Los sucesivos golpes que en el último año ha recibido la economía peruana están afectando el flujo normal de pagos de las empresas.
La contracción de la economía de 0.56% hasta julio, como correlato de un descenso del gasto privado (la inversión privada se redujo 10% en el primer semestre y el consumo avanzó un ralo 0.3%), está perjudicando la generación de ingresos de las empresas, lo que a su vez las conduce a retrasar el pago a sus proveedores.
Ante la menor generación de flujos de caja, en un contexto de menguante demanda y ventas, las grandes y medianas empresas están reconfigurando sus políticas de pago a las micro y pequeñas empresas (mypes ) que las proveen, con una ampliación de los periodos en que cancelan estas obligaciones.
Las empresas, que hasta el año pasado, en promedio, pagaban las facturas de sus proveedores en 60 días, ahora lo hacen en 45 días adicionales, y por ello las saldan en 105 a 120 días, detalla a Gestión el presidente de la Asociación Peruana de Empresas de Factoring (Apefac), Alejandro Niquen.
“Las manifestaciones violentas de inicios de año, el daño climático a partir de febrero, la marcada desaceleración de la economía y la amenaza de El Niño Costero, están afectando las ventas y, por tanto, las empresas se atrasan en el pago de sus facturas”, refiere.
El gerente de estudios economicos de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), Antonio Castillo, señala: “Aumentó el nivel de morosidad en todo el sistema financiero. Este atraso se ve también en medianas empresas. Aparte de las tasas de interés altas, esto responde a que la demanda interna ha venido cayendo en un escenario de contracción de la cadena de pagos. Eso termina afectando no solo al sistema financiero, sino a estas operaciones entre empresas y sus proveedores”.
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¿Cuántos días están aplazando las empresas el pago de facturas?
La reducción de la demanda interna y de los ingresos del Estado por IGV demuestra que las ventas de las empresas están siendo afectadas en los últimos trimestres, lo que se traduce en una ralentización de los pagos, en una cadena de pagos deteriorada, afirma.
Antes, las facturas se cancelaban en plazos de 30 a 60 días, pero ahora los pagos se extienden a más de 90 días, estima Castillo al mencionar que estos periodos más dilatados de cancelación implican una renegociación entre empresas y proveedores.
Empresas del sector minero, construcción, comercio minorista y mayorista, servicios (telecomunicaciones), agroindustria, tecnología y desarrollo de software, están ampliando los plazos de pago a proveedores, cada una por los problemas específicos que afronta su sector y, en general, por el debilitamiento de la economía, sostiene Niquen.
Las firmas de factoring reciben las facturas que emiten las mypes y les adelantan la liquidez correspondiente al importe de esos comprobantes, con cierta tasa de descuento. Así, los pequeños empresarios proveedores evitan tener que esperar los plazos de 60 o más días que fijan sus compradores (grandes empresas). Luego, el banco o empresa de factoring le cobra a la gran empresa en el plazo original.
Así, el factoring sería una alternativa óptima en el contexto actual en el que se dilatan los pagos, afirma Niquen. Sin embargo, advierte que ahora se observa que las medianas empresas prefieren que el proveedor no use factoring, para, en caso de atraso, no ser registradas como morosas.
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Morosidad en el financiamiento con facturas
De hecho, indica que este año la mora en el factoring trepó a 6%, por encima de la reportada en los créditos bancarios (4.3%).
El ministerio de la Producción introdujo el año pasado la plataforma Pago Oportuno para que las mypes registren a las compañías que incumplen el pago de sus facturas en los plazos establecidos. Los registros aumentaron en el 2023 y centenares de empresas reportan atrasos de más de un año en el pago de sus facturas. Incluso decenas de compañías tienen retrasos de más de 2,300 días en esas obligaciones.
Castillo, de la SNI, sostiene que tales operaciones están en cobranza judicial o ya fueron asumidas como pérdida por las mypes.
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Factoring puede ser una salida al problema
A setiembre último, el financiamiento con facturas, reportadas como negociables en Cavali, ascendió a S/ 36,358 millones.
La rueda del factoring gira desde el momento en que la mype emite la factura a su comprador, la gran empresa. Esta última, por ley, tiene ocho días para dar conformidad al documento. Si la otorga, luego de tres días se registran en Cavali y con esa inscripción, el pequeño empresario la puede negociar con el banco o empresa de factoring.
Si el comprador no diera su conformidad a la factura en los ocho días de ley, se considerará que ha concedido la “conformidad presunta”, con la que también la mype puede hacer factoring para cobrarla de inmediato.
La empresa no da su conformidad explícita a la factura de su proveedor por tres razones: desconocimiento, negligencia o porque simplemente obstruye el factoring pues busca hacer prevalecer sus políticas de pago.
Alejandro Niquen, presidente de Apefac, enfatiza que en el contexto actual de aplazamiento de los pagos, el factoring emerge como usa salida para que las mpes proveedoras accedan a liquidez en el corto plazo.