El gobierno socialista francés de François Hollande asestó un golpe a la emblemática reforma de las jubilaciones del ex presidente conservador Nicolas Sarkozy, al anunciar un decreto que permitirá jubilarse a los 60 años a los asalariados que empezaron a trabajar muy jóvenes.

Cuando faltan cuatro días para la primera vuelta de las elecciones legislativas, en las que el presidente Hollande espera obtener una mayoría que le permita aplicar sus promesas de campaña, el gobierno cumple de antemano con esta medida, contra la cual la derecha no ha escatimado las críticas.

La jubilación será posible a los 60 años para los asalariados que empezaron a trabajar a los 18 o 19 años de edad y que cotizaron en las cajas de jubilación durante todo el periodo previsto por la ley en Francia (41 años o 41 años y medio según la fecha de nacimiento), sin esperar los 62 años de edad previstos por la reforma adoptada por Sarkozy en 2010.

El dispositivo de retorno parcial a la jubilación a los 60 años prevé asimismo incluir en la duración de cotizaciones periodos suplementarios para los desempleados y para las mujeres con hijos, lo que permitirá a un mayor número de personas de estas categorías de asalariados tener derecho a jubilarse a los 60 años.

"Es una medida de justicia que está totalmente financiada", afirmó la ministra de Asuntos Sociales, Marisol Touraine, al salir del consejo de ministros en el que presentó el dispositivo, que involucrará en 2013 a unas 110.000 personas.

El decreto será publicado próximamente y entrará en vigor el 1 de noviembre.