Atenas (AP).- La breve e intensa campaña para el crucial sobre el rescate finaliza en las próximas horas con actos simultáneos en Atenas en defensa del "sí" y el "no", mientras una encuesta de opinión mostró un empate.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, convocó la consulta el pasado fin de semana, para preguntar a los griegos si Atenas debe aceptar las reformas de mayor austeridad propuestas por los acreedores internacionales a cambio de fondos del rescate internacional que el país necesita de forma urgente, aunque esas propuestas han caducado.

El mandatario hace campaña por el "no" con el argumento de que fortalecerá su posición para negociar. Los partidos de oposición y muchos funcionarios europeos dicen que el "no" sacaría a Grecia del euro y la llevaría a una pobreza aún mayor.

Una encuesta realizada el martes y miércoles y publicada por el periódico To Ethnos el viernes mostró que los partidarios del "sí" tendrían una pequeña ventaja frente a sus rivales, aunque estaría dentro del margen de error. El sondeo arrojó además que una amplia mayoría de la población — el 74% — quiere que el país permanezca en el euro, frente al 15% que prefiere la vuelta a una moneda nacional.

La encuesta realizada por ALCO dijo que el 41.5% votará "sí" y el 40.2% "no", con un 10.9% de indecisos. El resto dijo que se abstendría o dejaría la papeleta en blanco.

Al descontar los votos en blanco y las abstenciones, el "sí" lograría el 44.8% de los apoyos frente al 43.4% del "no", con un 11.8% de indecisos.

La encuesta entrevistó a 1,000 personas en todo el país entre el 30 de junio y el 1 de julio y tiene un margen de error del 3.1%.

Los dos bandos trataban de ganar a los indecisos en actos del viernes por la noche a realizarse a 800 metros de distancia el uno del otro en el centro de Atenas. Tsipras hablaba ante el acto por el "no" en la Plaza Syntagma frente al parlamento, mientras que los partidarios del "sí" se concentraban en el Estadio Panatinaico, donde se realizaron los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna en 1896.

La campaña del "sí" dice que la consulta es en realidad una votación sobre si Grecia quiere permanecer o no en Europa y en el euro. El gobierno rechaza esta asociación calificándola de alarmista y dice que votar "no" dejará a Atenas en una mejor posición para negociar.

La votación será una de las más importantes en la historia reciente del país, pero muchos de los electores siguen confundidos sobre lo que hay en juego. El gobierno niega vehementemente que votar "no" signifique la salida del país del euro, pero la mayoría de partidos de la oposición y muchos funcionarios europeos sostienen que eso es lo que sucedería.

"El referendo no es claro en la forma en la que está redactado, así que interpreto que esta ambigüedad en el sentido de que podríamos quedarnos en Europa o no", dijo Apostolos Foutsitzis, un operador de escáner médico de 43 años de la ciudad de Tesalónica, en el norte del país. Dijo que votará "sí" porque quiere que Atenas siga en Europa.

El Consejo de Estado, la principal corte administrativa del país, recibió el viernes la queja presentada por dos ciudadanos que exigen al tribunal que paralice el referendo por considerarlo ilegal.

La consulta se produce tras cinco días con los bancos cerrados y los estrictos controles de capitales decretados esta semana por el gobierno. Pensionistas, algunos apoyándose en bastones o en otros, formaban largas colas delante de las pocas sucursales abiertas para dar efectivo a los jubilados sin tarjetas de crédito.

"Nuestros esfuerzos se centran en superar la crisis tan pronto como sea posible — con una solución que preserve la dignidad y la soberanía de nuestro pueblo", dijo el primer ministro, Alexis Tsipras.

El popular primer ministro se está apostando su gobierno a pedir a los votantes que rechacen las medidas de austeridad exigidas por los prestamistas del rescate, a pesar de que la semana pasada estuvo a punto de cerrar un acuerdo.

Un resultado contundente en favor del "no", sostiene, ayudará a Grecia a obtener un nuevo acuerdo con el mecanismo de rescate de la eurozona que incluya términos para hacer que la deuda nacional, de 320,000 millones de euros, sea sostenible.

Tras el referendo podría cerrarse un pacto "en 48 horas", insistió.

Pero sus rivales no le creen y dice que está poniendo en riesgo el futuro del país — pidiendo a los votantes que valoren una oferta de rescate que expiró el martes por la noche.