el vaso medio lleno. Perú es una economía que se sigue recuperando. Es verdad que las condiciones externas son favorables ahora, con los mejores términos de intercambio en muchísimos años, pero las internas están muy complicadas. A pesar de ello, se crecerá en alrededor de 3%.
¿Qué estimado tienen desde Apoyo Consultoría?
Estamos décimas por encima del 3% (para este año).
Es decir, están en el margen pesimista del rango del Gobierno, de entre 3% y 3.5%...
Sí, pero creo que más importante que la cifra del PBI son algunos indicadores: el crédito ha comenzado a crecer, los ingresos laborales del sector privado formal aumentan, el índice de consumidor está recuperándose, siempre con diferencias y con matices. Veo una economía en moderada recuperación. Sí, debería estar mejor y más aún con un Estado mínimamente funcional, pero lamentablemente ese Estado no acompaña y hoy día es una traba enorme al crecimiento del sector privado.

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¿Cuál es el mayor pasivo o herencia que dejará Dina Boluarte?
Creo que no deberíamos personalizarlo en la presidenta, sino más bien en toda la carga de la crisis política de los últimos años. Primero, hay una degradación de la política en general y del funcionamiento del aparato estatal también.
Hoy el gasto público, frente al 2019, creció en más de 40%, pero los indicadores no mejoraron: anemia en niños, logros escolares, colegios como infraestructura mínima. Basta ver los servicios públicos, en general, de que cada vez estamos peor. Estamos gastando más visto como presupuesto público y no estamos logrando nada en mejora de resultados.

Hay un evidente gasto ineficiente...
Y preocupa mucho que, más allá del nivel del déficit fiscal, cómo se está orientando el gasto hacia el ámbito corriente: remuneraciones. El actual proyecto de presupuesto contempla un aumento de gasto corriente de 12% en remuneraciones, pero la inversión pública cae. Tenemos que mantener el déficit controlado, pero lo estamos haciendo de la manera incorrecta.
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El gasto tributario estimado para el 2026 es de más de S/ 26,300 millones. ¿Debe preocuparnos?
La mayoría de estos gastos son el reflejo de presiones políticas, producto de algún tipo trato preferencial tributariamente. Son muy pocos los que han funcionado. Creo que lo que hay es populismo político y el costo principal no es solo la recaudación perdida, sino otros dos asuntos.
Continuando la línea tributaria, ¿cómo ve el rol de la Sunat en la recaudación?
Desde hace 20 años, al menos, la discusión es ampliar la base tributaria y no se da. Veo una administración centrada en recaudar siempre de los mismos. Un problema que percibimos entre las empresas con las que hablamos es de la poca predictibilidad y hasta algo de arbitrariedad de la Sunat.
Desde el Ministerio de Economía y Finanzas se dijo que la Sunat cobrará “todo lo que pueda cobrar”, incluyendo acciones penales. ¿Considera adecuado ese camino?
No. Para quienes pagamos impuestos diría hasta que ofende un poco. Lo que tienen que hacer es pensar en que más empresas y más peruanos contribuyan, mejorar la fiscalización en algunas zonas oscuras. El problema no está en cobrarle más a los que ya pagan, sino en tratar de que más lo hagan. Ese es el problema principal y no agujerear el marco tributario que tenemos con exoneraciones tributarias.
¿Esto termina desalentando el ingreso de nuevos capitales?
Sí. Lo más complicado es la incertidumbre, que la administración del marco tributario tenga poca predictibilidad. Eso es lo más complicado. Ninguna empresa hace negocios en ningún lado para pelearse con la autoridad tributaria y estar pendiente de un juicio. Todos quieren hacer negocios con reglas claras y pagar los impuestos que corresponden.
Otra entidad que estuvo envuelta en “polémicas” fue la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN)...
Es otro reflejo de la disfuncionalidad de nuestro aparato estatal. Hoy hay un claro riesgo de que queden obras de prevención de desastres paralizadas. Si se deja a medio hacer, pasa la temporada de lluvias y ya se partió todo. Cuando ves el conflicto (por el presupuesto) es entre una mano del Estado contra la otra mano. Por eso algo que le podría cambiar la cara al Perú es tener un Estado que mínimamente funcione.
“Independientemente del ‘color’ político del candidato, prefiero tener líderes de bancadas en el Senado. No como ahora, que al día siguiente todos desaparecen y tenemos prácticamente 130 bancadas”.
¿Cuáles son las expectativas sobre el manejo de la propuesta de presupuesto público con este Congreso en particular?
Va a ser un presupuesto lógicamente más alto que el año pasado, pero me preocupa la mezcla de cómo se está restringiendo la inversión en infraestructura para atender la presión de gastos corrientes. Esa orientación política me preocupa.
¿Diría que por un lado va el Legislativo y por otro el MEF?
Vamos a tener que estar atentos a algo más de impulso de populismo regulatorio (por parte del Congreso). Un tema que no quisiera que suceda, por ejemplo, es un nuevo retiro de fondos privados de pensiones.
En este contexto, esperaría que la agenda del MEF en este año esté concentrada en evitar más perforaciones al marco tributario o evitar el retiro de los fondos de las AFP. Además, (el MEF) debe tratar de apoyar al Minem para que la ley de formalización de la minería salga.
Quisiera ver ahora un MEF muy concentrado en tener una transición política, mantener las cuentas controladas y ojalá dejarle flexibilidad al próximo Gobierno también.
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¿Cómo ve el 2026? ¿Qué expectativas hay?
Quiero ver el 2026 como una oportunidad de que estemos mejor. Sé que lo más ‘sexy’ es ser pesimista, decir que todo va a ser un desastre, pero ya hemos pasado por test bien duros en elecciones y la economía del país ha demostrado ser bien resistente.
No digo que somos la mejor economía del mundo, pero somos resilientes. Ahora, ‘resistencia’ no te alcanza para mejorar condiciones de vida de los peruanos, pero siendo optimistas, vamos a llegar mejor parados que el 2021”.
En general, las economías ilegales ya están registrando cifras mayores que las actividades formales. Además, la criminalidad avanza...
Conversando con las empresas con las que tenemos mucho contacto, refieren que es un problema importante no solo por los costos de seguridad directos, sino –por ejemplo– en el caso de empresas cuyos negocios dependen de distribución masiva ya tienen problemas para entrar a ciertas zonas de Lima.
Ahora bien, algo que nos preocupa mucho es la curva de crimen violento, tomando experiencia de países como México y Ecuador: en los últimos años, tenían una tendencia creciente, no tan alarmante, pero hay un momento que explota y pasa de una tendencia moderada a acelerarse el crimen.
Perú todavía está en el momento en que el crimen crece gradualmente, pero esta curva podría “explotar” y hay zonas, como Pataz (La Libertad), donde la incidencia del crimen ya es más alta que en Ecuador. A la criminalidad se le tiene que atacar ya porque, según se ve en otros países, cuando da la tracción no la puedes parar.

Parece no haber celeridad para tener medidas concretas contra la inseguridad...
En general, veo indolencia de las autoridades en relación con los temas del crimen y de servicios al ciudadano. El problema principal para los peruanos hoy en día, cuando preguntas en las encuestas qué es lo que más te preocupa, es la inseguridad.
Veo indolencia no solamente del Legislativo, sino también del Gobierno en estos asuntos. Seguridad ciudadana es un servicio público. Veo indolencia en cómo se deja pasar esto y no solamente tenemos el número dramático de personas que mueren, sino de personas que no pueden trabajar. No pueden laborar porque están amenazadas por el chantaje, el “gota a gota”, la extorsión, el cupo.
¿Hoy la inseguridad es la primera respuesta que le dan a Apoyo Consultoría? Antes, ¿cuál era?
Antes (la inseguridad) no aparecía. Recuerdo muchas elecciones, siempre las demandas ciudadanas estaban dominadas por los temas económicos. Incluso en la elección del 2021 se hablaba del cambio de la Constitución. Pero, actualmente es la seguridad.
¿Desde hace qué tiempo ya se percibió esto?
Dos, tres años. Más del 50% de los peruanos (pide) seguridad y es muy fuerte en todos los niveles de su economía.


Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.