La crisis política que atraviesa el Perú ha incrementado la incertidumbre respecto al desempeño de la economía durante el 2023. Ya el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) había anticipado que solo en el mes de enero las pérdidas para el producto bruto interno (PBI) superan los S/ 1,400 millones. Ahora el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que que las perspectivas son inciertas y los prevalecen los riesgos a la baja.
Esta conclusión se da luego que el FMI culmine una misión en el Perú, en la que se reunió con las autoridades peruanas y otras contrapartes del 24 de enero al 8 de febrero para analizar los desarrollos económicos recientes y las prioridades políticas.
”Las perspectivas son muy inciertas y prevalecen los riesgos a la baja”, afirmó en la declaración publicada luego de culminada la misión en el Perú.
Y es que la actividad económica enfrenta riesgos tanto externos como internos. A nivel local los principales riesgos incluyen una intensificación de la incertidumbre política, el malestar social por los acontecimientos políticos y los desastres naturales, que podrían obstaculizar la actividad económica y poner en riesgo la consolidación fiscal planificada a mediano plazo.
Por el lado externo, los principales riesgos para el Perú incluyen una intensificación de los efectos secundarios de la guerra de Rusia en Ucrania, una desaceleración global abrupta con la volatilidad de los precios de las materias primas asociada y un posible desanclaje de las expectativas de inflación que obliguen a un mayor endurecimiento de las condiciones financieras mundiales.
Crecimiento a la baja
El FMI prevé que el crecimiento del PBI del Perú se desacelerará al 2,4% en 2023,tras crecer alrededor de 2.7% en el 2022, cifra que ya muestra una fuerte desaceleración respecto del 13.5% que se alcanzó en el 2021.
“Es probable que la escasez de fertilizantes afecte negativamente la producción del sector agrícola, mientras que la recuperación de los precios de las materias primas, las operaciones de la nueva mina de cobre Quellaveco y la implementación de medidas económicas como el plan “Impulsa Perú” y el plan “Con Punche Perú” respaldarán el crecimiento”, precisó.
Es por ello que la entidad internacional señala que se espera que la actividad económica peruana se recupere lentamente en el corto plazo, pues el crecimiento en los siguientes años sería de 3%, es decir, cercano a su potencial.
Los riesgos al alza del crecimiento incluyen un “aterrizaje suave” en países socios comerciales clave y una aceleración de las reformas estructurales en el país, lo que podría aumentar el potencial de crecimiento a mediano plazo del Perú.
Inflación complicada
Según el FMI, la inflación en Perú se mantendrá “obstinadamente alta” en el corto plazo, pero se espera que el ajuste de la política monetaria proactiva y el debilitamiento de la demanda global e interna lleven la inflación dentro del rango objetivo a fines de 2023 o principios de 2024.
“Controlar la inflación es el desafío de política económica más inmediato, y el enfoque basado en datos del Banco Central de Reserva (BCR) sigue siendo apropiado. Si bien el aumento reciente de la inflación se debe principalmente a factores de oferta externa y la inflación externa, tanto la inflación subyacente como las expectativas inflacionarias se mantienen fuera del rango meta”, señala la declaración del FMI.
Señala que las alzas de tasas de interés de referencia del BCR ya han llevado a la tasa real ex ante a territorio contractivo, mientras que la inflación y las expectativas inflacionarias parecen haber comenzado a estabilizarse.
“La postura política de endurecimiento basada en datos ayudará a protegerse contra los riesgos de un ajuste desordenado de las condiciones financieras globales”, añadió.
Impulso fiscal
Para el FMI, un pequeño impulso fiscal focalizado, temporal y oportuno es apropiado en el corto plazo dada la debilidad de la actividad económica.
Es por ello que recomienda que desde el Ministerio de Economía y Finanzas se aplique un “impulso fiscal moderado”, pues considera que es apropiado a la luz de las perspectivas de crecimiento interno más débiles, una pequeña brecha de producción negativa, la desaceleración en curso en la economía mundial y los shocks de oferta interna.
Sin embargo, sostiene que debe evitarse un estímulo mayor, ya que podría aumentar las presiones inflacionarias.
La misión del FMI estima que el déficit fiscal podría alcanzar el 2% del PBI en 2023 (alrededor de medio punto más que el año anterior) ya que se espera que el programa de estímulo de las autoridades (Con Punche Perú) compense la ejecución más lenta de la inversión pública por parte de los gobiernos subnacionales, mientras que los ingresos siguen siendo boyantes debido a los altos precios del cobre.
En caso se dé alguna sorpresa al alza en las perspectivas de crecimiento del país, recomienda que los recursos que se generen se destinen a “construir más amortiguadores fiscales”, mientras que las autoridades deben preparar planes de contingencia para abordar los riesgos fiscales emergentes, incluso de la aprobación de iniciativas de gasto no financiadas por el Congreso.
Fortalezas
De acuerdo con el FMI, el Perú mantiene fundamentos muy sólidos y marcos de políticas institucionales que sustentan la resiliencia de la economía ante shocks externos e internos.
Pone como ejemplo que la deuda pública sigue siendo la más baja de la región y que el país tiene reservas internacionales considerables (alrededor del 30%del PBI), además de acceso a los mercados de capital internacionales y una sólida financiación para mitigar los riesgos macroeconómicos y apoyar la capacidad del país para hacer frente a shocks adversos adicionales.
Estos colchones se complementan con un acuerdo de línea de crédito flexible (FCL) de dos años por aproximadamente US$ 5,500 millones aprobado por el Directorio Ejecutivo del FMI en mayo de 2022.