La agencia Fitch rebajó este martes de nuevo la calificación de la deuda soberana de Rusia en moneda extranjera a largo plazo de “B” a C”, y considera que es “inminente” el incumplimiento de sus obligaciones.
Según un comunicado de la agencia, esta rebaja de calificación sigue a la anunciada el 2 de marzo, ya que lo ocurrido desde entonces “ha socavado aún más la voluntad de Rusia de pagar la deuda del gobierno”, en referencia a las sanciones internacionales impuestas a Rusia por su invasión militar de Ucrania el pasado 24 de febrero.
“En términos más generales, el mayor aumento de las sanciones y las propuestas que podrían limitar el comercio de energía aumentan la probabilidad de una respuesta política por parte de Rusia que incluya al menos el impago selectivo de sus obligaciones de deuda soberana”, agrega la nota.
En menor medida, el riesgo de imposición de barreras técnicas para el servicio de la deuda, incluso mediante el bloqueo directo de la transferencia de fondos o mediante sistemas de compensación y liquidación, “también ha aumentado un poco desde nuestra última revisión”, dice Fitch.
La agencia menciona, además, que la aplicación de la regulación del Banco Central de Rusia ha restringido la transferencia de cupones de deuda OFZ en moneda local a no residentes desde fines de la semana pasada.
La reducción del Techo País a ‘B-’ refleja el impacto esperado de los controles de capital al impedir la transferencia y la convertibilidad, añade.
El Banco Central ruso anunció este miércoles que limita a US$ 10,000 el máximo que un cliente podrá sacar en moneda extranjera en efectivo en sus cuentas de divisas, informó Sputnik.
“Un cliente puede sacar hasta US$ 10,000 de EE.UU. en divisa en efectivo, y el resto de los fondos en rublo, según el tipo de cambio del mercado del día del retiro”, dice el comunicado del emisor ruso.
La nueva norma del Banco Central ruso se adopta tras la decisión de la Unión Europea, Estados Unidos y numerosos países más de imponer sanciones económicas a Rusia por su invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero, que ha causado ya miles de muertos y más de dos millones de refugiados ucranianos.